Marco Específico Del área De Lengua

Marco específico del área: Lengua y Literatura

Este espacio curricular organiza una serie de saberes y prácticas, a partir de los cuales, los docentes deben asumir el compromiso de fortalecer el proceso de formación de los niños como sujetos del lenguaje.

Entender que a través del lenguaje se configura el universo simbólico y cultural de cada sujeto, permite trascender de su concepción de mero “instrumento” de comunicación y aprendizaje. De esta manera ampliaremos nuestra visión en función de la diversidad de procesos de construcción de significados y sentidos que tienen lugar en diferentes escenarios y contextos. Esto supone una nueva mirada sobre qué es lo que se aprende y se enseña en relación con el lenguaje y sobre cómo se enseña. El objetivo es evitar la reducción a aspectos semánticos, y atender a las particularidades de las prácticas sociales de oralidad.

Por otra parte es importante cuestionarnos acerca del leer, escuchar, escribir, como habilidades mecanizadas e individuales. Estos procesos se deben llevar a cabo de forma complementaria, no de forma aislada. Así como también dejar de pensar que los niños llegan a la escuela para aprender una lengua que no saben, por el contrario ellos son usuarios mucho antes de su periodo de escolarización. Esto implicaría para el docente asumir un desafío que conlleva el trabajo con la diferencia, imprevisibilidad, diversidad y la incertidumbre.

Es necesario plantear una concepción de enseñanza que supere su condición de proceso técnico para revalidar su carácter de acto social, histórico y cultural que se orienta a valores y en el que se involucran sujetos. Es decir la apropiación de la lengua solo adquiere sentido en la medida en que ella sea entendida como el medio a través del cual los sujetos y los grupos socioculturales se definen y son definidos por los otros.

La literatura pone al niño en contacto con la dimensión estética-expresiva y creativa, esto exige una variedad de soportes literarios ya que enriquece el horizonte cultural de los alumnos.

En los procesos de construcción de la identidad, la literatura es un modelo para comprender y representar la vida. Abre las puertas al pensamiento crítico, por esta razón es necesario que el educando se apropie reflexivamente del lenguaje y sea consciente de sus usos sociales. Esta visión evitaría, que nuestro objetivo sea transformar a los niños en meros copistas de enunciados. Por el contrario propiciaríamos lugares de lectura, discusión y confrontación. Con el fin de favorecer el dialogo, el despliegue de la diversidad y trabajar para hacer efectiva la igualdad y la inclusión. La verdadera integración social no se produce erradicando la cultura de base de los niños, sino permitiéndoles incorporar otras formas de pensar, hacer y decir.

Se considera prioritarios aquellos aprendizajes vinculados a la manifestación de la propia individualidad, a la comunicación de necesidades, sentimientos e ideas, y los relacionados a la indagación, exploración y descubrimiento.

La intervención docente no se reduce a presentar la situación, sino a continuar ofreciendo información, sugerencias, y aportes. También de él depende generar un espacio de acción colaborativa y cooperativa, donde se produzca el intercambio entre docente y alumnos, y entre pares.

En este marco, es esencial plantear desafíos, y permitir la reelaboración de las producciones a partir de los errores.

“En síntesis se plantea una nueva mirada de dicho objeto, una resignificación de la finalidad formativa de la educación primaria en este campo, una apuesta por las posibilidades de todos los alumnos y un replanteo de las condiciones didácticas y los modo de intervención docente.

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