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Los orígenes históricos de la República


Enviado por   •  28 de Febrero de 2014  •  Exámen  •  2.160 Palabras (9 Páginas)  •  336 Visitas

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LILIA AURORA PADILLA GARCIA

ASESOR: MANUEL EDUARDO FRANCO

DERECHO CONSTITUCIONAL

SEXTA GENERACION

FEBRERO DE 2014

AUTOEVALUACIÓN

TEMA V

Instrucciones: Conteste las siguientes preguntas.

1. Mencione y expliqué los orígenes históricos de la República de:

Grecia:

Es una de las más tempranamente documentadas y estudiadas. Existen fuentes escritas desde el segundo milenio a. C.1 En la Antigüedad, Grecia fue una de las regiones con mayor desarrollo tecnológico en Occidente y era poseedora de una rica tradición cultural. Fue famosa por sus conocimientos científicos, sus pensadores y escritores, su arte y sus templos.El país que actualmente se denomina Grecia se conocía antiguamente como Hélade, pero no formaba un estado centralizado y políticamente estaba fragmentado en numerosas polis o ciudades estado independientes entre sí, que unas veces se aliaban y otras se enfrentaban en guerras sangrientas.

La civilización griega tuvo un fuerte desarrollo en el campo filosófico. Se la suele llamar "la cuna de la civilización occidental", ya que sus grandes pensadores fueron los que desarrollaron los primeros conceptos de "átomo" (sin división) y su arte, sencillo, se caracterizó por la construcción de templos con grandes pilares y techos triangulares; en la música destacaron sus danzas folclóricas y sus cantos se ejecutaban todos los días en todas sus actividades.Entre los monumentos más famosos de esta antigua civilización se encuentran, entre otros, el Partenón, el teatro de Epidauro y el Mausoleo de Halicarnaso.

Desde el Paleolítico se atestigua la presencia del hombre en Grecia (3200 a. C. a 2000 a. C.), y en Asia Menor. Pero fue en la isla de Creta donde se desarrolló la civilización más avanzada, la cretense o minoica. Durante su época de mayor esplendor (minoico medio, hacia 1950 a. C. a 1550 a. C.), se construyeron los palacios de Cnosos, Festos y Hagia Triada. Por otro lado, los aqueos o protohelenos se establecieron en la Argólide, donde construyeron las fortalezas de Tirinto y Micenas, de la que derivó el nombre micénica que se da a su elevada civilización, asimiladora de la cultura minoica. Hacia el 1550 a. C. comenzó un período de apogeo a ambos lados del mar Egeo, que culminó con la conquista de Creta. A comienzos del siglo XII a. C., los dorios irrumpieron en la Grecia continental. En consecuencia, los aqueos emigraron al Peloponeso; los jonios al Ática, a Eubea y a las Cícladas, y los eolios a Tesalia y a Beocia. Además, esa invasión incrementó el proceso de emigración de colonos griegos hacia el litoral de Asia Menor y provocó la fragmentación de Grecia en ciudades-estado (polis).

China: Como cronología de una de las civilizaciones más antiguas del mundo con continuidad hasta la actualidad, tiene sus orígenes en la cuenca del río Amarillo, donde surgieron las primeras dinastías Xia, Shang y Zohu. La existencia de documentos escritos hace cerca de 3500 años han permitido el desarrollo en China de una tradición historiográfica muy precisa, que ofrece una narración continua desde las primeras dinastías hasta la edad contemporánea. La cultura china, según el mito, se inaugura con los tres emperadores originarios: Fuxi, Shennong y finalmente el Emperador Amarillo Huang, este último considerado como el verdadero creador de la cultura. Sin embargo, no existen registros históricos que demuestren la existencia real de estas personalidades, las que de acuerdo con la transmisión oral de generación en generación, habrían vivido hace unos 5000 a 6000 años.

La enorme extensión geográfica del estado actual de la República Popular China hace que, inevitablemente, la historia de todo este territorio abarque, en sentido amplio, a un gran número de pueblos y civilizaciones. Sin embargo, el hilo conductor de la narración tradicional de la historia china se centra, en un sentido más restringido, en el grupo étnico de los chinos, y está íntimamente asociada a la evolución de la lengua china y su sistema de escritura basado en los caracteres. Esta continuidad cultural y lingüística es la que permite establecer una línea expositiva de la historia de la civilización china, que, tanto desde los textos más antiguos del I milenio a. C., como desde los clásicos confucianos, pasando por las grandes historias dinásticas promovidas por los emperadores, ha continuado hasta el presente. Los descubrimientos arqueológicos del siglo XX, muy en especial los de los huesos oraculares, que recogen las primeras manifestaciones escritas en lengua china, han contribuido en las últimas décadas a un conocimiento mucho más detallado de los orígenes de la civilización china.

La narración tradicional china de la historia se basa en el llamado ciclo dinástico, mediante el cual los acontecimientos históricos se explican como el resultado de sucesivas dinastías de reyes y emperadores que pasan por etapas alternas de auge y declive. Este modelo del ciclo dinástico ha sido criticado por muchos autores1 por dos razones fundamentales: En primer lugar, por su simplismo, ya que el modelo adopta un patrón recurrente según el cual los primeros emperadores son heroicos y virtuosos, mientras que los últimos son débiles y corruptos. Esta visión está sin duda influida por la interpretación de las propias dinastías reinantes, que encontraban en la degradación de la dinastía precedente una legitimación de su propio ascenso al poder. En segundo lugar, el modelo dinástico ha sido también criticado por presentar una visión nacionalista artificial, pues lo que en una interpretación alternativa podría verse como una sucesión de diferentes estados y civilizaciones en un mismo territorio, aparece como una mera alternancia de regímenes de gobierno en el marco imperturbable de una entidad nacional única.

A pesar de estas críticas, el modelo del ciclo dinástico permite ver los acontecimientos históricos que han llevado a la formación de la China actual como una estructura lineal de fácil comprensión, lo cual ha mantenido su vigencia entre los historiadores hasta la actualidad. Otra razón principal por la que el estudio de las dinastías y sus emperadores ha sido fundamental entre los chinos en el análisis de su propia historia es el sistema tradicional de datación de fechas, según el cual cada emperador establecía sus periodos de reinado como marco para contabilizar los años. Así, el año cristiano de 1700 se corresponde según el sistema tradicional chino con el año 38 de la era Kangxi, mientras que el año 1750 sería el año 15 de la era Qianlong. Incluso hoy en día, en Taiwán el año 2007 se designa en contextos formales como año 96 de la República. Este uso de las dinastías y sus emperadores para la propia datación de los años ha hecho imprescindible

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