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La cueva de Altamira


Enviado por   •  7 de Octubre de 2014  •  Trabajos  •  1.572 Palabras (7 Páginas)  •  190 Visitas

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La cueva de Altamira se encuentra en la región central de Cantabria (norte de España), en los límites de los términos municipales de Santillana del Mar y Reocín Es un arte rupestre del paleolítico superior. Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 35.000 y 13.000 años antes del presente. Estas representaciones se extienden por toda la cueva, a lo largo de más de 270 metros, aunque sean las famosas pinturas policromas las más conocidas. Su conservación en las mejores condiciones constituye un reto científico y de gestión del Patrimonio y es el objetivo prioritario y la razón de ser del Museo de Altamira.

Actualmente, Altamira tiene un recorrido casi lineal de 270 mts. de longitud. En la zona de la entrada se localiza el yacimiento arqueológico y la sala de polícromos, ambos formando parte de una gran sala vestibular. A continuación, el desarrollo longitudinal de la cueva deja poco lugar para espacios amplios a excepción de la Gran Sala, la única que presenta magnitudes de cierta relevancia. Finaliza en una estrecha galería de difícil acceso, no obstante también contiene pinturas y grabados, como el resto de la cueva.

El hallazgo de la cueva de Altamira se debió a Modesto Cubillas, hacia 1868, quien se lo comunicó a Marcelino Sanz de Sautuola, que visitó a la cueva  por primera vez en 1875. La recorrió en su totalidad y reconoció algunos signos abstractos, como rayas negras repetidas, a las que no dio ninguna importancia por no considerarlas obra humana. Cuatro años después, en el verano de 1879, volvió Sautuola por segunda vez a Altamira. En esta ocasión, acompañado por su hija María Faustina Sanz Rivarola, de alrededor de 8 años El descubrimiento lo realizó, en realidad, la niña. Mientras su padre permanecía en la boca de la gruta, ella se adentró hasta llegar a una sala lateral. Allí vio unas pinturas en el techo y corrió a decírselo a su padre. Sautuola quedó sorprendido al contemplar el grandioso conjunto de pinturas de aquellos extraños animales que cubrían la casi totalidad de la bóveda.

En 1.880 publicó el hallazgo en el folleto Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la Provincia de Santander, atribuyendo las pinturas a la prehistoria, al periodo paleolítico. A pesar su lúcido análisis, sus contemporáneos, desde diferentes perspectivas intelectuales, evolucionistas, creacionistas o los incrédulos prehistoriadores del momento, fueron incapaces de asumir su planteamiento. Altamira se sumió en el olvido.

En 1902, el prehistoriador francés E. de Cartailhac publicó "Les cavernes ornées de dessins. La grotte d'Altamira, Espagne. Mea Culpa d'un sceptique", reconociendo su valor original. A partir de este momento, la cueva de Altamira adquirió reconocimiento universal, convirtiéndose en un icono, en el destino quienes querían conocer el origen del hombre.

Marcelino Sanz de Sautuola realizó en 1879 “rebuscas en el vestíbulo”, descubriendo abundantes objetos de sílex, hueso y asta, colorantes, restos de fauna y conchas que le sirvieron para fijar la edad paleolítica de las famosas pinturas polícromas. El primero que excavó en profundidad y extensión fue H. Alcalde del Río, Director de la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega, desde 1903. Describió dos niveles consecutivos, el inferior y más antiguo, de época Solutrense y el superior, más reciente, del Magdaleniense. Esta secuencia fue confirmada por los trabajos de Hugo Obermaier (1924 y 1925). J. González Echegaray y L. G. Freeman en su excavación de 1980/81 percibieron una complejidad mayor del registro arqueológico, en la línea de lo que las recientes excavaciones han confirmado.

El conocimiento actual permite asumir que el Arte de Altamira corresponde al mismo marco cronológico que el depósito arqueológico, entre 35.000 y 13.000 años. La zona derecha del Techo de los Polícromos contiene las más antiguas representaciones: grandes caballos de color rojo, de entre 150 y 180 cm de longitud, una mano en positivo y dos en negativo, y varias series de puntos. Otras figuras de color negro, dibujadas con carbón, han permitido su datación por Carbono 14 en el Magdaleniense inferior. A este momento corresponden los signos cuadrangulares, y “las máscaras” que son formas naturales de la pared a las que se han añadido ojos o boca, humanizándolas.

El ciervo es la especie más representada, la mayoría son figuras grabadas durante el Magdaleniense inferior, entre 14.800 y 14.400 antes del presente, contemporáneas de los polícromos. Los 25 grandes polícromos son caballos, bisontes que miden entre 125 y 170 cm de longitud, y la cierva, de más de dos metros. Primero se grabó el contorno y se dibujó a línea negra con carbón; luego se rellenaron con pintura roja o amarillenta. En algunos bisontes se marcó con pintura negra el cambio de coloración de su vientre o se utilizó el lápiz de carbón para detallar el pelo o

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