Los Movimientos Sociales Y Los Derechos Humanos
aramozisaile1 de Octubre de 2013
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Los movimientos sociales y los derechos humanos
I. Resumen 1
II. Movilizaciones por la justicia: los derechos humanos bajo el neoliberalismo 4
La defensa de los derechos humanos en la ONU 8
El uso de los mecanismos internacionales, regionales y nacionales 10
Las luchas laborales bajo el neoliberalismo 15
Las luchas por la tierra, el agua y la subsistencia 17
Educación sobre derechos humanos 22
III. El uso de la Red: éxitos y desafíos del trabajo colectivo 23
El aprendizaje mutuo 24
Acciones de solidaridad 26
Intercambio de información y recursos 28
Gobierno y liderazgo 30
IV. Obstáculos y oportunidades 31
La lucha colectiva y las alianzas más amplias 31
El contexto político y económico internacional 38
Nuevas posibilidades, nuevas herramientas 41}
V. El debate de una agenda estratégica 43
I. Resumen
En la actualidad, los movimientos sociales promueven los derechos humanos en todo el mundo, logrando victorias significativas y fortaleciendo sus comunidades. Enfrentándose a la creciente pobreza y desigualdad, la mayor exclusión y la privatización de los bienes colectivos, los movimientos sociales luchan diariamente para asegurar los derechos humanos a la vivienda, el alimento, la salud, la educación y un salario digno, así como los recursos naturales de subsistencia como la tierra y el agua. Dado que estas luchas con frecuencia implican enfrentamientos con fuerzas e intereses internacionales poderosos, los movimientos sociales cada vez forman más alianzas regionales e internacionales, como la Red Internacional para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. En el presente informe, celebramos el poder de los movimientos sociales de los pobres, los trabajadores, los agricultores, las poblaciones indígenas, las mujeres, las minorías raciales y otras personas afectadas por diferentes formas de discriminación y opresión, en sus esfuerzos por unirse, con frecuencia a fin de exigir en forma colectiva los derechos reconocidos internacionales que poseen todos los seres humanos.
La urgente necesidad de fortalecer las actuales luchas de las bases por la justicia también resulta evidente debido a que numerosos líderes son objetos de amenazas, sus familias se ven enfrentadas a la violencia, el disenso se penaliza y la supervivencia de comunidades enteras se ve amenazada. Muchos movimientos cuestionan a los gobiernos y éstos, en vez de proteger los derechos humanos, con frecuencia construyen más cárceles, profundizan la vigilancia de la sociedad y hacen la vista gorda frente a la violencia de grupos paramilitares, fuerzas privadas de seguridad y elites poderosas (o, incluso, la facilitan). En algunos lugares, la presencia militar u ocupación extranjera afecta todas las facetas de la vida. Ya sea en nombre de la reconstrucción, el desarrollo o, incluso, el progreso, los gobiernos muchas veces no dudan en asociarse a gobiernos, empresas e instituciones financieras extranjeras, organismos intergubernamentales y ONG internacionales sin primero asegurar que se garanticen los derechos humanos de todas las comunidades y personas. Los movimientos sociales lideran luchas, muchas veces exitosas, contra la explotación y los abusos no regulados de las empresas, pero las empresas siguen siendo centrales en las negociaciones de los gobiernos, dando forma a acuerdos de comercio e inversión, e ignorando constantemente los derechos de las comunidades al consentimiento libre, previo e informado que ganaron las poblaciones indígenas con su lucha. Aunque varias movilizaciones opuestas a las privatizaciones lograron frenar o cambiar proyectos, muchos Estados cortan los servicios públicos, ponen carteles de “en venta” en los recursos comunes restantes y cierran programas de asistencia social. Muy pocos permanecen intactos ante la demanda actual de recursos naturales, mano de obra barata y nuevos mercados. Numerosas comunidades han sido desplazadas por proyectos de construcción de represas, se han visto amenazadas por la quema de gas o los residuos nucleares, se les negaron los derechos a la tierra, el bosque o la pesca, o se vieron obligadas a aceptar trabajo peligroso o humillante con sueldos inferiores al nivel de la pobreza, y sufrieron la represión de su expresión cultural. No pocas se cuentan entre las más afectadas por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el debilitamiento de la seguridad alimenticia. A la vez, las luchas de las bases se enfrentan a la permanente discriminación basada en divisiones de origen histórico y social de raza, casta, religión, sexualidad, género, estatus inmigratorio y similares, que, a su vez, suele ser manipulada para tratar de dividir a los movimientos sociales. Sin embargo, la esperanza sigue en pie, particularmente porque los movimientos sociales lideran luchas colectivas y unidas por un futuro en el que todas las personas disfruten de la justicia, la igualdad sustantiva y los derechos humanos.
En el siguiente informe analizamos el potencial del marco de los derechos humanos para enfrentar la explotación y la opresión que sufren los movimientos sociales y sus respectivas comunidades de todo el mundo, y para proporcionar una base significativa para la lucha colectiva. Muchos organismos gubernamentales e intergubernamentales, académicos y, en especial, organizaciones no gubernamentales reconocen la legitimidad y el valor de las ‘voces’ o los ‘testimonios’ de las comunidades afectadas, los pobres y las poblaciones indígenas. En el presente informe también planteamos que los análisis económicos, políticos y socioculturales, y el liderazgo estratégico de los movimientos sociales y las agrupaciones de base son esenciales para transformar nuestras luchas compartidas, eliminar las injusticias globales y asegurar un futuro en el que todas las personas gocen plenamente de los derechos humanos. Los movimientos sociales tienen mucho que aprender entre sí y de la experiencia de otros Miembros de la Red-DESC, y la Red y el resto de sus Miembros también tienen mucho que aprender de los movimientos sociales, quienes suelen estar a la vanguardia del esfuerzo por integrar, asegurar y ampliar los derechos humanos de millones de amigos, familiares, compañeros de trabajo, miembros de la comunidad y, en última instancia, de todas las personas. El presente informe es un borrador de trabajo que refleja la cooperación activa de los tres autores, así como los debates preliminares e instancias de trabajo colectivo con varios de los líderes de movimientos sociales que participarán de la próxima Reunión Internacional sobre Estrategias y Asamblea General de la Red-DESC, en Kenia, en diciembre de 2008. Esperamos que las colaboraciones e ideas, los debates grabados y las entrevistas intensivas que se lleven a cabo o reciban durante la reunión profundicen este análisis y proporcionen una orientación estratégica inicial para responder a las preguntas que aparecen al final de este informe. Empezamos con un resumen del uso de los derechos humanos por parte de los movimientos sociales en el contexto económico y político actual, evaluamos el trabajo colectivo del Grupo de Trabajo de Movimientos Sociales de la Red-DESC y analizamos las oportunidades y obstáculos actuales y nuevos, para concluir con una serie de preguntas estratégicas.
II. Movilizaciones por la justicia: los derechos humanos bajo el neoliberalismo
Los derechos humanos, en particular los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), implican la exigencia política de que el cumplimiento de las necesidades básicas sea tratado como un derecho de todos los seres humanos. Haciéndose eco de numerosos sistemas éticos y religiones, los derechos humanos afirman la dignidad intrínseca e igualdad de todos los seres humanos. Como queda claro en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los derechos económicos, políticos, sociales, civiles y culturales son interdependientes y se interrelacionan, y los Estados poseen la obligación primaria de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos, reconociendo que todos los derechos (ya sea el derecho a un juicio justo o el derecho a la vivienda) requieren de recursos del gobierno. Sin embargo, el texto de los derechos evolucionó históricamente a partir de la tradición política liberal occidental, en la que el Estado moderno, que centraliza el uso legítimo de la violencia (Weber 1946), fue creado básicamente para proteger los derechos de propiedad privada dentro de un sistema que permite la acumulación ilimitada (Locke 1964). En beneficio de una minoría de hombres ricos, y predominantemente blancos, la mayoría de la gente (incluyendo a los europeos pobres) fue desposeída, empobrecida y sometida a nuevos sistemas económicos, políticos, culturales y sociales. Sin embargo, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial y la Gran Depresión, los gobiernos redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) en un momento único y claramente sin paralelos que abrió nuevas vías para la justicia social, y muchos movimientos sociales han tratado de utilizar y expandir estas vías, especialmente en las últimas dos décadas.
Antes de explorar las múltiples maneras en las que los movimientos sociales han adoptado y muchas veces ampliado en forma creativa y efectiva el marco de los derechos humanos, vale mencionar un par de desafíos o críticas actuales a dichos derechos. En primer lugar, los intereses
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