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Modalidades, polifonía, foco, coherencia y cohesión

BelenUadeApuntes3 de Octubre de 2022

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Modalidades, polifonía, foco, coherencia y cohesión

  1. Las relaciones del autor con el lector y el texto

Cuando nos centramos en nuestra relación con el lector, podemos elegir entre transmitirle información, exhortarlo a que haga algo o asuma cierta postura, plantearle interrogantes y expresarle nuestra admiración o sorpresa por algo. Por lo general, y salvo algunos tipos de textos bastante particulares (como los instructivos –por ejemplo, las indicaciones para el armado de un artefacto o una receta de cocina–), predomina la transmisión de información, lo que no quita que pueda aparecer combinada con las otras tres modalidades de enunciación, como en el párrafo que sigue:

¿Sabía usted que los calefactores de gas de tiro balanceado con termostato son una de las fuentes de calor más empleadas en la actualidad? (interrogativa) Su poder calórico y su bajo consumo hacen de ellos una de las mejores opciones para afrontar el invierno. Sin embargo, en este último año se registraron varios casos de intoxicación por monóxido de carbono, la mayoría de ellos debido a una mala ventilación (informativa). Por lo tanto, le aconsejamos que no cierre herméticamente sus ventanas (imperativa). ¡Una mínima de medio centímetro puede salvarle la vida (exclamativa)!

Como vemos, en este fragmento se emplean las cuatro modalidades de enunciación, que no han sido escogidas porque sí, sino que persiguen una finalidad. Por empezar, la pregunta busca captar la atención del lector, despertar intriga o curiosidad (en otros casos también puede servir para hacer reflexionar, dar un tono irónico, enlazar temas, etc.). Luego, la información que se brinda (bondades y riesgos de los calefactores) prepara el terreno para el consejo que se da en la penúltima oración (la palabra aconsejamos hace que la orden –cierre– no resulte tan brusca; la maquilla y la suaviza). Finalmente, la exclamación que cierra el párrafo procura que el lector tome conciencia y advierta la importancia de la recomendación.

La relación con el texto

Además de vincularnos con el lector, podemos hacerlo con el texto mismo. Valiéndonos de las modalidades de enunciado (no de enunciación, que ya vimos anteriormente), podemos mostrar nuestra postura respecto de lo que estamos escribiendo, la actitud que tenemos frente a ello. Tenemos varias opciones: transmitir información sin hacer ninguna apreciación sobre ella (modalidad enunciativa), formular una probabilidad (potencial), decir si sabemos o no sabemos algo (epistémica), indicar que algo es necesario o que debe o no debe hacerse (deóntica), hacer un juicio de valor (valorativa) y expresar un deseo (desiderativa). Veamos los siguientes ejemplos:

  • Pronostican tormentas eléctricas para el próximo fin de semana (enunciativa).
  • Podría haber tormentas eléctricas el próximo fin de semana (potencial).
  • Ignoro si hará buen tiempo el próximo fin de semana (epistémica).
  • Debemos llevar paraguas: dicen que va a llover el fin de semana (deóntica).
  • Ojalá haga buen tiempo el fin de semana (desiderativa).
  • Menos mal que anuncian lluvia: será muy bueno para los cultivos (valorativa).

Hay distintas fórmulas para cada una de estas modalidades, que tienen ciertas características propias. En la enunciativa, por ejemplo, quien escribe se mantiene al margen del contenido: no opina ni expresa deseos ni hace juicios de valor. Se limita a presentar la información sin entrometerse. Por ejemplo: Mañana se realizará la asamblea anual de propietarios; El jardín se llenó de caracoles; El gobernador visitó dos escuelas primarias este martes. Se usa el verbo en modo indicativo (realizará, llenó, visitó).

Para la modalidad potencial, con la que expresamos probabilidad, pueden emplearse frases tales como es posible, probablemente, tal vez, quizás, etc. Algunos ejemplos: Quizás aumente el precio del trigo; González rendiría mucho más si jugara de nueve; Es probable que absuelvan al imputado. Nunca se utiliza el verbo en indicativo, sino en potencial (rendiría), o en subjuntivo (aumente/absuelvan); en este último caso, a veces va precedido de que y otras se encuentra solo (quizás aumente/es probable que absuelvan).

A través de la modalidad epistémica podemos mostrar que no sabemos, que tenemos dudas o que estamos seguros de algo. Para eso pueden usarse expresiones como dudo de que, no sabría decir, no podría afirmar que, desconozco si/que, estoy convencido de que, efectivamente, ciertamente, es totalmente cierto que, ignoro, no sé si, no se sabe si, se ignora si, parece, entre otras. En algunos casos se usa el verbo en modo indicativo y en otros, en subjuntivo: Es cierto que salí (indicativo) con Clara en la secundaria; No sé si llegarán (indicativo) a tiempo; Dudo de que este sea (subjuntivo) el camino correcto; No sé si este es (indicativo) el camino correcto; No es cierto que se haya incrementado (subjuntivo) la deuda interna durante nuestra gestión.

Con la modalidad deóntica expresamos obligatoriedad, y nos es muy útil en textos en los que nos involucramos fuertemente y fijamos nuestra postura acerca de lo que se debe o no hacer. Para eso nos valemos de ciertas fórmulas como es necesario, se debe, la obligación de (…) es, urge, resulta imprescindible, es inevitable, tenemos que, no podemos dejar que, etc. Por ejemplo: Es imprescindible que se tomen medidas urgentes para bajar la inseguridad; No podemos claudicar tan fácilmente; Debe revisarse de inmediato la política educativa. Por lo general, después de estas fórmulas podemos optar por emplear el verbo en infinitivo (claudicar) o en subjuntivo (tomen), en este último caso precedido de que.

La modalidad desiderativa nos sirve para decir cuáles son nuestros deseos, a qué aspiramos, qué queremos. Empleamos frases como ojalá, deseo, es deseable, sería óptimo, espero, ruego, etc., seguidas del verbo en infinitivo o de que + el verbo en subjuntivo. Algunos ejemplos: Ruego a Dios que Federico se porte bien en casa de Amelia; Ojalá (que) podamos llegar a un acuerdo; Espero terminar de escribir el artículo antes de la hora de cierre.

Por último, con la modalidad valorativa establecemos un juicio de valor sobre lo que contamos o exponemos. Un modo de hacerlo es utilizar adverbios terminados en -mente, aunque debemos ser cuidadosos y no abusar de ellos (suelen surgirnos con mayor frecuencia de la que pensamos): lamentablemente, acertadamente, felizmente, etc. También podemos hacer comparaciones (Es mejor reír que llorar; Hoy estamos peor que ayer; Los filósofos y los hombres de fe tienen un espíritu más elevado que los simples burgueses) y usar expresiones superlativas (Picasso es el mejor pintor de la historia).  

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