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La sabiduría docente y el saber “científico” pedagógico. (conceptualización, importancia, jerarquía, tipos y diferencias)


Enviado por   •  6 de Febrero de 2012  •  Monografías  •  2.806 Palabras (12 Páginas)  •  822 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El trabajo que a continuación se presenta, contiene una breve opinión y comparación, de la temática revisada en el aula, con la práctica docente real.

Dicha temática gira alrededor del reconocimiento, rescate y revaloración de los saberes docentes en la práctica cotidiana. Se hace mención también, de la conceptualización, características y tipos de saberes; se ofrece información sobre la forma de identificar, clarificar y contrastar dichos saberes en la acción misma y el valor que tienen para el profesor e importancia de la reflexión en la acción educativa.

Además de someter los saberes docentes a un proceso de crítica que permitirá dar cuenta del nivel de conciencia que va logrando el profesor, las habilidades y aciertos de los saberes en el contexto histórico social en el que se den.

LA SABIDURÍA DOCENTE Y EL SABER “CIENTÍFICO” PEDAGÓGICO. (Conceptualización, importancia, jerarquía, tipos y diferencias)

La mayoría de los saberes que el maestro desarrolla sobre su práctica docente son adaptaciones que, por medio de el acontecer diario, tiene que lograr; estas adaptaciones surgen de las bases que se adquieren durante la formación académica del docente, sin embargo no pueden ser aplicadas de manera directa, porque los contextos son muy variados y las situaciones totalmente inesperadas.

Para mí, la teoría ha representado la plataforma sobre la que se pueden construir momentos clave y específicos que ayuden a generar ambientes benéficos para el proceso de E-A, pero esos conocimientos basados en estudios “científicos” , no son una respuesta absoluta ni la solución a los problemas que la realidad me presenta a diario, con la variedad de personalidades, estilos de aprendizaje, formas de ver el mundo, de convivencia, de resolución de problemas entre muchas otras diferencias.

Los contenidos son los mismos a nivel nacional, en el grado que estoy atendiendo, sin embargo, al compartirlos con los niños, tengo que partir de mis saberes, en primera para utilizar la didáctica que más se adapte al grupo, en crear algunas actividades que de acuerdo al ritmo de trabajo del grupo los motive a conocer sobre el tema, los aprendizajes esperados de acuerdo al tiempo, espacio y habilidades; y todas estas situaciones no se van desarrollando más que por medio de la práctica.

Como docente también, se deben desarrollar saberes que tienen que ver con las relaciones humanas, pensando siempre en el contexto, ya que no es lo mismo tratar con gente de zonas rurales y gente de zonas urbanas, de la misma forma siempre ser muy cuidadosos en los métodos utilizados para comunicar resultados y todo lo concerniente a desarrollo, comportamiento, necesidades y resultados de un alumno. Procedimientos que también como maestros vamos enriqueciendo sobre la marcha.

El maestro debe también, poseer conocimientos, relacionados con el lugar donde trabaja, las actividades que ahí se desarrollan, las festividades, las tradiciones, mismos elementos que pueden en algún momento servir como apoyo de las actividades en el aula. Es un aspecto importante, porque aquel maestro que no logre relacionarse de manera adecuada con toda una comunidad, colonia o región en a que labore difícilmente se habrá ganado la confianza y por ende la cooperación de los escolares y sus padres, situación que puede dificultar el proceso de E-A.

Los saberes que sustentan la labor docente generalmente se encuentran implícitos en las prácticas específicas. En la enseñanza cotidiana y desde la propia historia, e intereses de quienes la realizan, se combinan los saberes provenientes de distintos momentos históricos y ámbitos sociales.

En la práctica docente cotidiana, que es heterogénea por su conformación histórica, se concretan los saberes que se han apropiado los maestros durante su vida profesional. En el proceso de apropiación los maestros nos confrontamos con los saberes del oficio que nos anteceden; rechazamos algunos, integramos otros a la propia práctica y generamos a su vez nuevos saberes al enfrentar la resolución del trabajo en el contexto específico que lo estemos realizando.

Nuestro saber docente se expresa en los tratamientos específicos de los diferentes contenidos curriculares; se encuentra en la jerarquización de contenidos de acuerdo con nuestras ideas y creencias, así como en el ajuste de esos contenidos según las demandas y características de cada grupo.

Los maestros generamos, una diversidad de recursos que expresan nuestros saberes, para que determinados niños, no queden en atraso con respecto a otros: trabajo individual, estrategias específicas, ejercicios y materiales especiales para subgrupos. Los saberes docentes también se involucran en las prácticas mediante las cuales es posible tratar con grupos numerosos, de niños pequeños que demandan atención a sus necesidades lúdicas y de cuidado incluso de su integridad física.

Los docentes tenemos retos distintos cada día, y es por medio de estos saberes que logramos resolverlos y obtener los resultados deseados, siempre y cuando seamos concientes de ellos, los utilicemos adecuadamente y los enriquezcamos.

RECONOCIMIENTO, RESCATE Y REVALORIZACIÓN DE LOS SABERES DOCENTES

La práctica docente es compleja, ya que nosotros como profesores tenemos que saber interactuar y comunicar un conjunto de conocimientos y aprendizajes significativos a través de métodos y estrategias apropiadas, para facilitar la comprensión, el desarrollo de habilidades, destrezas y actitudes favorables ante las situaciones diversas que les permitan a los alumnos reflexionar sobre su propio aprendizaje.

Los profesores debemos tener herramientas que lo ayuden a enriquecer y actualizar su conocimiento pedagógico y disciplinario, la lectura es un aspecto importante para darle sentido a las cosas y desarrollar habilidades del pensamiento que promuevan la imaginación en los entornos de enseñanza y por eso mismo, fomentar la lectura con los alumnos ayuda indudablemente a indagar sobre los temas y ampliar su conocimiento.

La vocación es otro aspecto importante para una buena práctica docente, ya que por medio de ésta se tienen ideas más claras y un compromiso profesional en el trabajo docente. Un profesor que tiene vocación se responsabiliza, se entusiasma y se involucra en mejorar la enseñanza.

Promover el gusto por reflexionar es importante para nosotros los maestros,

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