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Las Pandillas En Honduras

GabySoriano10 de Julio de 2012

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Origen de las pandillas

En Estados Unidos, desde finales de la década de los sesenta e inicio de los setenta y al terminar la prosperidad económica que se dio después de la segunda Guerra Mundial, la clase gobernante y sus representantes lanzaron ataques contra la clase obrera y su nivel de vida. Trataron de desbaratar sindicatos, y despedir grandes cantidades de trabajadores de sus empleos, aceleraron la producción de sus talleres, redujeron los programas sociales.

Este asalto contra el nivel de vida encontró su expresión más salvaje en las secciones centrales, superdotadas de minorías y paupérrimas de las ciudades mayores. En los Ángeles, las zonas central-sur y Este sufrieron el cierre de fábricas industriales y, por consecuencia, la eliminación por miles de empleos que requería labor experta. El desempleo, la pobreza, las viviendas de calidad inferior y las reducciones en los servicios gubernamentales aumentaron estrepitosamente.

Los edificios escolares se convirtieron en ruinas superdotadas caracteres de fondo. En el abuso de droga, sobre todo la cocaína en piedras, aumento bárbaramente en muchos de estos distritos. Las calles llegaron de llenarse de muchos jóvenes desocupados, que en grupo comenzaron a organizarse en lo que ellos llamaron pandillas, compuestas por

Muchachos sin trabajo sin futuro, de hogares disueltos, en definitiva, vulnerables a la perdición.

Llegada a Honduras

Considerados por los extremistas como un cáncer de la sociedad, las maras ocupan en este momento un sitial de estorbo dentro de un país sediento de trabajo, algo que no aparece en el diccionario de estos jóvenes, quienes uno ven como víctimas del sistema, mientras la mayoría los agrupa del lado de los delincuentes.

La frase nunca tantos debieron tanto a tan pocos es todo lo contrario cuando se hablan de las maras, pues en todo caso será tanto sufrieron tanto por tan pocos y es que el efecto demoledor de los pandilleros es algo que afecta al grueso de una nación cargada de heterogéneos problemas.

Por la mara no son “Made in Honduras”, esto es un parto que vino del país más poderoso del mundo, ese que buscan por un sueño, ese que casi siempre acaban en pesadilla. De ese país no vino esa epidemia más lenta que el dengue hemorrágico y mas contagioso que el abola.

Las Pandillas y su discurso social

Puede existir oposición a considerar a estos grupos como tribus urbanas, sobre todo por su actual forma de accionar, que masque una manifestación subcultura o cultura juvenil, es una manifestación contracultura más cercana al crimen organizado. Pero aunque existan algunas, practicas típicas de este tipo de delitos en las pandillas, estas nacieron como un estilo de vida propio de organizaciones tribales contemporáneas, por lo que decidimos incluirlas en esta selección.

El fenómeno contra cultura de las maras y pandillas juveniles centroamericanas, pueden ser consideradas desde la teoría de adaptación, que formulan un nuevo orden social, al manifestarse en contra al orden convencionalmente establecido, y que se desarrolla en forma paralela a esa sociedad o grupo social más grande en este caso la sociedad centroamericana.

En estos grupos, se puede distinguir perfectamente algunos aspectos claves que contribuyen a su formación, como por ejemplo, su imagen, que tienen que ver mucho con el espacio simbólico por excelencia, el barrio, a todas y todos miembros de su grupo básico celular, la clica; y la importancia mediática que recibieron, a veces porque a través de sus actuaciones, querían lograr la atención de los más media, y otras tantas, porque era parte de la lucha emprendida por el estado, para aniquilarlas.

La dimensión espacial de las pandillas:

Obviamente su espacio, tanto de pertenencia como de referencia de estos grupos que no pueden ser profanado por sus enemigos, las pandillas rivales y por supuestos, el enemigo público número de uno de ambas, la policía.

La profanación a tal mandato del grupo, tiene consecuencias funestaras, con la muerte, acompañada de una lenta agonía, producto de las crueles castigos infringidos.

En el caso de la policía, a raíz de ciertos cambios generados en su accionar, se evita un enfrentamiento, aunque a veces estos se producen, pero con menos frecuencia que antes.

Este espacio de geográfico de pertenencia, igualmente se convierte en espacio de representación, donde exhiben las características propias que hacen del grupo, especial. En este espacio representativo los hommies están plenamente identificados con su causa. Siendo los referentes para el resto de habitantes que están dentro de sus territorio, especialmente aquellos niños y jóvenes, que ven en ellos sus modelos a seguir.

Estos grupos suelen caracterizarse no solo por la alta dosis de violencia que ejercen entre ellos mismos y contra personas que no pertenecen al grupo, sino también por la complejidad de su estructura grupal y el rápido crecimiento que tiene. Las Maras y Pandillas son grupos que viven en una especie de hermandad, que observan normas propias, siguen patrones de conducta definidas y respetan de reglas se muere por el barrio, entre otros principios ideológicos que ellos adhieren.

La dimensión temporal:

estos grupos que surgieron claramente como tribus urbanas, y que ahora se han convertido como un ente mas del crimen organizado, por sus características propias de actualización, en cuanto a la utilización del tiempo, podemos decir que lo cotidiano transcurre en sus barrios, pero con una duración mucho menor en comparación con las otras tribus analizadas, sobre desenvuelven. Este espacio de tiempo cotidiano, generalmente lo pasan escondidos en las causas destinadas para ellos, para evitar ser localizados por prácticamente es imperceptible en esos momentos, sobre todo como resultando de la medidas adoptadas por el estado, para lograr su control y erradicación.

En lo referente a la utilización del espacio temporal llamado fin de semana, este podría convertir en tiempo cotidiano, a medida que ellos no tengan nada planificado que llevar a cabo; mas que sus actividades normalmente establecidas, que van desde la compra, venta y distribución de drogas, él desde la compra, venta y distribución de drogas, el robo a mano armada, la extorsión con el mal llamado impuesto de guerra. Volviendo muy especial a esa cotidianeidad.

Pero en este tiempo, el de fin de semana, que no necesariamente se desarrolla en ese lapso, puede llegar a convertirse en espacios excepcionales de actuación, sobre todo cuando en ese periodo tengan planeado realizar alguna pegada, hecho que se convierten en los eventos especiales de estos grupos, y que a decir verdad, son muchos más frecuentes, a veces casi a diario, que en las otras excepcionalidad, puede subsumirse a las meeting, y sus diferentes niveles que se dan.

Los actos en las pandillas:

En cuanto al análisis de los actores de las maras y pandillas juveniles centroamericanas y sus mascaras, podemos manifestar lo siguiente:

El atuendo: este aspecto referido a la vestimenta de los pandilleros, que refleja su identidad, es muy difícil describirlo, sobre todo por las mutaciones que sufrieron estos grupos, precisamente para cambiar su identidad social, identidad que era la evidencia o indicio racional que el estado buscaba para enjuiciarlos y acusarlos de asociación ilícita, en su lucha para controlar este fenómeno. Aun así, para poder llevar a cabo el análisis en mención, recurrimos a describir la vestimenta tradicional de las maras y pandillas, antes de que estas cambiaran sus hábitos, con el propósito de dificultar su identificación y de paso complicar al estado en su lucha por su erradicación.

La vestimenta de los pandilleros

Consistía en la utilización de pantalones de numeración mucho más grande, para lograr que luciera muy ancho, igualmente el cinturón, faja o cincho, era de mayor talla, para lograr el efecto de que el exceso de esta prenda caiga al frente como si exceso de esta prenda caiga al frente como si fuera un cordón. Además, usan tenis, calzado deportivo o zapatillas como les dicen en Argentina, americanas de marca muy reconocida y caras, y en el caso de los pandilleros de la 18, calcetas blancas y muy limpias a la altura de la rodilla. Son también de tallas más grandes, sus camisas. Esta forma de vestir tan suigeneris, es lo que llaman estilo cholo, que se ha convertido en una verdadera industria de la ropa en Estados Unidos de América.

La autenticidad de los pandilleros:

El principio de autenticad de los pandilleros, está en consonancia con sus formas de comunicación adaptados algunos modos característicos y propios de lenguaje: el verbal, que es una adaptación de palabras en español e ingles, para que sus mensajes y conversaciones no sean entendidos para personas ajenas al grupo; el lenguaje grafico, con sus tres manifestaciones, el tatuaje , la wila y el grafiti; y la ultima forma de comunicación por ellos empleada, es la de señas y las formas que generalmente es utilizada para figar el barrio. Estos códigos propios de loa pandilleros. Dan un aire de originalidad a sus miembros que los practican.

A estas manifestaciones de autenticidad pandilleril, habrá que agregar la forma de caminar tan distintivos que les es muy propia, el caminar tumbao, como ellos

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