Dinamica De Los Grupos De Aprendizaje
pekealma1 de Diciembre de 2013
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La educación socialista en la Escuela Regional Campesina de Tenería, Estado de México: 1934-1940
Política educativa y su contexto
Si bien el Artículo 3° de la Constitución de 1917 señalaba el carácter laico, gratuito y obligatorio de la enseñanza primaria, secundaria y normal, durante la década de 1930 se vivió un movimiento educativo que planteó nuevos retos: la educación debía tener correspondencia con los quehaceres específicos de la vida y formar parte de las reformas estructurales generadas desde el Estado. Esta tendencia se observó a partir de 1929 con la Declaración de Principios del Partido Nacional Revolucionario (PNR), la cual señalaba que se debía impulsar la escuela activa, desfanatizar a las masas populares, extender la acción educativa a los obreros y campesinos, y unificar el sistema educativo de la federación, los estados y los municipios (PNR, 1929: 2).
Más tarde, en la Secretaría de Educación Pública, Narciso Bassols (secretario, de octubre de 1931 a marzo de 1934) encabezó un movimiento crítico en torno a la educación, apoyado en las ideas de destacados educadores, como Moisés Sáenz y Rafael Ramírez, y de pedagogos soviéticos, como Antón Makarenko. Bassols escuchó también las experiencias y proposiciones de los maestros en servicio, muchos de ellos unidos en la Confederación Mexicana de Maestros. La crítica al sistema escolar se centró en la distancia de éste respecto a los problemas concretos que enfrentaba la sociedad, en la mala capacitación del magisterio y en los programas de estudio poco elaborados.
Respecto a la acción educativa en la población rural, en aquel entonces mayoritaria (80%), se señaló que debía satisfacer las necesidades de los campesinos;1 se insistía en convertir a cada maestro en un agrónomo y en proporcionarle una visión de los problemas sociales para que, posteriormente, pudiera dirigir las actividades de los campesinos, ser el guía de su comunidad y un agente propulsor del progreso. En estas discusiones se recalcó que la escuela (maestros y alumnos) no podía actuar aisladamente, y que eran necesarios una acción coordinada, tanto dentro de la SEP como con otras dependencias del Estado, gran apoyo político y, sobre todo, la transformación económica y social del campo (véase SEP, 1933-1934: 66-67). Estas propuestas se encaminaban a renovar la educación nacional, al asentarla sobre bases más científicas, al modernizarla en sus métodos y al proporcionarle una proyección social y un papel concreto en la transformación de la realidad nacional. En el marco de estas ideas surgió el proyecto de las Escuelas Regionales Campesinas (1932), concebidas como centros especializados en la formación de técnicos agrícolas y maestros rurales, cuya intención era centrar su acción en una zona determinada y desarrollar un intenso trabajo social.
Las propuestas del movimiento magisterial fueron apoyadas por el plan sexenal (1933), el cual marcó las directrices que el gobierno de Cárdenas debía seguir. Se consideró, entre otras acciones, aumentar el número de escuelas, así como vincularlas con otras dependencias del Estado y con las organizaciones sociales para actuar conjuntamente en los cambios de la sociedad, concretamente en la reforma agraria y en la nueva legislación laboral. Además, se debería modificar el Artículo 3° para sustituir la educación laica por la socialista (véase El Maestro Rural, t. III, núm. 14, 1933: 7-11).
La tendencia socialista en la educación, aunada a la educación sexual (también introducida por Bassols) y a la exclusión del clero, provocó desacuerdos y contradicciones en el PNR, así como una profunda división en la sociedad nacional; no obstante, en diciembre de 1934, el Artículo 3° de la Constitución fue reformado. La nueva legislación otorgó al Estado el derecho exclusivo de impartir instrucción primaria, secundaria y normal. El clero, en tanto, quedó fuera de la acción educativa en los grados señalados, y se obligó a las escuelas particulares a adaptar sus enseñanzas a los principios socialistas. Se pretendía, además, integrar el sistema educativo (federación, estados y municipios) mediante una filosofía uniforme y una dirección centralizada (véase Poder Ejecutivo Federal, 1934).
El carácter socialista de la educación tuvo diversos manejos e interpretaciones por parte de la élite política misma: algunos la entendían estrechamente ligada con el anticlericalismo, característico de la política callista; otros, los más radicales, como una premisa necesaria que llevaría al socialismo; y muy pocos, como parte de las reformas sociales que, si bien se encaminaban a impulsar los sectores populares, no quebrantaban, en lo fundamental, la vigencia del sistema capitalista.
Acorde con las directrices políticas, de 1935 a 1938, el Departamento de Enseñanza Agrícola y Normal Rural (SEP) adoptó como objetivos la formación de agricultores prácticos y de maestros para las escuelas rurales, y el mejoramiento de las condiciones materiales y profesionales de los maestros en servicio. Además, se planteaba "estudiar y transformar las condiciones económicas de las comunidades rurales, difundir las ideas socialistas y fomentar la organización y capacitación del proletariado campesino para la lucha social, a fin de preparar el terreno para el advenimiento de una sociedad más justa e igualitaria" (SEP, 1936-1937: 54; SEP, 1937-1938: 115). Estos propósitos se realizarían a través de las Escuelas Regionales Campesinas (ERC) y de las Misiones Culturales (MC), auxiliadas por dos institutos de investigación y por un cuerpo de consejeros técnicos que actuarían desde el interior. Para el desarrollo de la acción social, se trabajaría estrechamente con la Secretaría de Economía Nacional y con la Secretaría de Agricultura y Fomento.
Las ERC surgieron con la fusión de las Escuelas Normales Rurales (ENR) y las Escuelas Centrales Agrícolas (ECA) (formadas a partir de 1925 por la Secretaría de Agricultura y Fomento), que de 1932 a 1934 fueron parte de la SEP, como reflejo de la política de mayor control de la federación. Éste fue el caso de la Escuela Regional Campesina de Tenería, puesto que como ECA dependió del gobierno del estado y a partir de 1934 estuvo subordinada a la SEP como ERC.
En 1936 existía un total de 23 Escuelas Regionales Campesinas en todo el país y se habían formado 10 más llamadas Escuelas Tipo Transición (ETT), cuyo nombre se debía a que sólo impartían el primer año de estudios (curso complementario a la primaria); posteriormente, éstas se convertirían en ERC al iniciar los siguientes cursos que la población escolar demandaba. La inscripción registrada en 1934 fue de 1 946 estudiantes; en 1935, de 2 850, y en 1936 fue de 3 888, lo cual apenas se ajustaba a las exigencias del plan sexenal (formar 2 000 escuelas rurales cada año) y podía suplir las constantes bajas registradas en las zonas de mayor conflicto social.
Los principales rasgos de la educación en la época fueron su carácter popular, el tener como eje el trabajo productivo, la formación de hábitos de autogobierno, la lucha por destruir el fanatismo, el impulsar el cooperativismo y el tener una intensa acción social encaminada al mejoramiento de la clase trabajadora. A continuación se ejemplificarán los objetivos y funcionamientos de estos centros escolares, mediante materiales de la Escuela Regional Campesina de Tenería, Estado de México.
La Escuela Regional Campesina de Tenería, Estado de México.
Condiciones materiales
La escuela estaba (y aún está) instalada en una ex hacienda. Tenía un cuarto destinado a la dirección del plantel, tres o cuatro aulas, biblioteca, dormitorios para hombres y para mujeres (ya que funcionaba como internado), habitaciones para los maestros, cocina y comedor. Puesto que la escuela había sido central agrícola, tenía establos (y ganado), talleres equipados, dos camiones y amplias superficies de tierra para realizar las prácticas agrícolas, además de contar con instrumentos musicales. Pese a lo señalado, sus recursos eran modestos: en los informes del agrónomo Mario Morineau, director de la institución, se solicitaban colchones, cobijas y ropa para los estudiantes (se les daban overoles, huaraches y sombreros, entre otras cosas); también se señalaba la carencia de agua potable, la necesidad de contar con una enfermería y de aumentar el acervo de la biblioteca (se solicitaban textos como la Constitución, la Ley Federal del Trabajo, leyes agrarias, libros que explicaran la lucha de clases y monografías del Estado de México) (ERC de Tenería, Estado de México, Archivo General de la SEP, "Necesidades escolares", expediente 16-1-2-136).
1. Carácter regional y popular
El concepto 'región' no refería sólo las características geofísicas de una zona, también aludía a la insistencia de que las regionales estuvieran alejadas de los centros urbanos y a que captaran su población de pequeños poblados de una amplia zona. En 1935, en la Escuela Regional Campesina de Tenería se registró una población de 170 estudiantes; pero, en 1936 la cifra aumentó a 212. Según esta última inscripción, 81.6% (173) eran hombres, y 18.4% (39) mujeres. La mayoría tenía entre 16 y 21 años (83%), aunque había menores de 16 años (7.5%) y mayores de 22 (9.4%). Entre estos últimos había maestros en servicio que se incorporaban a la regional para completar su formación.
Algunos estudiantes tenían sólo dos o tres años de estudios de primaria (9%), pero la mayoría (54.5%) tenía la escuela
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