La Justicia De Paz En Venezuela

Miembro de “Primero Justicia” de Venezuela

La justicia de paz en Venezuela

Diciembre de 1999

Nosotros iniciamos esta lucha por métodos alternos desde 1992, y básicamente porque el drama de la justicia es algo similar en todos nuestros pueblos. En Venezuela se hablaba en esos momentos, en estudios hechos por el Banco Mundial y por otras organizaciones, de que sólo entre 12 y 15% de las personas tenía acceso a la justicia; y de ese porcentaje, la gran mayoría no lograba la resolución de sus casos. Muchos hablaban de que se tardaban tres, cuatro, cinco años en la resolución de casos. Incluso había un caso muy famoso en ese tiempo: una persona que pasó 25 años preso resultó ser inocente, sin tener compensación ni nada; simplemente salió libre. Después de 25 años le dijeron que era inocente.

Es una realidad de todos los pueblos latinoamericanos que nos han inculcado el quedarnos tranquilos y que esa realidad permanezca. Lamentablemente, las acciones por reforma judicial en todos nuestros países están produciendo que esto se mantenga en el tiempo. Y lo único que era valedero para la reforma era una justicia comunitaria, una justicia en la base. Y la experiencia peruana de unos 4000 jueces de paz es muy significativa, porque se trata de jueces comunitarios que trabajan en su comunidad y resuelven el problema del día a día de la comunidad.

Entonces empezamos ese camino. El magistrado peruano Orestes Zegarra asistió a unos talleres que se dieron en la Universidad Católica de Venezuela y nos apoyó cuando estábamos en plena redacción de un nuevo proyecto de ley. Nuestro primer proyecto de ley empezó en 1992. Logramos que lo aprobaran en 1993, pero fue rechazado por grupos de presión que consideraban que la justicia de paz no era importante para la reforma judicial. Seguimos en la pelea, por lo que logramos, efectivamente, que a fines de 1994 nos aprobaran nuevamente un proyecto de ley.

La justicia de paz en Venezuela fue algo que desapareció en el tiempo. Consideraban que un Estado moderno no podía tener justicia en las comunidades. No es como la justicia en muchos países, que sí llega a sus comunidades. Entonces surgió este proyecto de ley que simplemente se basaba en unos principios muy básicos: la elección directa de una persona en la comunidad que forme parte de la comunidad y elegida popularmente, que resuelva conflictos y utilice conciliación y equidad.

Conciliación es poner a las dos partes de acuerdo, a las personas de acuerdo, y equidad simplemente es resolver utilizando la justicia suprema, dar a cada quien lo suyo, lo que le corresponde. En ese proceso también pensamos que había que idear mecanismos de elección y control comunitario. Este pequeño proyecto de ley tuvo éxito, logró la aprobación, pero ahí se estancó. Entonces, como organización, decidimos seguir, ya que nos habíamos metido en el problema de la resolución alterna de conflictos y la justicia de paz; debíamos continuar, para lo cual empezamos a impulsar a las comunidades para que eligiesen a sus jueces de paz.

El éxito fue relativo. Nos referimos a un tiempo corto. Hay 252 equipos de justicia de paz que funcionan en el territorio venezolano, y esperamos que el próximo año se elijan 200 más de un total de 5000 jueces de paz que queremos sean elegidos. Lo importante de todo esto es que nosotros vemos el proceso de resolución alterna de conflicto y el sistema de justicia de paz no como un sistema de reforma judicial como tal, sino como un sistema de desarrollo social. Desarrollo social y desarrollo educativo, una forma de educar a las comunidades para asumir lo que es suyo: la resolución de casos, la organización de la misma comunidad, la decisión sobre el destino de su propia comunidad.

Quienes han tenido acceso a diferentes jueces de paz se dan cuenta de que los problemas que éstos resuelven -problemas pequeños, muchas veces insignificantes– no tienen cabida en el sistema de justicia formal. Se dan cuenta de que con el tiempo estos pequeños problemas serán grandes problemas. Hubo problemas resueltos por los jueces de paz que evitaron que posteriormente haya hechos de sangre, hechos que marcan a una comunidad. Jueces de paz de Venezuela han resuelto casos de violencia, de maltrato familiar, entre otros. Nosotros tenemos las estadísticas de los casos resueltos por los jueces de paz en Venezuela, y de los problemas que resuelven destacan los problemas vecinales, de contaminación ambiental, familiares, de violencia familiar, maltrato, violaciones.

En un país donde 70% de la gente es pobre se requiere una atención directa a este tipo de problemas, pero la justicia formal no les da importancia debido a que no son económicamente rentables. Los jueces de paz también atienden problemas patrimoniales de baja monta, problemas con los expendedores de productos, con menores de edad; es decir, diferentes tipos de problemas que son resueltos, la mayoría de veces, a través de la conciliación.

A pesar de tener la conciliación como un arma de resolución de conflictos, tampoco podíamos dejar que éstos se quedaran sólo en una resolución conciliatoria, por lo que le dimos poder al juez de paz para decidir, para tener plena jurisdicción en sus comunidades. Esos jueces de paz elegidos en pequeñas comunidades de 4000 habitantes, sin que eso sea una restricción, también podrían ser elegidos en comunidades aún más pequeñas, comunidades lejanas,

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