La Television Vs La Lectura

¿Afecta ver la televisión al hábito de la lectura?

En el presente ensayo hablaremos sobre el hábito de la lectura vs el hábito de ver televisión en la población mexicana, apoyado en 3 fuentes básicas recorreremos los factores más importantes que contribuyen a minimizar el hábito de la lectura frente a la televisión y llegaremos finalmente a la conclusión sobre la importancia de la participación-consciencia de las personas para elegir y enseñar a los niños a hacer lo mismo.

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “En México se vive en una cultura que privilegia la televisión sobre la lectura. Por cada hora de lectura, las familias de este país ven 10 horas de televisión, como su entretenimiento favorito. En promedio el 40% de tiempo libre, en los países que esta organización lo dedican a ver la TV o el escuchar la radio. México es el país que tiene el un máximo porcentaje, 48%, de tiempo libre dedicado a la TV” . Con estos datos tan alarmantes podríamos pensar definitivamente que la televisión es dañina per se, pero debemos mirar un poco más de fondo antes de emitir el juicio.

¿Donde empieza el gusto por la lectura y el gusto por la televisión?

Sin duda ambos empiezan a muy temprana edad, los niños tienen como mejores modelos a los adultos más cercanos a ellos, padres, líderes o maestros. Juan Gerardo Paredes Orea, educador del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa – Red Escolar en su análisis comparativo TV vs Lectura, explica que los adultos no tienen un hábito de lectura que enseñar a los niños, aunque sabrían que es mejor leer que ver TV, sobreponen la distracción y pasatiempo personal y familiar en mirar la televisión. Paredes identifica algunas razones explícitas que inculcamos a los demás cuando desarrollamos cualquiera de los 2 hábitos: “La TV se percibe como algo divertido, que se observa relajadamente (en el sofá, en pijamas o comiendo) y, no hay presión de ser evaluados sobre lo que vieron. En cambio leer libros es aburrido, sirven para leerse en el aula, para hacer tareas, contestar cuestionarios y exámenes” .

La afición por la lectura empieza, casi siempre, desde el nacimiento o incluso antes, cuando se está expuesto a ambientes que propician esta actividad. Estudios al respecto señalan que las familias que tienen libros clásicos, literatura o poesía (es decir, más allá de los libros de texto o religiosos), desarrollan mejores ambientes de aprendizaje y, por tanto, mejores lectores (y por tanto educandos).

Aunado a nuestra falta de interés por la lectura, se le suman “las cualidades”- efectos nocivos que ejerce la televisión: Patricia Greenfield, experta en la materia menciona que “la TV tiene efectos nocivos. Puede provocar una actitud pasiva, toda vez que es una actitud meramente receptiva, que no supone ningún esfuerzo y anula la iniciativa del niño… Los efectos de los mensajes de referentes mediáticos, tienen repercusiones en el lenguaje, este sufre distorsiones graves. ”

Debemos examinar también el papel que juega este medio de comunicación como instrumento de control de masas, que sirve al beneficio de las compañías televisivas y comerciales para satisfacer sus propios intereses ya sean de orden político, económico o sociales. “Los referentes televisivos tienen un contexto comercial como

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