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La Hybris Y El Punto Cero


Enviado por   •  13 de Marzo de 2015  •  7.942 Palabras (32 Páginas)  •  1.499 Visitas

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RESUMEN DE:

LA HYBRIS EN EL PUNTO CERO: CIENCIA, RAZA E ILUSTRACIÓN

EN LA NUEVA GRANADA (1750 – 1816)

(Castro-Gómez)

Santiago Castro-Gómez escribe su tesis doctoral en la que ve una nueva forma de ver la historia; en su introducción inicia recordando el pedido de la emperatriz rusa Catalina II que en 1787 escribe al rey de España Carlos III pidiendo material sobre las lenguas aborígenes de América para que los sabios de su corte puedan realizar un estudio comparativo de todas las lenguas del mundo; sin embargo, Castro-Gómez señala que la construcción de esta Gramática general no buscaba en sí misma la comparación de lenguas y la búsqueda de un origen histórico común de todas ellas, sino más bien “descubrir la estructura lingüística subyacente a todas las lenguas del planeta”

A raíz de este pedido el rey Carlos III ordena la recolección del material existente sobre las lenguas aborígenes en el Virreinato de Nueva Granada, hecho que hace surgir una interrogante al autor a la luz de los hechos históricos sucedidos antes de emprender esta búsqueda, pues el este mismo rey quien mediante un edicto real de 1770 había prohibido el uso de las lenguas indígenas en sus colonias americanas, debido al interés de la dinastía de los Borbones de unificar lingüísticamente el Imperio. Por lo tanto, las preguntas que son presentadas por Castro-Gómez son las siguientes: “¿por qué razón el mismo rey que decreta la extinción de las lenguas indígenas ordena pocos años después recoger todos los estudios existentes sobre ellas? ¿Cuál es la relación entre el edicto de 1770 y la petición de la emperatriz rusa en 1787? ¿Qué tiene que ver la ciencia ilustrada de la lengua con la política ilustrada de la lengua?”

A partir de estas interrogantes el autor señala que “la expansión colonial de la Europa moderna supuso necesariamente el diseño e imposición de una política imperial del lenguaje”. Por lo tanto, el lenguaje empieza a ser visto como una herramienta para el dominio y/o la emancipación. El interés de la investigación del texto es resumido en la pregunta por el lugar desde el cual la Ilustración fue leída, traducida y enunciada en Colombia, es decir, la forma en la que los discursos generados por la nueva ciencia fueron re-localizados y adquirieron sentido en Nueva Granada a mediados del siglo XVIII.

Contiene 5 capítulos que pretendemos resumir y concluir con algunas puntualizaciones de esta lectura que permitan en principio entender el “colonialismo” desde la historia y una nueva forma de ver esta historia en la concepción denominada por muchos autores como postcolonial.

CAPITULO 1

Lugares de la ilustración

Discurso colonial y geopolíticas del conocimiento en el Siglo de las Luces.

Santiago Castro da inicio al libro con un primer capítulo en el que expone los principios teóricos de la investigación. Señala que las ciencias humanas del siglo XVIII, encarnadas principalmente por Hume, Kant y Smith, construyeron un discurso en el que los pueblos colonizados por Europa aparecían en la escala más baja del desarrollo y sus ideas como parte del pasado remoto de la ciencia, al mismo tiempo que erigían la economía de mercado, las instituciones políticas y la ciencia ilustrada como el estadio más avanzado del desarrollo de la humanidad. Aclara que aunque Edward Said trazó adecuadamente la relación existente entre ilustración, colonialismo y ciencias humanas, en su trabajo titulado Orientalismo, el análisis de esta relación desde América Latina introduce un aporte fundamental a la perspectiva poscolonial, en la medida en que las colonias más grandes e importantes de Europa fueron las colonias occidentales.

Siendo lo más resaltante de este capítulo, pensamientos filosóficos como el de Touilmin que sintetiza cuatro puntos de cambio de mentalidad siendo más importante lo científico:

• La lógica y la retórica

• La teoría jurídica y moral

• Las fuentes empíricas

• El tiempo y el espacio

Toulmin toma dos aspectos simbolizados por las palabras griegas COSMOS y POLIS, con el COSMOS se refiere a la naturaleza ordenada rígida por leyes fijas y eternas descubiertas por la razón y la POLIS es la comunidad humana y a sus prácticas de organización, de esta manera Tulmin toma al hombre y a la sociedad como objeto de estudio sometido a las leyes físicas.

En concordancia Descartes recomienda que las “Vieja y ordinarias” opiniones de la vida cotidiana deben ser suspendidas con el punto de encontrar el punto sólido de partida desde el cual sea posible de un nuevo edificio del conocimiento construir punto absoluto de partida, en donde el observador hace, tabula reza de todos los conocimientos aprendidos previamente es lo que el autor llama la Hybris del punto cero.

LA HYBRIS es la intensión de ser como dioses es decir controlar o monopolizar mediante el poder.

EL PUNTO CERO es el punto de partida epistemológico absoluto pero también el control económico y social del mundo.

De esto concluimos que: “Hybris del punto cero es el comienzo epistemológico y absoluto control económico social del mundo”

Ubicarse en el punto cero es tener poder de instituir, representar y construir una visión sobre el mundo social y natural, legítimo y abalado por el estado. De esta manera se pone

de lado a Dios para anteponerla a la naturaleza humana basada en principios científicos y matemáticamente comprobables; a lo que Humes y Descartes definen, como la busqueda del control del cosmos y de la polis basándose en el punto cero olvidándose de todo conocimiento que no responda a algún método analítico y experimental debe ser radicalmente erradicado. Para Humes y para Robles las leyes de la sociedad no existen el hombre no es un ser social ya que busca de la sociedad satisfacerse así mismo buscando beneficios personales.

CAPITULO 2

PURUS AB OMNIA MACULA SANGUINIS

El Imaginario Colonial de la Blancura en la Nueva Granada.

El segundo capítulo trata de mostrar la coexistencia entre modernidad y colegialidad a través de un estudio de caso. En esta Castro – Gómez considera que el colonialismo no fue solamente un fenómeno de dominación política y económica sino que requirió de la supremacía del conocimiento europeo sobre los muchos miles de modos de conocer de las poblaciones colonizadas; basándose inicialmente en las teorías postcoloniales la cual muestra que el control imperial a través de imaginarios en los que fueron construidos como inferiores las personas, las culturas, las sociedades y los conocimientos de os pueblos subalternizados en las colonias. Después de la independencia estos actos no desaparecieron sino que se perpetuaron en las ciencias sociales universitarias, en las artes y en los medios de comunicación.

Por eso el capítulo segundo nos muestra, que el discurso de la pureza de sangre era el eje alrededor del cual se construía la subjetividad de los actores sociales en la Nueva Granada. Ser blancos no tenía que ver tanto con el color de la piel , como con la escenificación de un imaginario cultural tejido por creencias religiosas, tipos de vestimenta, certificados de nobleza, modos de comportamiento y formas de producir conocimientos.

Recuerda que las prácticas culturales a través de las cuales fue construido este imaginario y el modo en que fue asumido por los diferentes grupos sociales en conflicto, el propósito de esta reflexión es mostrar que la lucha de distanciamientos y apropiaciones centradas en el imaginario de blancura constituyó el piso sobre el cual se emplazó el conocimiento científico de la elite criolla ilustrada en la segunda mitad del siglo XVII. Se argumenta que los «cuadros de castas» surgido en el siglo XVIII constituían una forma de clasificación que como recurso en manos de las élites dieciochescas justificaron la división étnica del trabajo y la servidumbre como pilar de la dominación.

Este capítulo se centra en lo que el autor denomina “hábitus de blancura”, como él lo llama, estaba asociado con rasgos distintivos que las elites neogranadinas exhibían como capital simbólico, tales como, el ingreso a los colegios mayores, el uso del “Don” y la conformación de uniones matrimoniales legalizadas por la Iglesia Católica. Asimismo afirma que estas prácticas funcionaban como estrategias de concentración del capital económico, social y cultural por parte las élites criollas.

Por lo que ubicarse en el punto cero, equivale a tener el poder de construir una visión sobre el mundo social reconocida como legítima y avalada por el Estado. Se trata de un verdadero trabajo de construcción de la realidad social en el que los “expertos” en nuestro caso, los criollos ilustrados del siglo XVIII se definen a sí mismos como observadores neutrales e imparciales del mundo.

La tesis de la hybris del punto cero, plantea que su análisis se basa en tres conceptos:

La limpieza de la sangre como constitutiva del hábitus y del capitalismo cultural de las elites coloniales, así se entiende como la ilustración no fue una trasposición desde un punto cero de conocimientos sino una estrategia de posicionamiento de los criollos ilustrados frente a los grupos subalternos.

Biopolítica y gobernabilidad para entender los procesos desencadenados por las reformas del despotismo ilustrado borbónico de Carlos III y sus sucesores y la reacción de los criollos desde su hegemonía de la limpieza de la sangre.

La colonialidad del poder como estrategia cognitiva para eliminar las muchas formas de conocer de los conocimientos locales y como colonialismo cultural de las incipientes ciencias sociales que impone una supuesta superioridad de Occidente – Civilización – Modernidad.

CAPÍTULO 3

Biopoliticas Imperiales

Salud y Enfermedad en el Marco de las Reformas Borbónicas

La ilusión presuponía el establecimiento de una frontera entre los que saben de ciencia (Expertos o sabios) y los otros conocimientos naturales que estaban sumidos en la oscuridad de los conocimientos tradicionales y empíricos, es así que se consolida aún más las fronteras étnicas y que en manos de los blancos e ilustrados se aprobaba o no lo que era ciencia moderna o no, y en particular en la medicina.

El hospital en la colonia era concedido básicamente como una institución de caridad para beneficiar a los pobres y la palabra hospital estaba asociada con hospitalidad estos estaban administrados por órdenes religiosas caritativas y no por el estado. A excepción de un solo hospital que mando a fundar el rey Fernando el católico.

En este entonces se creía que el cuerpo enfermaba por que el alma estaba contaminada y necesitaba alivio espiritual, posteriormente el estado se da cuenta que es necesario expropiar las instituciones religiosas ya que si quería mas incrementar sus ingresos económicos necesitaba más mano de obra de esta manera se crearon mas hospitales en lugares alejados de las ciudades y así evitar el contagio de epidemias y así ser atendidos con prontitud y ser restablecidos rápidamente a sus labores y continué la fluidez económica de derivada de su trabajo y no decaiga el número de indios trabajadores políticas.

Así pues las Borbora atacaban a la idea de Dios como un garante de un orden divino, cósmico y eterno sino más bien la actividad humana con su trabajo productivo.

Puesto que se quería acceder al poder ganancias que el futuro se iba a obtener si se asían censos periódicamente viendo en otras palabras a las razas indígenas como simple material de trabajo y de obtención de dinero aun así el desembolsa para dichos hospitales se reducían a simples chozas sin muebles materiales necesarios ni medicamentos.

También exigían a los candidatos para médicos ser hijos legítimos de criollos y así se mantengan la pureza de la sangre incluso debía demostrarlo al ingreso y titulación en las universidades la corona era muy clara en este sentido.

Capítulo 4

Conocimientos Ilegítimos

La Ilustración como dispositivo de expropiación epistémica

El lugar de los criollos ilustrados de la Nueva Granada coincide en dos propuestas aparentemente contradictorias: El imaginario aristocrático de la blancura y el imaginario ilustrado del punto cero; el discurso de la pureza de la sangre y el discurso de la pureza epistemológica que forman parte de un mismo saber o poder.

El punto cero debía ser alcanzado cuando la salud y la enfermedad dejarán de ser sometido a la influencia del pensamiento religioso y ser definido en la medicina moderna.

Gumilla habla sobre el origen de los europeos y los indígenas y estos son descendientes de Noé. Los españoles y los criollos están en la cúspide de la raza blanca y son superiores a todas las razas y son descendientes del hijo primogénito de Noé que son bendecidos por Dios. Los hijos malditos son descendientes de Cam, segundo hijo de Noé que recibió el castigo divino de la pobreza lingüística.

El lenguaje abstracto es el paso decisivo que sale de la barbarie para ingresar a la civilización, los indios no tienen el lenguaje abstracto en cambio los criollos si pueden producir conocimientos científicos porque tienen el lenguaje abstracto.

El conocimiento indígena carecía de toda validez epistemológica, por ejemplo los Omaguas eran indígenas considerados como hechiceros que tenían tratos con el diablo; al respecto Jorge Lozano afirma que la medicina de la Nueva Granada esta reintegrada al capricho y a la ignorancia de los charlatanes curanderos y el conocimiento es visto como una simple rutina, los conocimientos sobre algunos remedios de los indios y negros no eran considerados como efectivos, pero de la raza blanca sí, aunque se hayan basado en los conocimientos de los indios o negros.

África es la cuna de las horribles enfermedades que han asomado a toda la humanidad y es señalada como el epicentro de enfermedades contagiosas, al igual que Asia.

Europa es la que descubre los antídotos y combate todas las enfermedades, pero gracias a las observaciones de como la realizaban los indios o negros.

El trabajo venia asociado a la idea de la supervivencia, pero con la ciencia y el desarrollo de la tecnología el hombre comienza a pensar en sí mismo como dueño y señor de la tierra, así el trabajo se convierte en la acumulación de la riqueza.

La botánica es la fuente principal para el campo de la medicina y los nombres de las nuevas plantas deben ser escritas en latín para que todos conocieran.

Se realizaron varias expediciones de carácter botánico con el fin de descubrir y conocer nuevas especies de plantas que generen ingresos económicos y exportar materias primas para ser fabricados y distribuidos al resto de los países, estas expediciones eran acompañados por grandes dibujantes que tenían que dibujar exactamente igual a la planta con todas sus características.

La corteza de quina cura la fiebre y fue comercializado por los jesuitas, gracias a que un jesuita enfermo y Pedro de Leiva le dieron de beber en una infusión y de ahí se propago hasta los virreyes, desde entonces no solo la comercializaron sino la legitimizarón como un conocimiento científico.

Mutis descubre y elabora un bálsamo de la vida o elixir mágico que no es otra cosa que la fermentación de la quina, convertida en una cerveza muy fina

Mutis reconoce que fueron los indígenas americanos quienes vislumbraron el gran descubrimiento por su tendencia a la embriaguez.

CAPÍTULO 5

Espacios Estriados

Geografía, Políticas del Territorio y Control Poblacional

En el último capítulo se demuestra que la geografía ocupaba un lugar privilegiado en imperio español pues a partir de ella se podría conocer no sólo los territorios sometidos, sino también, el levantamiento de información sobre la población y los recursos naturales de las colonias. La geografía permitía entonces convertir los espacios de las colonias en cualidades objetivas, es decir, en objetos tangible susceptibles de ser controlados a partir de la implementación de la nueva ciencia de gobernar, la gubernamentalidad.

El interés de objetivar el espacio de las colonias sea asocia a la necesidad de medir el mismo y representarlo a través de una serie de medidas cuantitativas producidas por la ciencia moderna como un lenguaje universal que puede ser leído por todos quienes comprendían los significados de tales estriamientos de la tierra.

Es en este espacio donde juega vital importancia la hybris del punto cero pues como plataforma neutra y objetiva a partir de la cual leer el mundo social promovió la representación científica del espacio que, como medida de carácter “universal”, determinaba las coordenadas espaciales y, por tanto, alejada de todo tipo de representación cultural, permitía que todos quienes se formaron en la nueva ciencia puedan interpretar las estrias producidas por un conocimiento científico que no podía ser

reducido a la percepción cotidiana de los actores sociales, pero que sí servía como instrumento de los propósitos de las políticas de la gubernamentalidad del Estado.

Finalmente, el epílogo del libro retoma la interrogante central con la cual se inició el mismo, es decir, la relación entre la ciencia ilustrad de la lengua y la política ilustrada de la lengua, haciendo referencia nuevamente a la misiva enviada por la emperatriz rusa Catalina II al rey de España Carlos III.

Después del análisis exhaustivo realizado por la investigación en torno al discurso de la limpieza de sangre y el imaginario de la blancura configurado por la elites criolla en Nueva Granada, es posible percibir que el edicto de 1770 en el que se reivindicaba al español como única lengua a ser utilizada en las colonias implicó una manifestación de ascenso de la nueva clase criolla de Nueva Granada y, por lo tanto, el mandato del rey Carlos III de recopilar los estudios que hacían referencia a las lenguas nativas implicó la necesidad que tenían las elites criollas de determinar el omentos específico al que correspondían estas denominadas piezas arqueológicas de las lenguas indígenas, necesidad y discurso anclado en la confianza al conocimiento científico que se halla en lo que en el estudio se ha denominado la hybris del punto cero y, a su vez, en el potenciamiento de lo que se conoce como la colonialidad del poder.

Al concluir esta lectura podremos decir que el análisis que hace Castro –Gómez es la intención colonizadora de los occidentales y el retraso que este significo al desarrollo científico en América por esa intención “hybrizadora” predominio cultural que endioso a la ciencia ante la realidad y los conocimientos de los pueblos.

Una segunda conclusión es ver como la ciencia, en este caso, la historia la que se pone en discusión su objetividad por lo que debemos volver a un punto cero para recuperarla en su verdadera realidad, trabajo realizado por Castro – Gómez quien con su trabajo muestra el origen de esta colonización científica.

Por último y recurriendo al capítulo cinco, notamos como la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad de la ciencia, en un nuevo modo de desarrollar las ciencias en lo que actualmente se denomina “complejidad”

DATOS DEL AUTOR SANTIAGO CASTRO-GÓMEZ

Nombre de nacimiento: Santiago Castro Gómez

Ocupación: Filósofo, escritor

Período: siglo XX y XXI

Género: ensayo

Santiago Castro-Gómez (n. Bogotá, 1958) es un filósofo conocido por sus trabajos genealógicos sobre las herencias coloniales en Colombia

Biografía

Estudió filosofía en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, donde fue discípulo de profesores miembros del Grupo de Bogotá (Filosofía), principales difusores en Colombia de la Filosofía latinoamericana. Luego viajó a Alemania donde cursó maestría en filosofía en la Universidad de Tübingen y posteriormente el doctorado en la Johann Wolfgang Goethe-Universität de Frankfurt. A su regreso a Colombia fue profesor de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, así como investigador del Instituto Pensar. Junto con intelectuales como Aníbal Quijano, Walter Mignolo, Enrique Dussel, Ramón Grosfoguel, Catherine Walsh, Arturo Escobar, Edgardo Lander y Nelson Maldonado-Torres, formó parte del Grupo modernidad/colonialidad, uno de los principales focos de la teoría crítica latinoamericana de comienzos del siglo XXI.

Pensamiento

Castro-Gómez propone la utilización de la Genealogía (filosofía) como método para trazar una historia de las herencias coloniales en Colombia, sustituyendo a la historia de las ideas y escapando a los dilemas irresolubles en que había caído la Filosofía latinoamericana. Este proyecto se concretiza en sus libros La hybris del punto cero (2005) y Tejidos Oníricos (2009). En estos dos libros, en algunos artículos, así como en varias conferencias y entrevistas, Castro-Gómez trabaja con la distinción conceptual entre colonialismo y colonialidad, introducida por el sociólogo peruano Aníbal Quijano. Pero a diferencia de éste, el filósofo colombiano afirma que las herencias coloniales funcionan con una lógica distinta e independiente del colonialismo, poseen una inscripción “molecular” y son constitutivas del modo en que se producen las subjetividades y los modos de valoración en Colombia. Es decir que mientras que el colonialismo es un fenómeno "óntico", la colonialidad es un fenómeno "ontológico", una forma de "experiencia" inscrita en los cuerpos, un modus de relación con el mundo. Esta es la razón por la cual la historia de las herencias coloniales no puede ser narrada en base a métodos derivados de la historia de las ideas o de las ideologías políticas, pero tampoco utilizando métodos "sociológicos" como los provenientes de la teoría de la dependencia o el Análisis del sistema-mundo, sino utilizando un método propiamente filosófico que permita captar la “microfísica del poder”, los tipos de valoración y los procesos de subjetivación, como lo es la Genealogía.

Según Castro-Gómez, las herencias coloniales, entendidas como formas de experiencia, se reproducen hasta hoy en tres niveles diferentes, aunque relacionados entre sí: el modo en que los sujetos entablan relaciones en el espacio público (nivel de la politeia o colonialidad del poder), el modo en que los sujetos se relacionan con el conocimiento (nivel de la aletheia o colonialidad del saber) y el modo en que los sujetos establecen relaciones consigo mismos (nivel del ethos o colonialidad del ser). La Genealogía deberá servir como una analítica del poder que reflexiona sobre las técnicas de gobierno a partir de las cuales se fueron reproduciendo las herencias coloniales en diferentes momentos de la historia colombiana. El objetivo de la Genealogía que propone Castro-Gómez es mostrar el modo en que las formas coloniales de experiencia han sido históricamente constituidas, con el fin de favorecer un “giro decolonial” en cada uno de los tres niveles analizados.

Bibliografía

Crítica de la razón latinoamericana. Barcelona: Puvill Libros 1996 (segunda edición: Bogotá, Editorial Pontificia Universidad Javeriana 2011)

La hybris del punto cero. Ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750-1816). Bogotá: Universidad Javeriana 2005

La poscolonialidad explicada a los niños. Popayán: Universidad del Cauca 2005

Tejidos Oníricos. Movilidad, capitalismo y biopolítica en Bogotá (1910-1930). Bogotá: Universidad Javeriana 2009¨

Historia de la gubernamentalidad. Razón de estado, liberalismo y neoliberalismo en Michel Foucault. Bogotá: Siglo del Hombre Editores 2010

OBJETIVO DEL LIBRO

El libro de Santiago Castro titulado la Hibrys del punto cero se ubica justamente en esta línea de pensamiento y se constituye en una de las primeras aproximaciones empíricas al tema desde esta perspectiva teórica. Entender por qué las élites criollas del siglo XVIII realizaron una traducción in situ de la ciencia ilustrada, con independencia de los condicionamientos espaciales que suponía la calidad de colonia española del territorio neogranadino, es la pregunta que guía la investigación del autor. Castro señala, a manera de hipótesis, que los pensadores neogranadinos son responsables de haber traducido y enunciado el discurso del pensamiento ilustrado sin tener en cuenta las particularidades étnicas y culturales de su lugar de enunciación y atribuye este proceder a la pretensión que tenían los criollos de ser limpios de sangre. El autor concluye que al enunciar el discurso ilustrado y el de la limpieza de sangre como una unidad, los criollos intentaban posicionarse como un grupo dominante frente a los grupos de mestizos, negros e indígenas.

Santiago Castro da inicio al libro con un primer capítulo en el que expone los principios teóricos de la investigación. Señala que las ciencias humanas del siglo XVIII, encarnadas principalmente por Hume, Kant y Smith, construyeron un discurso en el que los pueblos colonizados por Europa aparecían en la escala más baja del desarrollo y sus ideas como parte del pasado remoto de la ciencia, al mismo tiempo que erigían la economía de mercado, las instituciones políticas y la ciencia ilustrada como el estadio más avanzado del desarrollo de la humanidad. Aclara que aunque Edward Said trazó adecuadamente la relación existente entre ilustración, colonialismo y ciencias humanas, en su trabajo titulado Orientalismo, el análisis de esta relación desde América Latina introduce un aporte fundamental a la perspectiva poscolonial, en la medida en que las colonias más grandes e importantes de Europa fueron las colonias occidentales. Sin embargo, quizá lo más importante de estas primeras precisiones teóricas es el compromiso que el autor establece con las tesis de Walter Miñolo, Enrique Dussel y Aníbal Quijano y, especialmente, con la idea de que el imaginario de blancura es el primer imaginario geocultural del sistema-mundo, imaginario a partir de cual se legitima la división étnica del trabajo, así como la transferencia de capital y materias primas a nivel global.

COMPRENCION DE LA LECTURA

Se trata de un estudio sobre las ideas científicas propugnadas por los criollos ilustrados en la Nueva Granada durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX, y sus vínculos con la configuración geopolítica de este periodo.

Este trabajo se enmarca en la perspectiva abierta por los estudios culturales en general y por la teoría postcolonial, en particular (p. 13). Estos "campos" han subrayado enfáticamente que la expansión colonialista europea y el desarrollo de la ciencia moderna no son hechos meramente paralelos o coexistentes. Por el contrario, sus vínculos son muy estrechos, al punto que cada uno ha hecho posible la existencia del otro. Así, Castro-Gómez está de acuerdo en ver a la Ilustración como un discurso legitimador de la expansión colonialista europea del siglo XVIII, y plantea que de esta misma forma fue leída, traducida y utilizada por los criollos americanos, con el fin de consolidar su distancia social de los otros habitantes del territorio y por esa vía legitimar su dominio sobre ellos.

¿Qué posibilita esta relación entre ciencia y poder? Castro-Gómez lo explica por medio de una metáfora, usando la noción griega de Hybris: desmesura de pretender tener más de lo que el destino le depara a cada hombre; la Hybris supone la ilusión de poder sobrepasar los límites de la vida mortal e igualarse con los dioses. De forma análoga, el discurso científico ilustrado se constituyó sobre la creencia de poseer un lenguaje universal, el de la razón, por medio del cual el científico adquiría la posibilidad de elevarse por encima del lenguaje común, y situarse en un punto cero de observación, neutro y objetivo, desde el cual podía generar conocimiento sobre el en-sí de las cosas. Tanto europeos como americanos cometen el mismo pecado cuando se creen portadores de lo que estiman una forma superior de conocimiento, por medio de la cual deslegitiman toda otra forma de conocimiento e intentan implantar violentamente la suya propia.

Esta relación entre ciencia y política, presente en las prácticas y discursos científicos de los criollos ilustrados, la mayoría de las veces ha sido juzgada como una anomalía, un híbrido, una tergiversación del espíritu ilustrado o como producto de una mala lectura. La perspectiva del autor lo lleva a explicar esta relación de otra manera, punto que considero uno de los más sugerentes del libro. Castro-Gómez deja claro que su interés no es determinar si las ideas ilustradas fueron leídas bien o mal, ya que comprende la Ilustración como un fenómeno que no fue exclusivamente europeo y simplemente se difundió, teniendo una buena o mala recepción. Retomando las ideas de Enrique Dusel, afirma que el pensamiento de la Ilustración desarrolló el mito eurocéntrico de la modernidad, según el cual Europa posee unas características particulares que hicieron posible que allí y sólo allí se desarrollara la "racionalidad técnico científica" y se llegara a la modernidad. Dusel propone otro paradigma, el "planetario", según el cual la modernidad es un fenómeno del sistema-mundo que surge como resultado de la administración que diferentes imperios europeos realizan de la centralidad que ocupan en este sistema. Así, el Renacimiento, la Revolución científica y la Revolución Francesa no son fenómenos europeos sino mundiales, y no pueden ser pensados sin tener en cuenta la relación asimétrica de Europa y su periferia colonial.

"Si la Ilustración no es algo que se predica de Europa sino del sistema-mundo como fruto de la interacción entre Europa y sus colonias, entonces puede decirse que la Ilustración es enunciada simultáneamente en varios lugares del sistema mundo moderno/colonial. Los discursos de la Ilustración no viajan desde el centro hasta la periferia, sino que circulan por todo el sistema mundo, se anclan en diferentes nodos de poder y allí adquieren rasgos particulares" (p. 52.)

¿desde qué lugar particular se relocalizó la Ilustración neogranadina? ¿Qué nuevos sentidos adquirió y qué dinámicas estructuraron su locus enuntiationis? La forma en que llega a una respuesta es otro de los planteamientos y aportes importantes de este libro, ya que articula diversos aspectos, que no siempre son puestos en una misma explicación. En su respuesta Castro-Gómez relaciona las formas de percepción del mundo que los criollos tenían de acuerdo a su posición en el espacio social colonial, la geopolítica mundial y los cambios de la forma del Estado, con las políticas de la reforma borbónica y con las formas de conocimiento de los grupos subordinados del territorio. Para lograr comprender la manera en que estos aspectos interactúan, el autor acude a tres conceptos: el "habitus", "la biopolítica y gubernamentalización del estado" y la "colonialidad del poder".

El grupo dominante de criollos, como heredero de este discurso inscrito en su "habitus", lo reprodujo empleando mecanismos de distinción social y controlando un acceso diferenciado a los "bienes culturales y políticos" (p. 69). Un primer aspecto de estos mecanismos, trabajado por el autor, es el desarrollo por parte de las elites de unas complejas taxonomías que clasificaban a la población según la cantidad y el tipo de "sangre mezclada", y asignaban a cada una de las mezclas un comportamiento, oficio, y modo de vida distinto. A mayor mezcla se presenta un comportamiento más reprobable (ebriedad, violencia), un "oficio vil" (cocinera, carpintero, etc.) y un más "desarreglado" modo de vivir (concubinato, familias en conflicto, etc.) (pp. 73-81). Otros mecanismos que el autor analiza son la institución de la familia católica, la proscripción del uso de algunos elementos a las castas, tales como ciertas telas y colores en el vestido, ciertos espacios dentro de la ciudad y ciertos elementos para la construcción y adorno interior de la vivienda, así como el uso del apelativo de "don". A este continuo intento de diferenciarse y de fortalecer las barreras a fin de no permitir el asenso social de individuos de "sangre mezclada", a esta necesidad de manifestar en forma latente o abierta la diferencia inconmensurable de los "señores" frente a sus inferiores, Castro-Gómez lo llama el "pathos de la distancia" (pp. 81-88).

COMO RELACIONAR CON NUESTRA REALIDAD

Es simple poder hacer una relación con nuestra realidad ya que los preceptos de conservar el idioma y las características particulares de Colombia, donde se realiza centralmente la tesis doctoral de Castro Gómez, tiene un pasado e historia colonial parecida tras haber sido colonia española y ser sometidos bajo la misma dominación del norte en estos dos últimos siglos.

Entonces es comprensible que en nuestra comprensión de realidad tengamos claro que la dominación y la relación esclavo patronal existan aun y no poder desligarnos de esa mentalidad COLONIALISTA es una realidad muy clara.

No obstante lo expuesto, pensamos que el libro de Santiago Castro tiene la enorme bondad de intentar un análisis de la condición de los criollos del siglo XVIII desde una perspectiva teórica novedosa. Considero que la intención de realizar estudios simétricos acerca de las mutuas determinaciones que producen las relaciones de localidad y globalidad, marca una ruta que puede ofrecer desarrollos sustantivos especialmente en el campo de los estudios históricos del siglo XVIII y de la historiografía de las ciencias sociales. La investigación de Santiago Castro debe ser entendida como un aporte en esta línea de análisis y como una contribución inicial, en un escenario en el que todavía son pocos los que han dado pasos para construir una nueva narrativa del siglo XVIII.

GLOSARIO

HIBRYS La hibris o hybris (en griego antiguo ὕβριςhýbris) es un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’, y hace referencia no a un impulso irracional y desequilibrado, sino a un intento de transgresión de los límites impuestos por los dioses a los hombres mortales y terrenales. En la Antigua Grecia aludía a un desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado, y más concretamente por Ate (la furia o el orgullo). Como reza el famoso proverbio antiguo, erróneamente atribuido a Eurípides: «Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco.» En síntesis Hybris o Hibris es un castigo lanzado por los dioses.

COLONIALIDAD. El colonialismo es una situación, donde un país rige o domina a otro. Por lo general, el país invadido permanece incapaz de oponerse al invasor, en lo social, económico, político, y sobre todo, militarmente. Las motivaciones para la colonización pueden ser: apropiación de su tierra, y con ella, riqueza y recursos; la estrategia militar, la estrategia económica, o las reivindicaciones históricas, etc. En general son conocidas por establecer bastantes mayorías políticas.

ONTOLOGÍA significa "el estudio del ser". Esta palabra se forma a través de los términos griegos οντος, ontos, que significa ser, ente, y λóγος, logos, que significa estudio, discurso, ciencia, teoría. La ontología es una parte o rama de la filosofía que estudia la naturaleza del ser, la existencia y la realidad, tratando de determinar las categorías fundamentales y las relaciones del "ser en cuanto ser".Engloba algunas cuestiones abstractas como la existencia o no de determinadas entidades, lo que se puede decir que existe y lo que no, cuál es el significado del ser, etc.

MICROFÍSICA DEL PODER El poder no posee conceptos definidos explícitamente, por lo mismo es una "micro física". Está allí, entre las cosas, entre todas las cosas, en todos los actos, en la misma voluntad, en el cuerpo, en todos los cuerpos. El cuerpo físico, social (que es también físico), en la economía. Es que todos son cuerpo en sentido amplio. Ese poder por lo mismo, por provenir de voluntades humanas ejerce dominios mediante una tarea, un accionar constante. Y como tal ejerce el poder en el ámbito que le toca. Así se controla, manipula, estimula. Los ámbitos plenos de control mediante mecanismos permiten entonces "disciplinar" conductas mediante dispositivos de poder y crear "modos de saber". Así se institucionalizarían modos de saber. Ejemplo claro de ello es la supuesta determinación de aquello que es normal o anormal. Eso se vive todos los días. Ejemplo: una opinión desde un mecanismo de poder (la prensa) permite manipular a la opinión pública.

Tal es la microfísica del poder que en palabras de Foucault podría decirse: " los mecanismos de poder que se han encardinado en los cuerpos, en los gestos, en los comportamientos".

Resumen no sé si entraría pero igual te lo mano compañera.

El texto de Santiago Castro-Gómez se inicia con el recordatorio de un pedido de la emperatriz rusa Catalina II que en 1787 escribe al rey de España Carlos III pidiendo material sobre las lenguas aborígenes de América para que los sabios de su corte puedan realizar un estudio comparativo de todas las lenguas del mundo; sin embargo, el autor señal que la construcción de esta Gramática general no buscaba en sí misma la comparación de lenguas y la búsqueda de un origen histórico común de todas ellas, sino más bien “descubrir la estructura lingüística subyacente a todas las lenguas del planeta” (pp. 11).

A raíz de este pedido el rey Carlos III ordena la recolección del material existente sobre las lenguas aborígenes en el Virreinato de Nueva Granada, hecho que hace surgir una interrogante al autor a la luz de los hechos históricos sucedidos antes de emprender esta búsqueda, pues el este mismo rey quien mediante un edicto real de 1770 había prohibido el uso de las lenguas indígenas en sus colonias americanas, debido al interés de la dinastía de los Borbones de unificar lingüísticamente el Imperio. Por lo tanto, las preguntas que son presentadas por Castro-Gómez son las siguientes: “¿por qué razón el mismo rey que decreta la extinción indígenas ordena pocos años después recoger todos los estudios existentes sobre ellas? ¿Cuál es la relación entre el edicto de 1770 y la petición de la emperatriz rusa en 1787? ¿Qué tiene que ver la ciencia ilustrada de la lengua con la política ilustrada de la lengua?” (pp. 13).

A partir de estas interrogantes el autor señala que “la expansión colonial de la Europa moderna supuso necesariamente el diseño e imposición de una política imperial del lenguaje” (Ídem.). Por lo tanto, el lenguaje empieza a ser visto como una herramienta para el dominio y/o la emancipación. El interés de la investigación del texto es resumido en la pregunta por el lugar desde el cual la Ilustración fue leída, traducida y enunciada en Colombia, es decir, la forma en la que los discursos generados por la nueva ciencia fueron re-localizados y adquirieron sentido en Nueva Granada a mediados del siglo XVIII (pp. 15).

Para realizar esta investigación el autor señala la utilización de tres conceptos, el primero de ellos es el de habitus retomado de Pierre Bourdieu para dar cuenta que la limpieza de sangre actuó como el capital cultural más valioso y apreciado por los criollos ilustrados para diferenciarse y situarse en condición de superioridad respecto a los otros grupos poblacionales; el segundo concepto es el de la biopolítica a partir del que se hace referencia a los esfuerzos del imperio español para implementar una política de control sobre la vida a partir del aprovechamiento de los discursos de la ciencia moderna para ejercer el control racional de la población y el territorio en las colonias a través de ciertas políticas de gobierno que Michel Foucault denomina como gubernamentalidad; el tercer concepto es el de la colonialidad del poder que retoma de los desarrollos de Aníbal Quijano, Walter Mignolo y Enrique Dussel y que se refiere a que en las relaciones de poder existe una dimensión cognitiva que se refleja en la producción, circulación y asimilación de los conocimientos.

No obstante, a pesar de utilizar estos tres conceptos para desarrollar la investigación, la misma se encuentra basada en una idea propia de Castro-Gómez que él mismo denomina como la hybris del punto cero, concepto que, por un lado, implica la construcción de un imaginario a partir del cual un observador del mundo social puede situarse en una plataforma neutra de observación que, al mismo tiempo, no puede ser observada desde ningún punto, es decir, este es el punto cero que hace referencia a que el observador estaría en la capacidad de adoptar la mirada sobre el mundo, pero que su poder radica en que su posición no puede ser observada ni representada; por otro lado, la hybris refiere a que los habitantes de este punto cero –los científicos y filósofos ilustrados– pretenden adquirir un punto de vista sobre el que no admiten adoptar ningún punto de vista, entonces, esta pretensión ejemplifica el intento de estos habitantes de llegar a ser como los dioses y carecer de un lugar de enunciación y traducción, idea que es asociada a la arrogancia y desmesura (pp. 18-19).

“Por eso hablamos de la hybris, del pecado de la desmesura. Cuando los mortales quieren ser como los dioses, pero sin tener capacidad de serlo, incurren en el pecado de la hybris, y esto es, más o menos, lo que ocurre con la ciencia occidental de la modernidad. De hecho, la hybris es el gran pecado de Occidente: pretender hacerse un punto de vista sobre todos los demás puntos de vista, pero sin que de ese punto de vista pueda tenerse un punto de vista” (2007: 83).

Esta idea de la hybris del punto cero es, por tanto, el eje sobre el que Castro-Gómez desarrolla toda la investigación. El capítulo uno del libro –Lugares de la Ilustración. Discurso colonial y geopolíticas del conocimiento en el Siglo de las Luces– parte con una comparación entre lo señalado por Immanuel Kant en su famoso ensayo titulado ¿Qué es la Ilustración?, donde manifiesta que la misma es “la salida del hombre de la minoría de edad” (cit., pp. 21) y, por otro lado, el encargo del virrey de Nueva Granada, don Manuel de Guirior, para “la redacción de un plan de estudios que sirva de base a la organización de una universidad capaz de formar a la elite criolla en los principios científicos de la Ilustración”.

A partir de estos dos hechos, el autor traza una tesis que es la siguiente: “la Ilustración no es un fenómeno europeo que se “difunde” luego por todo el mundo, sino que es, ante todo, un conjunto de discursos con diferentes lugares de producción y enunciación que gozaban ya en el siglo XVIII de una circulación mundial” (pp. 22). Por lo tanto, la Ilustración es vista como una “lucha imperial por el control de los territorios claves para la expansión del naciente capitalismo y de la población que habitaba esos territorios”.

Por lo tanto, lo que intenta mostrar este primer capítulo es la existencia de una relación entre el proyecto científico de la Ilustración –que Stephen Toulmin denomina Cosmópolis– y el carácter geopolítico de los enunciados del mismo. Este proyecto de la Cosmópolis implica la pretensión de construir una forma de conocimiento que tenga como objetos de estudio al hombre y a la sociedad y que esté sometido a leyes físicas bajo el paradigma newtoniano, es decir, la idea de construir una sociedad que esté ordenada racionalmente desde la perspectiva de un poder central que es el Estado.

Es en este punto donde a partir de los postulados de personajes relevantes para la nueva ciencia, como Newton, Toulmin, Descartes, Hume, Smith, Turgot, Bossuet y Condorcet, de generan dos ideas centrales, por un lado, la ya mencionada necesidad de construir esta plataforma neutra y objetiva a partir de la cual se observa el mundo social –la hybris del punto cero– y, por otro lado, la configuración de una patrón evolutivo de desarrollo de las sociedades a partir del cual defender “científicamente” la idea de una no simultaneidad temporal de las sociedades, lo que implica que algunas se habrían “desarrollado” y alcanzado el “progreso” a diferencia de otras donde todavía se vivía bajo patrones “premodernos” de desarrollo, en otras palabras, las sociedades coexisten en un mismo espacio pero su patrón evolutivo es diferente, no son simultáneas temporalmente.

Es en esta idea de la no simultaneidad temporal a partir de la cual se analiza la taxonomía racial promovida por Immanuel Kant a través de su estudio de la antropología pragmática, pero principalmente de la geografía física que, al pretender estar situada en un punto cero de observación, plantea la existencia de razas moralmente inmaduras. Hechos estos que iban a permitir a Europa situarse como el modelo de desarrollo evolutivo a seguir y, por tanto, como indicador a partir del cual se mide el resto de las sociedades.

A partir de este proceso se empieza a estudiar el paradigma de la modernidad/colonialidad que serían dos caras de una misma moneda, es decir, el desarrollo de la modernidad está estrechamente ligado al desarrollo de la colonialidad y viceversa, por lo tanto, se requiere estudiar la importancia la modernidad en el proceso de construcción de conocimientos. En primera instancia, el autor recurre a las ideas de Edward Said y su libro Orientalismo donde se plantea la idea que “el dominador europeo construye al “otro colonial” como objeto de estudio (“oriente”) y, al mismo tiempo, construye una imagen de su propio locus enuntiationis imperial (“occidente”)” (pp. 43).

Por lo tanto, la dimensión cognitiva del colonialismo moderno es lo que el autor denomina como colonialidad que, a su vez, es el elemento constitutivo de la modernidad. Proceso que ha permitido a occidente subalternizar las voces y las formas de conocimientos surgidas en otras regiones del mundo. En vista de ello, se requiere la des-trucción del mito de la modernidad, para lo que utiliza el modelo alternativo de Enrique Dussel que denomina “paradigma planetario” que formula que la modernidad es un fenómeno surgido como resultado de la administración de los diferentes imperios europeos de su posición de centralidad que ocupan en el sistema-mundo, por lo que procesos como la Revolución Francesa no pueden ser catalogados como fenómenos europeos, sino como mundiales, pues no pueden ser pensados sin tomar en cuenta la relación asimétrica existente entre Europa y su periferia colonial (pp. 49). La importancia de este paradigma dusseliano radica en el hecho que al plantear la idea de fenómenos de carácter mundial, la Ilustración debe ser vista como un fenómeno que es enunciado de forma simultánea en varios lugares del sistema-mundo moderno/colonial, anclándose en diversos nodos de poder (pp. 50).

La tesis que empieza a surgir en base a estas reflexiones es que el lugar de enunciación del discurso ilustrado criollo coincide con el lugar del discurso de la limpieza de sangre, coincidencia que debe ser vista como un fenómeno de propiedad de la modernidad en la periferia colonial hispánica (pp. 53). Este discurso de la limpieza de sangre es vista por Mignolo como el primer esquema de clasificación de la población mundial que se tornó mundial a partir de la expansión comercial española hacia el Atlántico, lo que demuestra cómo una historia local se convirtió en un diseño global que sirvió de mecanismo clasificatorio poblacional en base al lugar que ocupan las poblaciones en la división internacional del trabajo (pp. 54).

El discurso de la limpieza de sangre tendría sus raíces en la división tripartita del mundo realizada por Herodoto, quien dividió jerárquica y cualitativamente al territorio mundial en tres regiones: Europa, Asia y África; sin embargo, dicha división es reinterpretada por el cristianismo con fines teológicos que le permitieron hacer referencia a las tres regiones donde se asentaron los hijos de Noé –Sem, Cam y Jafet– y permitieron una clasificación jerárquica de orden racial donde los asiáticos y africanos, descendientes de Sem y Cam eran tenidos como seres culturalmente inferiores, a diferencia de los europeos que, al ser descendientes de Jafet –hijo amado de Noé– eran racial y culturalmente superiores (pp. 55).

La importancia de esto radica en el hecho que una vez que se puso en evidencia que las tierras americanas conformaban una región distinta a las ya conocidas, las mismas fueron catalogadas como una prolongación natural de Europa y, por tanto, sujetas a ser el escenario en el que debía prolongarse la cultura del hombre blanco europeo. Aquí es donde se refleja la importancia de la idea de geopolíticas del conocimiento que, como consecuencia de la hybris del punto cero, invisibiliza el lugar de enunciación, es decir, la conversión de un lugar sin lugar (pp. 61).

Elementos éstos asociados al concepto de colonialidad del poder que no hace referencia a otra cosa que el establecimiento de una relación de poder entre colonizadores y colonizados que está basada en una superioridad étnica y cognitiva de los primeros, lo que implica la constante búsqueda que los indígenas cambien sus formas tradicionales de conocimiento a partir del establecimiento y adopción del horizonte cognitivo de los dominadores, es decir, la implementación de un proceso de violencia epistémica que es ejercida desde la primera modernidad. Por lo tanto, el discurso de la limpieza de sangre se internaliza en la sociedad colonial como un eje constructor de subjetividades que hace del imaginario de blancura el instrumento a partir del que se producen y transmiten los conocimientos.

En el segundo capítulo, titulado Purus ab omnia macula sanguinis. El imaginario colonial de la blancura en la Nueva Granada, se intenta mostrar que “el lugar de enunciación del discurso ilustrado criollo coincide exactamente con el del discurso de la limpieza de sangre, es decir, que en ese lugar geocultural específico coincidían el imaginario moderno del punto cero con el imaginario colonial de la blancura” (pp. 68).

Ficha bibliográfica:

Castro-Gómez, Santiago. (2005). La Hybris del Punto Cero: ciencia, raza e Ilustración en la Nueva Granada (1750 – 1816). Bogo

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