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La representación de género en los medios mexicanos de comunicación


Enviado por   •  12 de Agosto de 2017  •  Ensayos  •  1.102 Palabras (5 Páginas)  •  180 Visitas

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Roberto Gasca Alcántara 01373003
Análisis y expresión verbal (3)
Agustín Rodríguez
26 de abril 2017

El efecto de la representación de género en la televisión

El género se define, desde la IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la mujer,  como un conjunto de comportamientos aprendidos, significados que se comparten a través de la cultura y los signos que en ella existen, asignando ciertas características a lo “femenino” y a lo “masculino”. (ONU Muejer, 1995). De esta forma, se entiende que cada persona es capaz de seleccionar los elementos que prefiera, teniendo la posibilidad de crear combinaciones casi infinitas. La omisión, posiblemente intencionada, de esta información en la televisión mexicana lleva a la creación de personajes profundamente estereotipados, con comportamientos caricaturescos, transmitiendo una interpretación de los roles de género anticuada. En el presente trabajo se enlistan algunos ejemplos de la representación de la diversidad sexual y de género en los medios mexicanos, así como la importancia de la televisión para la población nacional y se relacionarán para encontrar su efecto en el imaginario popular.

En las televisoras mexicanas se  perpetran los estereotipos ignorando las últimas convenciones psicológicas, psiquiátricas y médicas. Del mismo modo, se difunden mensajes que cosifican a determinados personajes, especialmente a las mujeres. Ana María Herrero menciona en la Revista Cuadrivio que “lamentablemente, en México, como en otros lugares, permea un discurso sexista, racista y clasista que se ve de forma aumentada en las narrativas y códigos visuales con que se representa a la mujer mexicana” (2013). En palabras simples, casi todas las representaciones de los roles de género no masculinos en los medios son, de una u otra forma, menospreciados y agredidos. Son frecuentes las apariciones de mujeres en poca ropa, en bikini o con faldas cortas para amenizar algún programa donde su única función es precisamente ésa. En la mayoría de los casos ni siquiera cuentan con diálogos para aportar a la transmisión, sino que su sola presencia y vestimenta son el enfoque de la cámara y los espectadores, denigrándolas a un rol de mero objeto de observación y deleite para el público masculino.

Este tipo de representaciones puede tener un impacto fuerte en la sociedad. En México, de acuerdo al Secretario de Gobierno Osorio Chong, el 67% de las mujeres han sufrido de violencia de género, según el reportaje de El Economista (2017). Estas cifras pueden ser fácilmente ligadas a la situación anterior: según datos del INEGI en su Encuesta sobre la Penetración de la Televisión Abierta en los Hogares (2012) indican que, en tan sólo ocho ciudades de la República, el 98.4% de los hogares cuentan con una televisión, mientras que un estudio realizado por Manuel Arboccó y Jorge O’Brien determinó que un niño o adolescente es extremadamente propenso a reaccionar imitando lo que ha visto en la televisión (2012: p. 46). Además, en un estudio centrado en los jóvenes mexicanos, se encontró que “existe una correlación entre la formación de la realidad social y el contenido de los programas de televisión” (Márquez, Mireles, Armeaga, 2013: pp. 127-133). De esta forma, podemos ver que cualquier conducta que cosifique o agreda de alguna forma a un individuo será llevada, seguramente, de la televisión a la realidad.

No obstante, siempre hay dos factores a considerar: por un lado, se tiene que en los últimos años se han dado personajes femeninos en los contenidos televisivos que salen adelante a pesar de toda dificultad y rompen los estereotipos, imponiéndose a la opresión y a las malas jugadas. Ejemplos claros son Teresa y La reina del sur, aunque son solamente las demostraciones más recientes de este fenómeno. También es importante considerar el factor del pensamiento crítico y la educación, pues si ésta es sólida en el individuo, los comportamientos inapropiados serán mínimos; al desarrollar empatía a través de la información, es menos probable que una persona adopte conductas inadecuadas, tal como señaló el mismo estudio de Márquez, Mireles y Armeaga. Es por estas razones que es probable un cambio positivo no sólo en la forma en que las mujeres y los roles de género no convencionales se presentan en los medios, sino también en la manera en que éstos son tratados en la sociedad.

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