Maestra De Educacion Primaria
maoscipa16 de Agosto de 2013
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Introducción
“A cada uno según su capacidad y a cada capacidad según sus obras.”
En la presente monografía damos a conocer la vida de Saint Simón. Nació en París en 1760 y murió en 1825, fue uno de los grandes pensadores políticos de Francia, además de ser un destacado Conde. Insistió en el progreso industrial y científico con el fin de delinear un nuevo orden social.
Sus Obras. "El sistema industrial" (1821-1823), "Catecismo de los industriales" (1824), "Nuevo cristianismo" (1825). Su Pensamiento. "El Saintsimonismo es una doctrina socialista, basada en las teorías del Conde Saint Simón, según la cual cada uno ha de ser clasificado según su capacidad y remunerado según sus obras".
También hablamos sobre el industrialismo de Saint Simón en la cual decía que el industrialismo era la nueva expresión del progreso de la humanidad con la que se orientaría hacia un asociacionismo que comprendería sucesivamente a la familia, a la ciudad, a la nación y a la comunidad internacional, para concluir con la desaparición de la propiedad individual. el industrialismo desaparecerá las clases sociales(nobleza, burguesía y clero), solo habrá trabajadores y ociosos (abejas y zánganos)
Su preocupación fundamental es la situación de la clase más pobre y numerosa al avance científico. El concepto de explotación consiste en algo que no constituye un abuso, sino que es un vicio inherente al sistema económico y dependiente de la propiedad privada, a la que por tanto, ellos condenan.
Los sainmonianos critican a la propiedad privada ya que según ellos la propiedad debe organizarse para que rinda un mayor beneficio a la producción, recomiendan la abolición de la herencia pensando que no deben dejarse los instrumentos de la producción que son tan importantes para la colectividad sino que el Estado debe quedar como único heredero
Otra parte que realizamos en la monografía es una comparación en relación a las teorías del pensamiento económico del mercantilismo, el marxismo y el industrialismo.
Y el objetivo general de esta monografía es conocer la teoría del industrialismo del Conde Saint Simón.
Objetivos
Objetivo General
• Dar a conocer la teoría de Saint Simón y los orígenes del industrialismo
Objetivos Específicos
• Comprara aspectos de las teorías del Mercantilismo, Industrialismo y Marxismo
• Resaltar los puntos más importantes de las teorías del Mercantilismo, Industrialismo y Marxismo
• Conocer los aportes principales de los pensadores de la economía y como han contribuido sus ideas en la actualidad
Capítulo I
La Parábola de Saint Simón
La parábola de Saint-Simón destaca que quienes realizan el trabajo realmente útil se encuentran subordinados a los ineptos, por lo cual si sucediera su desaparición, pasaría inadvertida. Los ociosos habían perdido la capacidad de dirigir espiritual y políticamente a la sociedad, pero tampoco los desheredados podían hacerlo: lo habían demostrado en el periodo del Terror.
Él consideraba que el problema de la organización social debía tratarse como un problema científico, pero esta organización se presentaba ahora como un problema industrial, ya que siendo la producción y el consumo los verdaderos objetivos de la sociedad, la misión de la política era controlar la producción industrial. En noviembre de 1819 Saint-Simón expone la célebre parábola que lleva su nombre. En ella, idea un suceso del que deduce una enseñanza moral; como ya se dijo, señala que el gobierno no es más que la fachada de la sociedad, por lo que podría prescindirse de él. En cambio, la desaparición de los sabios, industriales, banqueros y negociantes, que son los verdaderos gobernantes, dejaría un enorme vacío.
Esta parábola, estas suposiciones, demuestran que la especie humana, en cuanto a lo político, sigue hundida en la inmoralidad; y que los sabios, los artistas y los artesanos, es decir, los únicos hombres cuyos trabajos son de una utilidad positiva para la sociedad, que no le cuestan casi nada, están reducidos a una condición subalterna por los príncipes y por los demás gobernantes, puesto que los privilegios nacionales los deben al azar del nacimiento, a la adulación, a la intriga o a otras acciones poco estimables.
Capítulo II
Saint Simón y El Industrialismo
De acuerdo con Saint-Simón, el industrialismo el Industrialismo era la nueva expresión del progreso de la humanidad con la que se orientaría hacia un asociacionismo que comprendería sucesivamente a la familia, a la ciudad, a la nación y a la comunidad internacional, para concluir con la desaparición de la propiedad individual
Consideraba al capital como una aportación personal que justificaba una retribución especial, pero criticaba la propiedad individual, que consagra el derecho del propietario a detentar una prima sobre el trabajo de otro, la cual comprende tanto las propiedades territoriales como los capitales, a los que llamó conjuntamente fondos de producción
Pensaba que dichas propiedades y capitales son instrumentos de trabajo que se distribuyen a los trabajadores a través de los propietarios y los capitalistas por las operaciones que dan lugar al interés, al alquiler y al arrendamiento. Por estos medios el trabajador deja en las manos del propietario una parte del fruto de su trabajo, lo que constituye una explotación del hombre por el hombre, que se preserva a través de la herencia. Por ello se manifestó contra las referidas clases ociosas, que ya no tendrían sitio en el industrialismo, pues lo ocuparían los trabajadores cuya capacidad de trabajo les daba derecho a una remuneración.
Según Saint-Simón, la transición a la nueva sociedad industrialista no puede realizarse en un solo país, independientemente de los desarrollos que se produzcan en otros países, porque las sociedades europeas no están aisladas entre sí; por el contrario, hay vínculos definidos que las unen. Por tanto, deben convertirse en una comunidad de naciones en las que el despotismo desaparezca en todas y cada una de ellas. Pero para eso se requería la ilustración de los pueblos.
También afirmaba que Europa debía unirse en la paz, la cual sería posible por las fuerzas industriales y el espíritu surgido de esa nueva sociedad que ha transformado la mentalidad militar en algo anticuado es por eso que hace un llamado a:
El Espíritu Industrial:
Será el vínculo de los pueblos, pues todos los países europeos tendrán el mismo interés en fomentar la producción, de manera creciente. Todas las sociedades de Europa estarán unidas por la necesidad común de la seguridad en la producción y de libertad en el intercambio
La nueva situación del industrialismo, según Saint-Simón, hace que los productores de todas las tierras sean esencialmente amigos, no sólo en el plano nacional, sino también en el internacional, pues todos los productores tienen intereses comunes que llevan a la solidaridad social.
Con el llamado espíritu industrial, Saint-Simón vio la posibilidad de crear una comunidad europea pacífica y unida, como el factor unificador internacional. Pero el industrialismo no era suficiente. Él también consideraba a La Ciencia como un antídoto contra el nacionalismo, la cual surgiría como la fuerza unificadora de una comunidad internacional de doctos y científicos, una nueva elite espiritual internacional que reemplazaría a la vieja.
Las formas de organización, decía Saint-Simón, basadas en el espíritu industrial común provocarían una revolución; por ello era también necesario un vínculo espiritual, un cuerpo común de doctrinas y creencias que dieran unidad moral a todas las sociedades europeas y adoptaran la forma de una religión común, pues son las creencias antagónicas las que conducen inevitablemente a la guerra. La unidad espiritual y moral de los hombres y de las naciones estaría basada en un nuevo cristianismo.
La nueva sociedad no debía basarse en principios antagónicos, sino ser internacional, orgánica, jerárquica y estable, además de estar gobernada por una elite espiritual y temporal, y unirse por medio de una religión internacional. Contemplaba los nuevos elementos de su época como partes potenciales de una totalidad orgánica.
Su concepción del industrialismo parte de 1814, pues considera que el mundo descansa en la industria, que es la base de la libertad y la fuente de la riqueza, con lo cual otorga a lo económico una significación predominante en la vida social.
En su opinión, sólo debían existir tres clases: la de los industriales, la de los sabios y la de los artistas, y entre ellos no debía haber más diferencia que la que resultara de sus capacidades y de su aportación a la colectividad. La
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