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Enviado por   •  4 de Mayo de 2015  •  3.936 Palabras (16 Páginas)  •  125 Visitas

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Resumen de la obra

Prisionero, durante mucho tiempo, en los bestiales campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. Sus padres, su hermano, incluso su esposa, murieron en los campos de concentración o fueron enviados a las cámaras de gas, de tal suerte que, salvo una hermana, todos perecieron. ¿Cómo pudo él —que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio—, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla ?

En los campos de concentración habían dos tipos de prisioneros diferentes, a saber: el prisionero corriente, que sufría los trabajos más duros y recibía la crueldad de los soldados y los denominados "capos", prisioneros que actuaban como especie de administradores y tenían privilegios especiales, los cuales menudo trataban a los otros prisioneros peor que los mismos soldados¸ para este trabajo se elegía únicamente a los más brutales.

Los "capos" se elegían de entre aquellos prisioneros cuyo carácter hacía suponer que serían los indicados para tales procedimientos, y si no cumplían con lo que se esperaba de ellos, inmediatamente se les degradaba. Pronto se fueron pareciendo tanto a los miembros de las SS y a los guardianes de los campos que se les podría juzgar desde una perspectiva psicológica similar.

Selección Activa y Pasiva

Nada más llegar al campo de concentración, que en este caso era el de Auschwitz, a los prisioneros se le despojaban de toda identidad y objetos personales, resumiendo su vida a no más que a un simple número de lista. Un solo pensamiento animaba a los prisioneros: mantenerse con vida para volver con la familia que los esperaba en casa y salvar a sus amigos.

El proceso de selección era la señal para una abierta lucha entre los compañeros o entre un grupo contra otro.

Los prisioneros eran divididos de acuerdo a las capacidades que tuvieran para trabajar; se hacía una selección que para algunos tendría un destino fatal: agrupaban a los enfermos, deformes, débiles o que tenían algún defecto para trabajar y los enviaban a algunos de los campos centrales, donde se encontraban los crematorios y cámaras de gas.

A los prisioneros que realizaban trabajo forzoso, en algunas ocasiones les otorgaban una recompensa en forma de cupón, equivalente a una docena de cigarrillos, los cuales podían intercambiar por una ración de sopa. Normalmente los cupones se guardaban para la sopa, pero, gracias a ellos se podía distinguir cuando un prisionero perdía las ganas de vivir, ya que se fumaba sus cigarros para "disfrutar" de sus últimos días de existencia "De modo que cuando veíamos a un camarada fumar sus propios cigarrillos en vez de cambiarlos por alimentos, ya sabíamos que había renunciado a confiar en su fuerza para seguir adelante y que, una vez perdida la voluntad de vivir, rara vez se recobraba".

El informe del prisionero n.° 119.104: ensayo psicológico

Este relato trata sobre las experiencias del autor como prisionero común, pues es importante que diga, no sin orgullo, que yo no estuvo trabajando en el campo como psiquiatra, ni siquiera como médico, excepto en las últimas semanas. era un prisionero más, el número 119.104 y la mayor parte del tiempo estuve cavando y tendiendo traviesas para el ferrocarril.

Únicamente el que ha estado dentro sabe lo que pasó, aunque sus juicios tal vez no sean del todo objetivos y sus estimaciones sean quizá desproporcionadas al faltarle ese distanciamiento. Es preciso hacer lo imposible para no caer en la parcialidad personal, y ésta es la gran dificultad que encierra este tipo de obras: a veces se hará necesario tener valor para contar experiencias muy íntimas… Decidí expresar mis convicciones con franqueza, y por esta razón me abstuve de suprimir algunos de los pasajes, venciendo incluso mi desagrado hacia el exhibicionismo.

El autor divide la vida en el campo en tres fases, con las que intenta describir las reacciones psicológicas de los prisioneros, durante su estadía, en los campos de concentración: la fase que sigue a su internamiento, la fase de la auténtica vida en el campo y la fase siguiente a su liberación.

Fase uno, "El internamiento en el campo"

Caracterizada por el síntoma de shock, donde lo incierto los hacía digerir cada momento en el instante, con la constante pregunta ¿y ahora qué sigue?

En esta fase los prisioneros son trasladados en tren a Auschwitz, en donde un grupo de prisioneros, que parecían bien alimentados y hablaban todos los idiomas de Europa, les da la bienvenida, de manera de crear empatía con los recién llegados, lo que les daba la ilusión de que sus días no estaban contados y de que podían depositar confianza en ellos para contarles su situación; ya que la sola vista de las mejillas sonrosadas y rostros redondos de aquellos prisioneros resultaban de gran estímulo. Luego se sabría que era un grupo especial de prisioneros que hacían las funciones de comité de bienvenida.

En psicología, existe un estado de ánimo llamado "La ilusión del indulto" en la que el condenado a muerte a punto de morir, concibe la ilusión en la que sería indultado.

Lo mismo les pasaba a éstos prisioneros, se agarraban a los últimos jirones de esperanza que les quedaba.

La primera selección

Si nos enviaban a la derecha ("desde el punto de vista del espectador") significaba trabajos forzados, mientras que la dirección a la izquierda era para los enfermos e incapaces de trabajar, a quienes enviaban a otro campo. Ese juego del dedo se trataba de la primera selección, el primer veredicto sobre nuestra existencia o no existencia .

La desinfección

Llegó el momento de la desinfección, donde les quitaron todos sus objetos personales, Frankl perdió un manuscrito de alto valor, les afeitaron todo el cuerpo y les dieron una pastilla de jabón.

La única posesión: la existencia desnuda

A partir de ese momento lo único que tendrían aquellos prisioneros seria su existencia desnuda, incluso sin un pelo, no había ningún enlace material hacia su vida anterior.

Las primeras reacciones

Después en la ducha a todos los prisioneros los embargó un humor macabro; Supimos que nada teníamos que perder como no fueran nuestras vidas tan ridículamente desnudas. Cuando las duchas empezaron a correr, hicimos

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