Leer Y Escribir En Un Mundo Cambiante
Enviado por vicnte87 • 12 de Julio de 2013 • 4.005 Palabras (17 Páginas) • 338 Visitas
Leer y escribir en un mundo cambiante1
Dra. Emilia Ferreiro2
Hubo una época, hace varios siglos, en que escribir y leer eran actividades
profesionales. Quienes se destinaban a ellas aprendían un oficio, y a este oficio se
dedicaban el resto de sus días.
En todas las sociedades donde se inventaron algunos de los 4 ó 5 sistemas
primigenios (China, Sumeria, Egipto, Mesoamérica y, muy probablemente, también el
valle del Hindus) hubo escribas, quienes formaban un grupo de profesionales
especializados en un arte particular: grabar en arcilla o en piedra, pintar en seda, tablillas
de bambú, papiro o en muros, esos signos misteriosos, tan ligados al ejercicio mismo del
poder. De hecho, las funciones estaban tan separadas que los que controlaban el
discurso que podía ser escrito no eran quienes escribían, y muchas veces tampoco
practicaban la lectura. Quienes escribían no eran lectores autorizados, y los lectores
autorizados no eran escribas.
En esa época no había fracaso escolar. Quienes debían dedicarse a ese oficio se
sometían a un riguroso entrenamiento. Seguramente algunos fracasaban, pero la noción
misma de fracaso escolar no existía (aunque hubiera escuelas de escribas).
No basta con que haya escuelas para que la noción de "fracaso escolar" se
constituya. Veamos un símil con una situación contemporánea: tenemos escuelas de
música, y buenos y malos alumnos en ellas. Si alguien no resulta competente para la
música, la sociedad no se conmueve, ni los psicopedagogos se preocupan por encontrar
algún tipo peculiar de "dislexia musical" que podría quizás ser superada con tal o cual
entrenamiento específico. Ser músico es una profesión; y quienes quieren dedicarse a la
música se someten a un riguroso entrenamiento. Y, aparentemente, las escuelas de
música, en todas partes, tienen un saludable comportamiento.
Todos los problemas de la alfabetización comenzaron cuando se decidió que
escribir no era una profesión sino una obligación y que leer no era marca de sabiduría
sino marca de ciudadanía.
Por supuesto, muchas cosas pasaron entre una época y otra, muchas revoluciones
sangrientas fueron necesarias en Europa para constituir las nociones de pueblo soberano
y democracia representativa. Múltiples transmutaciones sufrieron los primeros textos de
arcilla o de papiro hasta convertirse en libros reproducibles, transportables, fácilmente
consultables, escritos en las nuevas lenguas desprendidas del latín imperial y
hegemónico.
Los lectores se multiplicaron, los textos escritos se diversificaron, aparecieron
nuevos modos de leer y nuevos modos de escribir. Los verbos "leer" y "escribir" habían
dejado de tener una definición inmutable: no designaban (y tampoco designan hoy día)
actividades homogéneas. Leer y escribir son construcciones sociales. Cada época y cada
circunstancia histórica da nuevos sentidos a esos verbos.
1 Conferencia expuesta en las Sesiones Plenarias del 26 Congreso de la Unión Internacional de Editores.
CINVESTAV-México
2 Emilia Ferreiro es doctora por la Universidad de Ginebra, donde tuvo el privilegio de ser alumna y
colaboradora de Jean Piaget. Sus investigaciones sobre alfabetización fueron realizadas principalmente en en
Argentina, donde nació, y en México, país donde actualmente reside y es profesora titular del Centro de
Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
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Sin embargo, la democratización de la lectura y la lectura se vio acompañada de
una incapacidad radical para hacerla efectiva: creamos una escuela pública obligatoria,
precisamente para dar acceso a los innegables bienes del saber contenido en las
bibliotecas, para formar al ciudadano consciente de sus derechos y sus obligaciones, pero
la escuela no ha acabado de apartarse de la antigua tradición: sigue tratando de enseñar
una técnica.
Desde sus orígenes, la enseñanza de estos saberes se planteó como la adquisición
de una técnica: técnica del trazado de las letras, por un lado, y técnica de la correcta
oralización del texto, por otra parte. Sólo después de haber dominado la técnica surgirían,
como por arte de magia, la lectura expresiva (resultado de la comprensión) y la escritura
eficaz (resultado de una técnica puesta al servicio de las intenciones del productor). Sólo
que ese paso mágico entre la técnica y el arte fue franqueado por pocos, muy pocos de
los escolarizados en aquellos lugares donde más falta hace la escuela, precisamente por
ausencia de una tradición histórica de "cultura letrada".
Surge entonces la noción de "fracaso escolar", que es concebida, en sus inicios, no
como fracaso
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