MANEJO DE CONFLICTOS, DESARROLLO DEL GRUPO Y EVALUACIÓN DE APRENDIZAJES

MANEJO DE CONFLICTOS, DESARROLLO DEL GRUPO Y EVALUACIÓN DE APRENDIZAJES

1. ¿Qué entiende por conflicto en un centro educativo?, ¿Qué condiciones contribuyen para su surgimiento?

Se denomina conflicto a toda situación en la que se ven confrontados dos o más maneras de percibir, sentir y valorar un mismo hecho, una misma conducta o un mismo mensaje, es decir cuando un mismo fenómeno genera en las personas involucradas interpretaciones diversas y opuestas, y cuando tales interpretaciones tienen para las personas, más que un significado lógico, un significado emocional relevante.

Habitualmente se llama conflicto a la crisis y a las distorsiones que produce éste y no al conflicto en sí mismo.

De hecho se dan tres perspectivas diferentes de entender la conflictividad dentro de un centro educativo. Una es la preocupación del maestro/maestra por algunas conductas, que abarcan la disrupción, la falta de respeto, la falta de disciplina; es la más frecuente. Otra es la preocupación social, que se refiere especialmente a las agresiones y actos vandálicos. La tercera es la preocupación del alumnado, que se centra en el maltrato entre iguales, el aislamiento.

Lo cierto es que las conductas que propician conflictos en las aulas sólo pueden entenderse a partir de las circunstancias mismas en que surgen. Desde el enfoque de la comunicación humana, representan siempre una discrepancia en las formas de ver, sentir y valorar una misma situación. Una reacción a otras conductas o situaciones que de pronto se ponen de manifiesto y activan en las personas una determinada emoción y una necesidad de respuesta.

Por eso, las causas de los conflictos no pueden buscarse fuera del contexto específico en que se producen, ni puede ignorarse el comportamiento de los otros actores presentes en la escena de los acontecimientos, incluido el docente o el propio tutor si es el caso.

Conocer la realidad familiar de los alumnos es importante, porque ayuda a entender ciertas disposiciones o creencias que se hacen evidentes en su conducta habitual; pero no para encontrar las causas de una acción o conflicto que se ha producido en otro espacio social, en otras circunstancias y en la interacción con otros personajes.

En el siguiente cuadro se proponen un conjunto de factores, son los que suelen generar conflictos en contextos formales de aprendizaje.

FACTORES QUE PUEDEN DESENCADENAR CONFLICTOS EN LAS AULAS

INTERACCIÓN

ALUMNO-DOCENTE INTERACCIÓN

ALUMNO-ALUMNO INTERACCIÓN

ALUMNO-TAREA

Agresión directa del docente al alumno (física o verbal) Agresiones directas de parte de otros alumnos (física o verbal) Actividad monótona, simple, irrelevante, que genera tedio y hastío.

Hostilidad o rudeza hacia todos o hacia alguno en especial. Burlas, hostilidades, eventuales o sistemáticas. Actividad difícil, compleja, que genera angustia, rabia, frustración.

Indiferencia deliberada o casual, al alumno y/o sus méritos. Exclusión del grupo, discriminación, marginación. Actividades homogéneas que no admiten variaciones, nuevas rutas.

Presión, exigencia continua, vigilancia estricta, censura. Amenaza o chantaje, presión constante de otros. Actividades que exigen un tipo de habilidad, que no es la del alumno.

Demandas injustas, desmedidas o inoportunas para los alumnos. Exigencias arbitrarias, reclamos continuos. Actividades excesivas, que crean saturación y cansancio.

2. Nombre los tipos de conflicto que existen entre los alumnos.

En un contexto de aprendizaje formal y estructurado, los conflictos que protagonizan los alumnos suelen ser de varios tipos:

a. Los que guardan relación con la autoridad.

Discrepancias con el contenido de los mensajes del docente, con su estilo comunicacional o con la persona misma del maestro.

b. Los que guardan relación con la tarea de aprendizaje.

Discrepancias con el contenido, la forma o la oportunidad de lo que se propone como experiencia de aprendizaje.

c. Los que guardan relación con sus pares.

Discrepancias con determinadas conductas, mensajes, estilos o decisiones de sus propios compañeros de estudios.

3. Explique las desventajas y riesgos que ocasiona la imposición en la conducta de los alumnos y cómo influye ésta en los jóvenes más inseguros.

Imponer a los alumnos un criterio, una solución o una conducta, sin considerar las motivaciones de actuar ni su visión de la situación, suele ser habitual. Se asume con naturalidad que los adolescentes no saben los que quieren, son inmaduros, rebeldes por naturaleza… y que, por lo tanto, deben aceptar el criterio y las decisiones de los adultos sin más ni más.

En general, la imposición opera a través del castigo y exige la adopción de conductas dirigidas expresamente a provocar dolor y sufrimiento en el otro, o, en su defecto, temor, culpa y vergüenza; sin embargo está ampliamente investigado que las conductas logradas a través de procedimiento impositivos no sólo presentan cambios ficticios y provisionales –que se abandonan cuando la autoridad no vigila- sino que aparecen asociadas a sentimientos de temor o de rechazo.

En este clima se malogra la confianza, se distorsiona la comunicación y se interfiere la atención y la concentración de los alumnos, aumentando las resistencias, los conflictos y las dificultades de aprendizaje.

Cuando estas conductas aparecen en los alumnos, ni los docentes ni los tutores suelen entenderlas como respuesta posiblemente estimulada por un comportamiento sistemáticamente impositivo o descalificador de parte de la autoridad. Prefieren asumirlas como resultado de sus propios conflictos internos, de tensiones en la familia o de cualquier otro factor exógeno a la situación misma en que esta conducta surge.

No son pocas las veces en que los docentes caemos en la tentación de no afrontar el problema, ignorándolo o relativizándolo, dejando que las cosas ocurran sin intervenir. La evasión y la permisividad pueden ser dos caras de la misma moneda. Son dos maneras de no comprometerse con la situación y así quedar exonerados de toda preocupación o

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