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La relevancia de las instituciones políticas en las transiciones desde el multipolarismo decimonónico hasta ahora


Enviado por   •  11 de Abril de 2016  •  Ensayos  •  3.782 Palabras (16 Páginas)  •  199 Visitas

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MAGISTER EN DIRECCIÓN ESTRATÉGICA

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ANÁLISIS POLÍTICO Y ECONÓMICO INTERNACIONAL

Patricio CHAMY Silva

Capitán de Fragata

Armada de Chile

¿Cuál es la relevancia de las instituciones políticas en las transiciones desde el multipolarismo decimonónico hasta ahora?

De modo de poder explicar la relevancia de las instituciones políticas desde el siglo XIX hasta hoy en día, es necesario hacer una breve síntesis de la historia política internacional y como se ha ido modificando este escenario.

El sistema Político internacional en el siglo XIX

Durante el siglo XVIII el sistema internacional se encontraba regido aun por grandes monarquías e imperios: Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, el Imperio Austrohúngaro y Rusia. Una estructura multipolar cuyo orden estaba basado en el equilibrio del poder entre estas potencias. Estados Unidos se consolidaba ya como una potencia en el continente Americano, adoptando una política exterior aislacionista, con un sistema económico proteccionista y una autonomía respecto de Gran Bretaña, sin embargo, siguió las mismas pautas británicas de evitar la intervención europea en América.

Con la Independencia de las naciones del continente Sudamericano se produce un cambio en el equilibrio internacional, donde la soberanía y rol del estado surgen como contraparte a las antiguas políticas, pasando así a una sociedad de estados civilizados donde Europa aun sigue marcando la pauta, pero con una influencia cada vez mayor de Estado Unidos.        

De igual forma en Europa el sistema monárquico comienza a ser reemplazado por  un sistema parlamentario dando comienzo al fin de las monarquías absolutas, pasando a fines de siglo a una monarquía constitucional. Nace la Izquierda y la Derecha Política, el poder ya no es del rey sino que del parlamento regido por minorías políticas.

Este periodo se caracterizó por un equilibrio entre las grandes potencias, de modo de que ningún estado fuera capaz de amenazar a otro, el equilibrio, la seguridad y protección de cada estado era la norma. Sin embargo esta estabilidad duraría solo hasta la Primera Guerra Mundial.

Con el cambio de siglo van apareciendo nuevos actores, especialmente en América del sur donde nacen una serie de estados, que como naciones incipientes se encontraban atrasadas en su desarrollo  político, social y económico.

En Asia,  Japón se consolidaba como una potencia predomínate en el este del continente, superando incluso a China que había adoptado una política aislacionista desde un par de siglo antes. Pero los cambios más importantes se producían en el continente Europeo, Francia y España dejan de ser potencias coloniales y con la revolución industrial y económica Gran Bretaña se consolida como primera potencia comercial, sin embargo Alemania que lentamente se había ido consolidando, alcanza un desarrollo industrial y potencial militar principios de siglo difícil de igual por el resto, lo que finalmente desequilibro la balanza de poderes, desencadenando la Primera Guerra Mundial.

Este conflicto tuvo diversas consecuencias, sin embargo una de las más importantes fue la consolidación de Estados Unidos como potencia y el agotamiento económico, político, militar y moral de Gran Bretaña, que perdería el liderazgo internacional que pasaría a los Estados Unidos. Desde ese momento quedó claro que la capital financiera del mundo ya no sería Londres sino Nueva York.[1] 

El mapa político Europeo se modifica, naciendo una serie de estados como consecuencia de los tratados firmados al término de la guerra y Japón se consolida como un actor de peso en el escenario internacional y preponderante  en el sud este asiático.

Finalmente como una forma de asegura la paz y prevenir un nuevo conflicto a nivel global, se crea la Sociedad de las Naciones (SDN), sin embargo fallaría en su objetivo al no participar de ella Estados Unidos y Rusia, dos de la mayores potencias de la época y el no respeto de sus principios  por las potencias integrantes.[2]

Después de la Guerra, si bien se trato de volver a un equilibrio de poderes, lo primordial era la recuperación económica y social, además de la seguridad individual. Es así como Estados Unidos adoptó una política aislacionista, dejando en manos de Gran Bretaña, quien estaba más preocupada de recuperar su estatus de potencia económica y militar;  y Francia, que estaba más preocupada de evitar el resurgimiento de Alemania, el  protagonismo en el escenario  internacional. Europa se encontraba devastada, intentando recuperase económica y socialmente de la guerra y los diversos países nacidos de este conflicto en proceso de consolidación  política y social.

El surgimiento de Rusia generó el nacimiento de nuevas corrientes ideológicas de carácter nacionalista, dividiendo el mundo en países comunistas y capitalistas. Alemania por su parte, si bien fue sometida a restricciones militares y económicas, aún mantenía una potencialidad tremenda, con una población numerosa y una capacidad de producción de hierro y acero superior a la de sus vecinos, sumado al  descontento social producto de los gravámenes y vejaciones a las cuales estaba siendo sometida como estado perdedor, generaron un sentimiento nacionalista que fue canalizado por Hitler, permitiendo el rápido resurgimiento de una Alemania Nazi a fines de los años treinta, lo que finalmente llevaría a la Segunda Guerra Mundial.

De la Multipolaridad hacia la Unipolaridad.

Con la Segunda Guerra Mundial, se reestructura nuevamente el escenario político internacional, pasando de un sistema multipolar de equilibrio de poderes a un sistema bipolar de Guerra Fría, con la consolidación definitiva de Estado Unidos como primera potencia mundial y la Unión Soviética como contraparte. El primero con el objetivo de frenar el avance de la ideología comunista y del segundo con el objetivo de ampliar su esfera de influencia; ambos recurriendo a los distintos medios de relaciones políticas internacionales, sin embargo con el lanzamiento de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, aparecería un nuevo instrumento que cambiaría la forma de relacionarse: las armas nucleares. Este sistema Bipolar se mantendría hasta el desmoronamiento de la Unión Soviética ante la superioridad económica y militar de Estados Unidos, pasando finalmente a un sistema Unipolar.

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