Los Alimentos Grupo Verde

Origen de los alimentos.

La historia de los alimentos esta estrechamente relacionada con la evolución del hombre; todos los seres humanos necesitan alimentarse para vivir y sus hábitos alimentarios han ido variando para adaptarse alas adversidades que el medio donde vivían les presentaban. El tipo de alimento que el hombre a tenido que ingerir, ha cambiado a través de los tiempos, porque se encontró obligado a comer aquellos que tenía más próximos y eran más fáciles de obtener con las escasas herramientas que poseía. La enorme capacidad para adaptarse al medio y a las circunstancias, conlleva a la aparición de diferentes formas de alimentarse en las distintas sociedades.

En la edad antigua los alimentos escaseaban y eran relativamente caros, excepto las habas y las lentejas que se comían sobre todo en puré. También se comía mucho ajo, así como queso y cebolla sobre todo en el ejército; la mayoría de los pueblos tenían una alimentación monótona y en los productos que daba la tierra. Los orígenes de la cocina en la mayoría de los pueblos de la época fueron humildes y austeros basada en alimentos básicos: papilla o puré de guisantes u otros productos de la tierra y carne de cordero hervida. La mejor alimentación de la época la tenían los egipcios, aunque existen evidencias que vivían con el temor de una posible escasez.

En la edad media el vino y el pan eran los elementos fundamentales en la alimentación. En las zonas donde el vino no era muy empleado seria la cerveza la bebida más consumida. Carne, hortalizas, pescado, legumbres, verduras y frutas también formaban parte de esta dieta dependiendo de las posibilidades económicas del consumidor; la carne de cerdo era la más empleada. La caza y las aves de corral suponían un importante aporte de cárnico a su dieta. Las especias procedes de oriente eran muy empleadas condimentar las carnes. Las clases populares no consumían mucha carne, siendo su dieta más abundante en despojos, como el hígado patas, orejas, tripas, tocino, etc. El pan también formaba parte de la base alimenticia de las clases bajas, pudiendo constituir el 70% de la ración alimentaria del día.

En la edad moderna es el momento en el que se fijan las principales costumbres alimentarias de la mayoría de los países europeos, costumbres que se conocen con el nombre de cocina tradicional. La mayoría de las personas que pertenecían ala clase baja en la época consumían: pan y harinas de cereal, acompañado de muy poca cantidad de tocino, salazón, ajo o cualquier otro producto que le diera un complemento de sabor al pan que era de aspecto negro o moreno. A diferencia del pueblo las clases altas basaban su alimentación en el consumo de carnes y en la repostería; y el pan que consumían era blanco de trigo. Los productos de huerta se consumían solamente en la estación que se producían y generalmente eran pocos valorados. El pueblo consumía poca carne y lo hacían generalmente en fiestas; la carne que más utilizaba era la de ave de corral y la de caza menor.

En la época actual se afirma que los cambios experimentados en el modo de alimentarse, han sido mayores en los últimos 50 años que en todos los siglos anteriores, siendo consumidos en gran medida alimentos procesados industrialmente; usando procedimientos de conservación. La alimentación moderna es a menudo desequilibrada, desestructurada y se suele juntar con una vida cada vez más sedentaria. El ritmo de vida actual ha llevado a que los consumidores modifiquen sus hábitos y a que la industria alimentaria reoriente sus estrategias. La innovación tecnológica en la industria permite que en pocos minutos, servir a la mesa un delicioso plato. Hoy los que se consumen alimentos son tanto de origen animal como vegetal; aunque los alimentos precocidos, congelados, deshidratados o procesados se han convertido en la herramienta clave para ahorrar esfuerzos y tiempo al momento de cocinar.

Pirámide alimentaria.

Es el triángulo donde se ve como alimentarse, desde lo más recomendable para la salud hasta lo menos nutritivo. Como tal guía que es, se basa en recomendaciones relativas al tipo de alimentos, la frecuencia y la cantidad con que se deben consumir, con el objetivo de tener una dieta balanceada y mantenerse saludable. Se lee de abajo hacia arriba, pues los alimentos que están en la base son aquellos que se deben ingerir en mayor cantidad y diariamente. A medida que se acerca a la punta de la pirámide, indica una disminución en el consumo y de preferencia ocasional.

 Grupo uno: cereales, tubérculos, fideos y pan.

Se encuentran en la base de la pirámide y deberían ser la base de la alimentación diaria; son el grupo de los cereales y derivados integrales o refinados: pan, cereales del desayuno, papas, patatas, pasta, arroz, fideos y todas las harinas. Estos alimentos contienen carbohidratos que constituyen el combustible para el buen funcionamiento del cerebro, pulmones y corazón; también sirven como fuente de energía. Se recomiendan de 4-6 raciones diarias.

 Grupo dos: frutas, verduras y hortalizas.

A este grupo pertenecen todas las frutas, verduras y hortalizas, este grupo aporta y contiene altos niveles de vitaminas, minerales y fibra; tienen un papel regulador de nuestro organismo y protegen de enfermedades como la gripe, la anemia y la osteoporosis. Se recomiendan 3 raciones de frutas al día y 2 raciones de verduras.

 Grupo tres: productos lácteos, carnes, pescados y mariscos, huevos y leguminosas.

Este grupo reúne dos niveles de la pirámide y estarían ubicados los productos lácteos (leche, yogur y queso), las carnes (res, pollo, cerdo, chivo, conejo, pato), el pescado y mariscos (atún, sardina, camarones), los huevos (de gallina, de codorniz), y la leguminosas (haba, lenteja, garbanzo). Estos alimentos aportan sobre todo hierro, proteínas y calcio; se recomienda consumir de 2-4 raciones al día.

 Grupo cuatro: grasas, azucares, postres, golosinas y gaseosas.

Este grupo se ubica en la punta de la pirámide y no es recomendable ingerirlos diariamente. Este nivel puede ser dividido en dos grupos: el de las grasas, llamadas también lípidos y el de los azucares, postres, golosinas y gaseosas. Las grasas buenas son las de origen vegetal como el aceite de oliva, girasol, maíz, las nueces, almendras, maní, aguacate y coco; son fuente de energía y ayudan a absorber vitaminas liposolubles. Las malas se encuentran en manteca, mantequilla, piel de pollo y grasa de la

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