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Las formas elementales de la vida religiosa.


Enviado por   •  30 de Mayo de 2015  •  Tesis  •  3.188 Palabras (13 Páginas)  •  138 Visitas

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DURKHEIM, Emile

Las formas elementales de la vida religiosa. El sistema totémico en Australia

Akal, Madrid 1982.

CONTENIDO

El autor se propone estudiar cuál es la religión más primitiva, para poder concluir de ello un mejor conocimiento del hombre. El estudio del sistema totémico australiano le revelará un aspecto esencial y permanente de la humanidad, es decir, la naturaleza religiosa del hombre. Para Durkheim la religión es algo eminentemente social.

El hombre es doble: hay en él dos seres, uno individual, que tiene sus raíces en el organismo y cuyo círculo de acción se encuentra, por esta razón, estrechamente limitado, y un ser social, que en nosotros representa la más elevada realidad, sea en el orden intelectual, sea en el orden moral.

La obra se divide en tres libros y en una conclusión, cuyo contenido se va a exponer a continuación.

LIBRO I: CUESTIONES PRELIMINARES

Durkheim pretende definir el fenómeno religioso; para ello intentará averiguar cuál es la religión más primitiva.

En primer lugar habrá que definir qué es religión. Hay una serie de signos exteriores, fácilmente perceptibles, que permiten el reconocimiento de los fenómenos religiosos allí donde se encuentre. La religión es un sistema más o menos complejo de mitos, dogmas, ritos y ceremonias... Todas las creencias religiosas distinguen entre lo sagrado y lo profano. Entre ambos hay una heterogeneidad absoluta. Las cosas sagradas son aquellas que las prohibiciones protegen y aíslan. Las profanas son aquellas a las que se aplican estas prohibiciones y que deben quedar a distancia de las sagradas. En la p. 36 define claramente su concepción de la religión: "Cuando un cierto número de cosas sagradas sostiene entre sí relaciones de coordinación y subordinación, de modo que forman un sistema de una cierta unidad, pero que no forma parte de ningún otro sistema del mismo genero, el conjunto de creencias y ritos correspondientes constituye una religión."

El animismo y el naturalismo, a pesar de ser religiones muy antiguas no son las más primitivas; la más elemental será el totemismo. El animismo es falso, porque la noción de alma, que constituye el punto de partida de todas sus creencias, surge a partir de suenos e impresiones vagas. El naturalismo no corresponde a una tendencia natural del hombre, no es probable que las fuerzas de la naturaleza provocaran tal admiración en el hombre primitivo que llegara por ello a divinizarlas. Al contrario, el salvaje estaría muy acostumbrado a los fenómenos de la naturaleza. En realidad, el sol, la luna, el cielo, las montañas, los ríos, los vientos, etc., han sido divinizados tardíamente. Antes de ello los hombres se dirigieron a humildes vegetales o animales y los divinizaron.

Más allá del animismo y del naturalismo existe todavía un culto más primitivo: el totemismo. La palabra tótem aparece a finales del siglo XVIII. Alrededor del totemismo se iniciaron multitud de estudios. A partir de esos estudios aparece Australia como el terreno más favorable para el estudio del totemismo. Por esa razón Durkheim va a basar sobre todo su investigación en Australia, aunque también estudia algo del sistema totémico de los indios de América del Norte.

LIBRO II: LAS CREENCIAS FUNDAMENTALES

Pretende Durkheim recoger las nociones fundamentales de una religión.

En la base de la mayor parte de las tribus australianas existe el clan. Los individuos de un clan se encuentran unidos por un grado de parentesco; este parentesco no es debido a relaciones de consanguinidad, sino a que se lleva un mismo nombre. Cada clan se define por su tótem. Los objetos que sirven de tótem pertenecen al reino animal y al vegetal, raras veces a cosas inanimadas.

La distribución social es la siguiente: cada tribu consta de dos fratrías y cada fratría de varios clanes.

El tótem no es sólo un nombre, es un verdadero emblema, un blasón (con analogías al blasón heráldico). Las imágenes totémicas se reproducen sobre las paredes de las casas, los flancos de las canoas, las armas, los utensilios y las tumbas, incluso en el mismo cuerpo de los hombres. Los dibujos que representan el tótem suscitan sentimientos religiosos. El hombre, por ser miembro de un clan está también revestido de un carácter sagrado. Es portador de un nombre, y el nombre para el primitivo no es sólo una palabra, una combinación de sonidos, es algo propio del ser, esencial.

El totemismo nos ofrece también una concepción del universo. Los hombres han ido agrupando y jerarquizando las cosas del universo, precisamente porque son sociales.

Hay autores, como Tylor y Wilken, que creen que el totemismo proviene de una religión anterior. Según ellos el totemismo sería una forma particular de culto a los ancestros; el alma murió y volvió a animar algún otro cuerpo. Durkheim se opone totalmente a esta teoría. En contra de ello aduce que las sociedades en las que se fijan estos autores y de las que recogen estos datos, han llegado ya a un grado de cultura muy elevado, es decir, han superado la fase del puro totemismo. Además, esta teoría se basa en un error fundamental, que consiste en identificar el totemismo y la zoolatría, mientras que la verdad es que el animal no es adorado en absoluto; el hombre es casi igual al animal totémico, e incluso a veces dispone del animal como si fuera de su propiedad.

Hay una noción muy importante en todo totemismo: mana, es una fuerza, una influencia de orden inmaterial y, en cierto sentido, sobrenatural, pero ello se revela por medio de la fuerza física, o bien por todo tipo de poder o superioridad que el hombre posea. El mana no está en absoluto fijado en un objeto determinado, sino que puede estar materializado en todo tipo de cosas. Así pues, si atendemos a la génesis del pensamiento religioso, éste no se representó lo divino en la forma concreta de seres definidos y sensibles. La teoría totémica pretende mostrar que el culto totémico no se dirige a determinados animales o plantas, ni siquiera a una especie vegetal o animal, sino a una especie de vaga potencia que se difunde a través de las cosas. Lo que encontramos en el origen y la base del pensamiento religioso, no son objetos ni seres determinados , sino poderes indefinidos, fuerzas anónimas, que en definitiva se deben a lo que Durkheim denomina "fuerza religiosa".

Por otro lado, ¿cómo se origina la creencia en un tótem? El clan supone que existen fuerzas exteriores a ellos que los dominan y al mismo tiempo

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