Conflicto De Genero En Los Medios De Comunicacion

CONFLICTOS DE GÉNERO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

El debate sobre género en los medios de comunicación de masas, lejos de contribuir a crear un ambiente de conciliación y armonía, sólo genera más controversia y posturas de enfrentamiento, pues cada interlocutor defiende sus tesis de manera radicalizada, persiguiendo, desde un plan estratégico, una mayor audiencia. Este frívolo, banal y poco alentador debate se traslada al televidente y, en general, al consumidor pasivo del producto con lo que se crea, difunde y aumenta de manera artificial la sensación de conflicto generalizado. La violencia machista, tanto física como psicológica, es un estigma execrable de la sociedad actual contra el que es preciso poner todos los medios al alcance. Esas luctuosas noticias que con frecuencia nos sobrecogen son sólo el culmen de un proceso que finaliza de manera trágica, pero no podemos olvidar que, con toda seguridad, son muchas más las parejas que disfrutan de una sana convivencia, y que no se debe extrapolar la información mediática a la generalidad.

El tratamiento mediático de la violencia de género requiere una mención especial. Las noticias fomentan un estereotipo de mujer maltratada de humilde condición, con poca cultura e inmigrante, dando un tratamiento superficial basado sólo en aspectos penales, cuando en realidad el problema es de una extraordinaria complejidad, mayor de lo que se piensa, que pocas veces se aborda con afán de solución. Acaso haya una falta de valentía que soslaya la mórbida situación social que subyace tras el hecho noticiable de la crónica negra al que se llega tras la acumulación de tensiones familiares de toda índole. Mirando hacia el pasado nos asalta una duda razonable que nos lleva, indefectiblemente, a una seria reflexión: ¿es nueva la violencia de género que parece caracterizar a nuestro tiempo y a nuestra sociedad, o existía también en otros pasajes de la historia?, en caso de que existiese, ¿en que grado ha aumentado y qué circunstancias pueden haberla auspiciado?

Lamentablemente la mujer ha desempeñado por tradición ancestral un rol de sometimiento al protagonismo masculino en todos los ámbitos: en el hogar, en el trabajo y en las relaciones sociales. Durante siglos ese papel sumiso ha constituido un status quo, en el que la conflictividad familiar era oculta tras una cortina, ahogada en un denso silencio de conformismo. Con el paso del tiempo la mujer ha ganado, con esfuerzo y sacrificio, pequeñas batallas en pos de la anhelada igualdad con el hombre. Pero ha sido durante los últimos años cuando ha comenzado a disfrutar del espacio propio que le corresponde y que le había sido injustamente vetado, y es así que su ascenso se ha visto refrendado en la vida académica y profesional donde su cualificación le ha permitido crear pequeñas esferas de igualdad respecto al género, a pesar de que continúe luchando

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