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Licenciada En Educación Inicial

ercida1026 de Mayo de 2015

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ENSAYO SOBRE LOS FACTORES QUE INCIDEN EN LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN.

En el nuevo siglo, importantes cambios se ha producido en los contextos culturales de los párvulos; los avances en general, y en particular, la tecnología y los medios de comunicación les han acercado a los niños ámbitos culturales que antes estaban más distanciados de sus experiencias; éstos junto con abrirles un mayor campo de posibilidades de aprendizaje, aumenta la importancia de hacer una selección más cuidadosa de los contenidos culturales.

Si damos por sentado que en los currículos de educación parvularia están instalados ciertos criterios de calidad curricular básicos, es decir aquellos que posibilitan que el niño sea eje y actor de la construcción educacional en un ámbito de desarrollo integral, participativo y culturalmente pertinente.

¿En qué tópicos radica la selección y significancia de los aprendizajes que se desean favorecer? Visualizado este aspecto desde la perspectiva de un gran avance del conocimiento tanto en lo que se refiere a cómo aprende el ser humano en general y el párvulo en particular, y en cuanto a contar constantemente con nuevos saberes y exigencias en todos los ámbitos culturales, implica para la educación, un gran desafío que obliga una revisión permanente de los objetivos, contenidos, actividades y estrategias que se seleccionan en función a los educandos.

El problema de favorecer una mejor relevancia de los aprendizajes que se desean propiciar, tiene sin dudas una serie de fundamentaciones y de dimensiones que se hacen necesario considerar para poder aplicar adecuadamente este criterio curricular; paralelamente, se visualiza la necesidad de abordarlo como una importante tarea de renovación pedagógica permanente para el educador que genera la posibilidad de introducirse más activamente y junto con el niño, en la cultura y en las oportunidades que ofrece el siglo XXI.

Se trata en definitiva de abrir a los niños todos los horizontes que este mundo actual ofrece, que permite más que en cualquier otra época histórica que muchos aspectos que antes se llamaban "sueños" se hagan realidad. Para ello, junto con reforzar aprendizajes siempre valederos, es importante que se ofrezcan nuevas situaciones que en el contexto cultural de hoy, son relevantes para un desarrollo pleno de los niños, sobre la base de sus propias necesidades, fortalezas e intereses.

La pregunta central que cabe hacerse es qué aprendizajes son realmente importantes para las niñas y niñas en función a los requerimientos y oportunidades que les plantea la época en que a ellos le ha tocado vivir. La respuesta implica un proceso de análisis de los diferentes contextos donde las niñas y niños pueden desenvolverse, que son mayores que los tradicionales, y de selección de aprendizajes que sean más apropiados para los variados escenarios y situaciones que se presentan actualmente.

Entre estos análisis hay diferentes aspectos que cabe abordar tanto en el pensar en el sentir y en el actuar. Entre ellos, cabe considerar en forma especial la amplitud, diversidad y dinamismo del conocimiento actual, y la necesidad de propiciar competencias que sean valederas y generativas en ese escenario. De allí surge la necesidad de objetivos que dicen relación con el “aprender a aprender”, que implica saber buscar información en diversos tipos de fuentes y a través de diferentes medios, el saber procesarla y utilizarla adecuadamente.

También implica analizar qué contenidos y tecnologías son válidas e interesantes para los niños por su carácter generativo de otros y por su contemporaneidad. Este último aspecto es particularmente importante a nivel de la educación inicial, ya que por la mayor distancia generacional que tienen los adultos respecto a ellos, y por la concepción restringida de la infancia que se ha tenido, se tiende a limitar los contenidos que se seleccionan. En la actualidad, los párvulos que han tenido posibilidades de interactuar abiertamente con el mundo actual, abordan todo tipo de temas desde los próximos a aquellos distantes en el tiempo y en el espacio, haciendo diversas relaciones, formulando sus hipótesis sobre las cosas y situaciones, y empleando términos que anteriormente los niños no los utilizaban.

En el plano de lo valórico y de la formación afectiva, el tema de respeto a la diversidad, de responsabilidad ecológica planetaria, de valorización de la democracia y de las identidades culturales como contraparte de una globalización hegemónica, surgen como nuevas orientaciones curriculares a considerar. Igualmente, los temas de mayor autonomía, de autoestima, de apertura y comunicación con los muchos círculos de comunidades próximas y distantes, junto con los de resguardo a diferentes riesgos, y la adaptabilidad y funcionalidad en diferentes situaciones, surgen como posibles líneas de trabajo.

Entre ellas, el tema de una sólida formación en valores humanos es fundamental. Ello, con el propósito que se avance significativamente en una igualdad de oportunidades para todos, dentro de un línea de desarrollo de las potencialidades de cada uno, de respeto a la vez a las diferencias de todo tipo, de solidaridad, en un marco de mayor democratización de las sociedades.

Este desafío, si bien es cierto es válido para todo educando, cuando se trata de aquellos niños que provienen de sectores con recursos económicamente carenciados, se transforma en un reto mayor, ya que muchas veces la institución educativa representa la posibilidad de superar las diferentes limitaciones que el medio les ofrece, debiéndose potenciar las fortalezas de los niños y aprovechar las oportunidades de todo tipo que también existen. Para ello es fundamental, ir cambiando la concepción de modelos educativos que se han centrado sólo en los "déficits", los que, - se quiera o no-, siempre ponen "techo" a los niños, ya que se está equiparando o compensando aspectos carenciales; se trata en definitiva de junto con atender estos déficits, poner el énfasis en las "fortalezas" que son las que pueden ayudar al niño a salir adelante, con aportaciones de su interés y de gran significancia personal. En función a lo expresado, se hace necesario ampliar las concepciones sobre los párvulos y sus posibilidades de aprendizaje, incorporando una dimensión de más confianza en ellos y de mayores potencialidades en lo que son, saben y quieren hacer.

Para ello, es fundamental saber observar y escuchar a las niñas y niños de hoy. Este planteamiento es lo que ha llevado a algunas propuestas contemporáneas como la de Reggio Emilio a plantear una “pedagogía de la escucha”, donde los adultos detengan el ímpetu de sus intereses, imposiciones, concepciones rígidas de los niños y den lugar a captar los muchos lenguajes de las niñas y niños a través de los cuales plantean sus verdaderos intereses y necesidades de aprendizaje.

También es fundamental la contextualización de los currículos que se elaboren tanto en función a basarse efectivamente en los escenarios históricos-situacionales donde se desenvuelven los niños, como en asumir los intereses y problemas que los afectan. Esto último implica, que los currículos no deben “anular” temas como el cuidado de su sexualidad, la pena de los niños frente a situaciones, o el temor de diversos orígenes.

Otro de los cambios que está presentando la educación en los tiempos actuales es su mayor apertura a los diversos escenarios y actores que constituyen la sociedad y la cultura de comienzos de este siglo. El medio actual de gran diversidad, dinamismo y mayor cercanía, ofrece no sólo un desafío a la educación a través de las demandas educativas que de ello se desprende, sino una oportunidad de poder favorecer más y mejores aprendizajes sobre lo que es actualmente el mundo de los niños, y los ayuda a prepararse para los posibles escenarios en los que vivirán.

Esta característica de la educación actual, de generar sociedades educativas para los niños, en lo que respecta a Educación Parvularia ha costado más instalarla, en especial en los contextos latinoamericanos, dándose básicamente en ciertas situaciones muy particulares como son las experiencias del Municipio de Reggio Emilia en Italia o en otras ciudades europeas o de Estados Unidos, donde se ha aprovechado o construido un ambiente propicio para los niños. En Latinoamérica ha sido más difícil de instalarse por varias razones que cabe precisar.

Más allá de cierta carencia de medios materiales y financieros, lo fundamental ha estado en la auto-limitación que se imponen quienes trabajan con niños de corta edad, por la supuesta dificultad de sacarlos a Museos, Bibliotecas, Salas de Exposición, Centros de Investigación, y otros, debido a problemas operativos de traslado y de su cuidado.

En definitiva, esta concepción de una sociedad que se toma en serio la educación desde los pequeños y que asume su rol educativo, es una de los puntales que requerimos para una educación de párvulos del siglo XXI. Para ello el educador debe detectar estos posibles nuevos escenarios y actores, y potenciar a los niños a ejercer sus amplias posibilidades de indagación.

Considero que los Programas de Formación, se corresponden con un componente importante al Curriculum Vigente; además, una motivación para la preparación del educador, por facilitarle estrategias de aplicación

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