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Leyenda Y Fabulas


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2013  •  1.816 Palabras (8 Páginas)  •  383 Visitas

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LA LLORONA Versión B

En las altas horas de la noche, cuando todo parece dormido y sólo se escuchan los gritos rudos con que los boyeros avivan la marcha lenta de sus animales, dicen los campesinos que allá, por el río, alejándose y acercándose con intervalos, deteniéndose en los frescos remansos que sirven de aguada a los bueyes y caballos de las cercanías, una voz lastimera llama la atención de los viajeros.

Es una voz de mujer que solloza, que vaga por las márgenes del río buscando algo, algo que ha perdido y que no hallará jamás. Atemoriza a los chicuelos que han oído, contada por los labios marchitos de la abuela, la historia enternecedora de aquella mujer que vive en los potreros, interrumpiendo el silencio de la noche con su gemido eterno.

Era una pobre campesina cuya adolescencia se había deslizado en medio de la tranquilidad escuchando con agrado los pajarillos que se columpiaban alegres en las ramas de los higuerones. Abandonaba su lecho cuando el canto del gallo anunciaba la aurora, y se dirigía hacia el río a traer agua con sus tinajas de barro, despertando, al pasar, a las vacas que descansaban en el camino.

Era feliz amando la naturaleza; pero una vez que llegó a la hacienda de la familia del patrón en la época de verano, la hermosa campesina pudo observar el lujo y la coquetería de las señoritas que venían de San José. Hizo la comparación entre los encantos de aquellas mujeres y los suyos; vio que su cuerpo era tan cimbreante como el de ellas, que poseían una bonita cara, una sonrisa trastornadora, y se dedicó a imitarías.

Como era hacendosa, la patrona la tomó a su servicio y la trajo a la capital donde, al poco tiempo, fue corrompida por sus compañeras y los grandes vicios que se tienen en las capitales, y el grado de libertinaje en el que son absorbidas por las metrópolis. Fue seducida por un jovencito de esos que en los salones se dan tono con su cultura y que, con frecuencia, amanecen completamente ebrios en las casas de tolerancia. Cuando sintió que iba a ser madre, se retiró "de la capital y volvió a la casa paterna. A escondidas de su familia dio a luz a una preciosa niñita que arrojó enseguida al sitio en donde el río era mas profundo, en un momento de incapacidad y temor a enfrentar a un padre o una sociedad que actuó de esa forma. Después se volvió loca y, según los campesinos, el arrepentimiento la hace vagar ahora por las orillas de los riachuelos buscando siempre el cadáver de su hija que no volverá a encontrar.

Esta triste leyenda que, día a día la vemos con más frecuencia que ayer, debido al crecimiento de la sociedad, de que ya no son los ríos, sino las letrinas y tanques sépticos donde el respeto por la vida ha pasado a otro plano, nos lleva a pensar que estamos obligados a educar más a nuestros hijos e hijas, para evitar lamentarnos y ser más consecuentes con lo que nos rodea. De entonces acá, oye el viajero a la orilla de los ríos, cuando en callada noche atraviesa el bosque, aves quejumbrosos, desgarradores y terribles que paralizan la sangre. Es la Llorona que busca a su hija...

Relato realizado por: Don Concepción Azofeifa

LOS ROSTROS DE LA MUERTE

Hace medio millón de años varios grupos de homínidos comenzaron a practicar los primeros rituales de la Historia, basados en la idea de la inmortalidad. En este primer momento se limitaron simplemente a orientar los huesos de los difuntos hacia el este, además de tintar sus restos de color rojo. Con ello se identificaba la resurrección del espíritu con la salida del Sol y las tonalidades rojas aportaban la esencia de la vida, que según sus creencias era la sangre.

A finales del siglo XX, la moderna Neurofisiología ha intentado comprender cómo surgió en nosotros el concepto de alma, basando su explicación en los procesos psíquicos de la percepción. Según varios científicos, esto se produce cuando adquirimos conciencia de ser nosotros mismos, aunque hasta ahora nadie ha podido explicar como unos procesos bioquímicos son capaces de crear un concepto filosófico tan sumamente complicado. A la vez que el hombre tomó consciencia de sí mismo, y pensó que su alma era inmortal, se creó la religión, y con ella los diversos métodos para llegar hasta otra vida en el más allá. Las primeras enseñanzas de tipo trascendente nacían con el ánimo de explicar un Universo que se hacía caprichoso e ininteligible para los antiguos habitantes del planeta. Así se crearon las primeras religiones animistas, que se iban haciendo más complejas con el paso de los siglos.

Marcados por diversas circunstancias, los diferentes credos surgidos imponían a sus seguidores preceptos distintos para conseguir la inmortalidad del alma, bien sea regresando de nuevo a esta vida, o continuando la existencia en otro plano de la realidad. Pese a que el proceso de creación de las religiones es en sí bastante sencillo, la diversidad humana ha contribuido a formar una inmensa cantidad de ritos, tan radicalmente distintos como lo somos nosotros mismos.

Pero, prácticamente ninguna religión describe cómo es la vida en el más allá, aunque sí se esfuerzan en contarnos cómo sería el paso a otra existencia, de no hacer caso de los mandamientos divinos. Utilizando lo trascendente, en forma de amenaza. Tan sólo ha existido un grupo que no sólo se limitaba a describir el Paraíso, sino que daba la posibilidad en vida, de viajar hasta él. Surgió en el siglo XI de la mano de Ibn Al Sabbah y su aparición estuvo marcado por motivos políticos más que místicos. Este imam afincado en Persia fue capaz, mediante las más sutiles tretas, de reunir un temible ejercito de fanáticos que sembró el terror durante siglos en Asia Menor. Fueron conocidos como los Hashshasin, palabra árabe que significa "consumidor de hachís". Y su fama fue tal, que nuestro actual vocablo "asesino" deriva directamente del nombre de los miembros de esta secta. Ibn Al Sabbah se dedicaba a reclutar muchachos jóvenes para llevarlos a su fortaleza de Alamut. Una vez allí se les instruía en el manejo de las

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