Ensayo ¿El tatuaje en Honduras es sinónimo de pertenecer a una pandilla?

¿El tatuaje en Honduras es sinónimo de pertenecer a una pandilla?

En Honduras se ha desarrollado desde hace aproximadamente unos 20 años un fenómeno social negativo, las pandillas, por lo que es interesante abordar este tema en particular. Estos grupos de antisociales se han dado a la tarea de aterrorizar a la población mediante el uso de la violencia; asaltando, robando, secuestrando, cometiendo actos vandálicos, y llegando a cometer asesinatos; todo esto con el fin de poder enriquecerse a costas de la clase trabajadora.

Algo que ha caracterizado a los integrantes de las diversas pandillas que se han establecido a lo largo del territorio hondureño han sido sus grandes, visibles, y en ocasiones atemorizantes tatuajes. Estos se han vuelto incluso un rito de iniciación al mundo de las pandillas, en el cual la persona que va a ingresar ya sea a la Mara Salvatrucha 13, la Mara 18, se le exige como muestra de su fidelidad al grupo grabar en su cuerpo las iniciales de dicha entidad. Dado que los mareros no solo se tatúan dichas iniciales, sino que también símbolos, imágenes, o escritos que para ellos representan una vivencia, una guerra, la muerte de un enemigo o de un integrante de su hermandad, sus cuerpos pueden estar marcados con algo que a nuestra vista pueda ser escalofriante como pueda que lo consideremos un arte.

Algunos de los tatuajes más utilizados por los pandilleros son de origen religioso (plegarías, cruces, manos en símbolo de oración, la Virgen de Guadalupe, la cara de Jesucristo), y esto se debe a los fuertes y arraigados principios católicos de los mexicanos, quienes son mayormente los precursores de estas sociedades ilícitas. Ellos en su afán de poder tener una mejor vida deciden emprender un viaje a su país vecino, los Estados Unidos de Norteamérica, en donde por una u otra razón no logran alcanzar sus metas por las vías legales, y se ven en la necesidad de dar inicio a las pandillas, debido a su gran numero en comparación con nuestro compatriotas centroamericanos, ellos son quienes lideran y proveen el mayor número de integrantes a los grupos, haciendo que los demás tengan que adaptarse y adoptar sus costumbres como propias.

Cuando nuestros paisanos son deportados de regreso a Honduras, ellos comienzan a introducir este nuevo estilo de vida a la sociedad. Los malhechores son cada vez más, reconocidos por sus pintorescos cuerpos, lo que comienza a generar en la sociedad un prejuicio de relacionar todo hombre o mujer que este tatuado con un integrante de pandilla, lo que significa que esa persona es mala, y que al tener un tatuado cerca de nosotros estamos propensos a ser asaltados, violentados, o incluso tener nuestras vidas en riesgo.

Partiendo de interrogante, ¿El tatuaje en Honduras es sinónimo de pertenecer a una pandilla?, se procedió a realizar una breve encuesta entre compañeros de trabajo y familiares. Se determinó hacer dos grupos de personas, un grupo donde solo se contabilizarían a los encuestados cuya edad fuera menor o igual a 35 años, y otra de las personas mayores a 35 años. Como hipótesis inicial, se plateó que las personas mayores de 35 años afirmarían lo que se consultó, ¿El tatuaje en Honduras es sinónimo de pertenecer a una pandilla?, y que los participantes de la encuesta que con rango de edad igual o menor a 35 refutarían en su mayoría el prejuicio de que solo los miembros de pandillas usan tatuajes.

Mucho de esto debido a la gran influencia que el cine, la televisión, la música, y otros medios norteamericanos, y europeos tienen sobre nuestra cultura actual. Los actores, cantantes y deportistas, entre otros en ocasiones llenan casi el 100 % de cuerpo. Obteniendo los resultados siguientes a partir de una muestra de 50 personas.

[pic 1]

[pic 2]

De los resultados antes expuestos se puede concluir que la hipótesis previamente definida fue acertada. Esto porque antes de las maras ver personas tatuadas en Honduras no era algo tan común, y sin previo aviso cuando aparece una gran cantidad de personas tatuadas, la mayoría están vinculados o vinculadas a las actividades ilícitas de las pandillas, esto genera que dicha población, misma que actualmente es mayor de 35 años, estereotiparan a todo tatuado como marero. Efecto que no sucedió con las personas que tiene 35 años o menos, puesto que cuando ellos nacieron ya el efecto tatuaje tenía un mayor apogeo en la sociedad hondureña, tatuajes que eran ajenos a las pandillas, y en muchos casos tatuajes relacionados con la cultura occidental y norteamericana en la cual ellos mediante estos dibujos que están plasmados en su piel expresan sus sentimientos, vivencias, tributos a seres amados, de manera positiva y con el afán de que ellos representen una forma de arte, y no una práctica obligada como lo es en las sociedades de pandillas. Siendo por ejemplo, las personas que se iban embarcadas unos de los mayores exponentes de esta nueva moda que habían aprendido a lo largo de sus viajes, y donde muchos de sus tatuajes eran o aún siguen siendo inspirados por los sueños, familiares, amigos que tuvieron que dejar atrás, para intentar superarse económicamente.

...