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Leon Trujillo

ale19951830 de Marzo de 2014

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LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN EDUCACIÓN

Abraham León Trujillo

La investigación constituye un proceso sistemático de carácter social

mediante el cual se conoce la realidad y descubre la existencia de hechos

nuevos, se reconocen sus características, se determinan sus relaciones con

otros sucesos y los vínculos entre sus componentes. La investigación

representa un proceso encaminado a conocer, interpretar y comprender la

realidad para transformarla. Una investigación no es una sucesión simple de

métodos y técnicas estereotipadas que baste aplicarlas tal cual en un orden

inmutable, significa una práctica social en la que se trata de armonizar las

exigencias de una formación teórico-metodológica con una reflexión crítica

que valore las aportaciones y los límites de las perspectivas teóricas y

metodológicas incorporadas.

La investigación es un proceso que requiere de un profundo ejercicio del

potencial cognitivo que posibilita no sólo la aprehensión de la realidad,

sino también su comprensión. Esto, porque el objeto de estudio alude a una

situación en parte conocida y en parte desconocida, que requiere del

investigador una respuesta adecuada en término de conocimiento que no se

tenía hasta entonces (Flores Ochoa y Tobón Restrepo, 2001).

Todo proceso de investigación representa una instancia de confrontación

entre un saber teórico y un saber empírico, la cual es posible realizar si

se consideran los componentes iniciales del proceso de indagación: el objeto

de conocimiento, la teoría, la metodología y las condiciones de su

realización. La elección y la construcción del objeto de estudio, así como

la organización de los procedimientos de trabajo varían con cada

investigación debido a que el objeto de estudio de una ciencia es más amplio

que un problema de investigación que es un interrogante puntual y preciso

sobre la relación entre dos o más aspectos o componentes de un objeto.

En consonancia con nuestra percepción, Hidalgo Guzmán (1992: 31) plantea

que

“La investigación es un acontecimiento significativo en la realización

cotidiana del sujeto; su posibilidad radica en la disposición crítica y

reflexiva de quien pretende investigar frente a su situación concreta. El

proceso de investigación se hace posible cuando el sujeto construye un campo

problemático que remite a ciertos hechos inexplicables, incomprensibles o

inéditos de su cotidianidad. La noción del objeto de investigación refiere

el resultado de un proceso complejo que parte de una reflexión que el sujeto

hace de y desde su situación, de la problematización de ciertos hechos

mediante un análisis crítico para construir un campo problemático, cuya

posibilidad reside en el ejercicio crítico de sus saberes y la ampliación de

sus referentes con algunos elementos teóricos pertinentes. La concepción de

un objetos de investigación remite a la delimitación específica de una

relación en un su campo problemático construido. El proceso constructivo del

objeto expresa análisis crítico y retornos reflexivos; pero también se hacen

presentes la comprensión y la explicación a lo largo del proceso y no como

expresión peculiar del momento final, hecho que sugiere y permite proponer a

la investigación como un itinerario aproximativo, a través del cual se

construye una explicación a los hechos asumidos inicialmente como

inexplicables; un proceso que permite comprensión y aproximación de

acontecimientos, vistos como ajenos y sin sentido en un primer momento”.

En tanto que la investigación social genera nuevos modos de conocer la

realidad, se suceden nuevas concepciones y significados del quehacer

investigador; de modo que se pueden reconocer variadas concepciones o

interpretaciones del ser y quehacer de la investigación como tradiciones

científicas existen. Cada perspectiva teórica y metodológica presenta una

intencionalidad, una trayectoria y una manera de producir conocimiento que

se soporta en un supuesto epistemológico distinto. La percepción de la

investigación social desde las posturas científicas empírico-analíticas,

interpretativa y sociocrítica, posibilita reconocer los sesgos semánticos

incorporados en cada una de ellas.

De tal forma que pueden reconocerse tradiciones que marcan la ruta y los

referentes de las acciones promovidas por la propia indagación, a saber, las

tendencias cuantitativa (Positivista, Hipotético-deductiva, Cientificista,

racionalista) y cualitativa (Emergente, Naturalista, Interpretativa,

Comprensiva).

Desde la perspectiva positivista, investigar alude a la aplicación del

método científico al estudio de los problemas sociales, estableciendo una

relación de causa-efecto que desemboque en una explicación; para la

concepción interpretativa, investigar es comprender la conducta humana desde

los significados e intenciones de los sujetos que intervienen en el

escenario presencial, buscando interpretar y comprender los fenómenos de

interacción, más que aportar explicaciones de tipo causal; la perspectiva

sociocrítica, por su lado, considera que la investigación social, además de

crear conocimiento útil para la acción social, comporta una reflexión y

análisis crítico de la realidad encaminada a su transformación.

Cada perspectiva tiene una intencionalidad, una trayectoria, una manera de

ser y producir conocimiento y un sustento epistemológico distinto. No se

trata de que un paradigma es mejor que otro, no se trata de ver que el

último es el mejor y que el primero está superado o muy criticado, sino de

reconocer sus características, componentes, posibilidades y límites. La

responsabilidad de quien incursiona en investigación, en todo caso, es

conocer los potenciales de cada perspectiva, estar muy claro en sus

interrogantes de investigación y saber en cuál de ellos ubicarse para

generar el conocimiento que se quiere, para no propiciar los llamados calcos

y mezclas cuantitativo-cualitativo//cualitativo-cuantitativo. Orozco Gómez

(2000:46) confirma lo que venimos abordando al afirmar que

“Siempre estamos ubicados en un paradigma. No se está en la neutralidad; el

conocimiento que va a producirse, dentro de una perspectiva particular,

permitirá conocer aspectos de la realidad y tener un conocimiento de una

manera o de otra de esa realidad. Esto es muy importante porque lo que se

puede hacer con los resultados de la investigación va a depender, en gran

parte, de la claridad y congruencia que se tenga entre el proyecto concreto

de investigación y el paradigma que lo está sustentando”. (Orozco Gómez,

2000:46).

La investigación en el campo de la educación, ha llegado a ser una actividad

importante y necesaria, que ha dado lugar a un campo de indagación

específico denominado investigación educativa, como una categoría conceptual

amplia en el estudio y análisis de lo educativo que se interesa por

cuestiones y situaciones relativas a la naturaleza, epistemología,

metodología y propósitos en el marco de la continua búsqueda de nuevos

conocimientos en el ámbito educativo. El concepto de investigación educativa

ha ido cambiando y adoptando nuevos significados a la par que han surgido

enfoques y modos de entender el hecho educativo.

En educación, como en educación especial y en otros campos del conocimiento,

se asumen distintos enfoques de investigación que en la mayoría de los casos

se agrupan en torno a las perspectivas cuantitativa y cualitativa. En sus

prácticas, para conocer y buscar la mejora de la práctica educativa, se

reconocen tres tipos de investigación mayormente desarrolladas por los

distintos investigadores en el campo de la educación en general y en el de

la educación especial en particular: investigación básica encaminada a

desarrollar un cuerpo de conocimientos y al descubrimiento de principios que

rigen el funcionamiento de la sociedad; aplicada, interesada por

desarrollar un cuerpo de conocimientos fundamentados en la investigación

cuyo soporte básico han sido hasta ahora los supuestos del paradigma

positivista y, fundamentalmente, la investigación cualitativa encomendada a

conocer y obtener información que permita conocer la realidad en torno a sus

fortalezas y debilidades y a partir de ello emitir juicios para la

transformación y mejora de una situación dada.

La investigación educativa tradicional de corte positivista ha tenido

expresiones esenciales matizadas por la verificabilidad, aplicada

básicamente en procesos experimentales; la significación estadística

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