Lazos Afectivos

Lazos Afectivos: Relación con sus Iguales

Es importante que durante el desarrollo de una persona se estimule la afectividad con uno mismo y con sus iguales, ya que esto permitirá un mejor desenvolvimiento en sus otros contextos de crecimiento.

El área afectiva está relacionada con la identidad personal, la cooperación y participación, expresión de afectos y la autonomía.

Erik Erikson desarrolló una teoría en la que explicaba el desarrollo de la personalidad desde el nacimiento hasta la muerte, en la ella se describen ocho etapas o estadios psicosociales; a ésta teoría se le denomina “Teoría Psicosocial”.

Iniciativa vs Culpa , la tercera etapa de ésta teoría se dice que el niño desarrolla su imaginación, aprende a moverse libre y violentamente, su lenguaje se perfecciona por lo que realiza preguntas. En esta etapa se da una crisis que se resuelve cuando se empieza a sentir el mismo.

En la siguiente etapa Laboriosidad vs Inferioridad , el niño se muestra ansioso por relacionarse con otras personas, puede llegar a sentirse insatisfecho y descontento con la sensación de no ser capaz de hacer las cosas bien.

Las etapas mencionadas anteriormente son las que abarcan de los 3 años hasta aproximadamente 13 años de edad.

“La personalidad se irá estructurando a partir de la relación con la otra gente y en esta interacción se irá interiorizando” (Bassedas, 1998)

La relación estrecha con personas irá estableciendo lazos afectivos, que son necesarios para los procesos de socialización de las personas.

En nuestros primeros años de vida, las primeras relaciones que establecemos son con nuestros familiares cercanos por medio del cuidado y alimentación, esto provoca una vinculación afectiva, ya que día a día se repite este proceso.

A partir de los dos años de edad el niño comienza a tomar iniciativa y muestra interés por separarse de su madre.

Entre los dos y seis años de edad, los infantes empiezan a relacionar sentimientos de celos o rivalidad con sus familiares como hermanos, padres, abuelos, etc… al igual que con otras personas.

Es importante que estos sentimientos de rivalidad se aclaren para que el niño se dé cuenta de que hay que compartir tiempo y cariño con las demás personas.

Conforme se va creciendo y el niño empieza a tomar iniciativa en realizar actividades nos podemos dar cuenta de que éste se va haciendo autónomo, aunque en algunas ocasiones será necesaria la ayuda de algún adulto.

Una vez que los infantes inicien su educación preescolar se darán cuenta de que existen otros niños con los que podrán jugar y establecer nuevas relaciones.

“Los niños con relaciones positivas estables con sus madres son también los

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