Lucifer y la Muerte

LUCIFER Y LA MUERTE

Era un día nublado y parecía que iba a llover. Charlotte había tenido un día de trabajo muy agotador y lo único que ella quería en ese momento era llegar a casa y ver a su pequeño hijo, Lucifer.

Charlotte llegó a casa y su hijo Lucifer la recibió cálidamente, Lucifer le pidió a su madre que si podían ir al parque de la esquina P. NorthWest. Charlotte estaba cansada y agotada, pero desde hace tiempo que no salía a jugar con su hijo, así que aceptó. Fueron a jugar juntos al parque.

El parque NorthWest era un lugar limpio, agradable y bien cuidado; en cambio, el parque Cipher que estaba al lado del anterior, era tenebroso, estaba abandonado y en un estado deplorable. Lucifer pasó corriendo entre el parque NorthWest hasta llegar al parque abandonado, su madre Charlotte al darse cuenta llamó desesperadamente a su hijo, este al no hacer caso a su madre, no se percató de que un poste de luz oxidado estaba por caer sobre él. Charlotte entre la desesperación y la tristeza, pudo alejar el poste del cuerpo de su pequeño que yacía sobre la tierra lodosa del parque Cipher, de inmediato la madre traslado el cuerpo de su hijo al hospital. El pequeño comenzó a moverse de una manera extraña, Lucifer estaba teniendo un ataque cardiaco, Charlotte solo pudo mirar aterrorizada lo que sucedía con su hijo.

Charlotte llegó al hospital más cercano, el Gravity Hospital, al entrar ella con lágrimas en sus ojos y con su pequeño hijo en un estado crítico; unos doctores acompañados de una enfermera llevaron en una camilla hacia el quirófano a Lucifer.

Horas más tarde, el doctor llegó hasta donde estaba Charlotte con una noticia desgarradora, su hijo estaba en coma y tenía muy pocas esperanzas de que despertara.

La madre de Lucifer, con el alma hecha pedazos, regresó a su hogar para recoger todo el dinero que le era posible para pagar el tratamiento de su hijo, ya que solo en el Gravity Hospital tenían el material adecuado para el tratamiento de Lucifer. El tratamiento costaba $30,000 y su madre solo contaba con $500, lo único que se le ocurrió a Charlotte en ese momento fue trabajar las 24 horas hasta conseguir todo el monto; y así lo hizo, 4 días Charlotte trabajó y consiguió el dinero que salvaría la vida de su delicado hijo Lucifer.

Cuando Charlotte se dirigía hacia su hogar dispuesta a pagar el tratamiento al día siguiente, en un callejón que salía directo a la casa de la mujer, se esfumó la última esperanza de sacar a su pequeño del coma.

Para la horrible suerte de ella, un hombre fornido, alto y con la cara cubierta por un pasamontaña, había arrebatado el bolso donde Charlotte guardaba el dinero; el hombre salió corriendo y desapareció entre la oscuridad del callejón sin dejar rastro. Charlotte quedó inmóvil en el lugar del robo, no podía creer el hecho de que robaron su esperanza, el poder ver a su hijo caminar y sonreír nuevamente.

Charlotte se dirigió hacia el hospital para pedir un plazo de tiempo para pagar el monto del tratamiento. Parecía que el mundo estaba en contra de ella, pues, al llegar al hospital los doctores le dieron la terrible noticia; al no pagar inmediatamente los medicamentos, la salud de Lucifer empeoró a tal grado que acabó con su vida. No se podía hacer más, Charlotte quedó devastada, pues recordó como había perdido antes a dos de sus hijos, Uriel y Amenabdiel, los dos fallecidos al ser arrollados por un camión de carga.

Charlotte, estando de luto, visitaba frecuentemente los lugares a los que solía ir con su hijo Lucifer. El último de los lugares que ella visitó fue en donde ocurrió la tragedia, el parque Cipher. La madre se sentó en un columpio oxidado y frágil, y como era de esperarse el columpio se rompió y ella cayó en una cueva oculta debajo de las hojas secas.

Aturdida por el impacto, Charlotte vislumbró una figura delgada y pequeña, era su hijo Lucifer. Al ver esto la madre corrió a abrazarlo, pensó que era una alucinación al ver a su hijo sano y con vida. En ese momento, una figura muy delgada y alta surgió detrás del niño y este le dijo a su madre que no debía de temerle, pues esa figura era la muerte, amiga de Lucifer. El niño le explicó a su madre que cuando él estaba a punto de morir, la muerte apareció para llevarlo con Uriel y Amenabdiel y de ahora en adelante viviría con la muerte y con sus hermanos, ese sería el último adiós con su familia terrenal. La muerte llamó a los hermanos de Lucifer, ya que ellos tampoco se pudieron despedir de su madre, Charlotte al ver a sus tres hijos juntos sintió una felicidad inigualable y no pudo contener el llanto. Después de despedirse de sus pequeños, la muerte los sujetó de las manos y caminaron hasta perderse en la oscuridad total de la cueva, su madre observó marcharse por última vez a su razón de vivir.

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