Mi Marcha En La Docencia

Mi marcha en la docencia

Nacida en una dinastía de profesores me he visto crecer, escuchar día a día sobre el trabajo arduo que ejercen, las largas listas escolares, los innumerables bailables, los convivios a los que pude asistir, y como olvidar cuando mi madre y yo pasábamos a las juntas, eran tan largas y aburridas, que siempre me pregunte ¿Cómo es que le hacían para no dormirse? Claro si solo tenía apenas unos diez años, cómo iba a entender esas platicas.

Con el paso del tiempo todo eso dejo de importarme y me dedique a mi vida, solo a lo que me concierne, estando en la secundaria era mucho más importante levantarse temprano arreglarse un poco, y convivir con los amigos.

Recuerdo bien la primer mañana obscura y aun fría del inicio escolar de mi segundo año, todos estábamos en el salón esperando a los nuevos profesores, la mayoría éramos un manojo de nervios incluyéndome, pero platicando de cómo nos había ido en vacaciones; nos vimos interrumpidos cuando entra una mujer alta, esbelta, con un vestido amarillo floreado, dejando a su paso su perfume cítrico por toda el aula, dejando su portafolio negro en la mesa y dirigiéndose hacia nosotros nos da los buenos días y la bienvenida diciéndonos –buenos días chicos, bienvenidos nuevamente a esta su escuela, seré su profesora de Biología, mi nombre es Rosa Elena Cervantes León así que comenzáremos -me quede estupefacta de su sola presencia, veía el vaivén de su ornamenta en las manos, su voz clara y muy fuerte que se escuchaba hasta el último rincón del salón, la estancia en su hora era divertida y dulce, ya que usualmente usábamos dulces para la clase. Este fue mi primer impacto de querer trabajar y ganar dinero, pero solo pensé en eso trabajar, ¿en qué? no sé.

Hasta que conocí a un maestro más en tercer grado, el profesor Geslio Nava, un hombre de edad adulta, pelo negro, alto, mi maestro de español, a él le reconozco su habilidad de enseñar y el dominio de los contenidos, cierto día como a mediados del ciclo escolar nos pregunta ¿para qué nos sirve el punto, el punto y coma y la coma? Todos en el salón nos quedamos callados pues era algo que habíamos visto en las primeras clases y por supuesto ya habíamos olvidado, regresamos las páginas de nuestros cuadernos cuando él nos estaba recordando el uso de cada uno, me sorprendió que todo lo tuviera en su mente, y dije cuando sea grande intentare ser como él.

Llegó el momento de elegir una carrera, y tuve dos opciones en la mente, ser profesora o elegir psicología me incline por mi primera opción, por las experiencias vividas; en este lapso encontré a mas profesores que llenaron mis ganas de ejercer la profesión, las practicas escolares eran el alimento de la vocación.

Mi primera experiencia frente a grupo como titular y responsable fue cuando tenía 20 años cursando el cuarto semestre de la licenciatura,

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