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Monologo Interior

c1452559421 de Octubre de 2014

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Actividades

Ejemplo de monólogo interior

Fragmento de Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín-Santos, en el que leemos las reflexiones de un personaje que intenta superar el miedo que le provoca el hecho de estar en la cárcel acusado de homicidio.

Solo aquí, qué bien, me parece que estoy encima de todo. No me puede pasar nada. Yo soy el que paso. Vivo. Vivo. Fuera de tantas preocupaciones, fuera del dinero que tenía que ganar, fuera de la mujer con la que me tenía que casar, fuera de la clientela que tenía que conquistar, fuera de los amigos que me tenían que estimar, fuera del placer que tenía que perseguir, fuera del alcohol que tenía que beber. Si estuvieras así. Manténte ahí. Ahí tienes que estar. Tengo que estar aquí, en esta altura, viendo cómo estoy solo, pero así, en lo alto, mejor que antes, más tranquilo, mucho más tranquilo. No caigas. No tengo que caer. Estoy así bien, tranquilo, no me puede pasar nada, porque lo más que me puede para es seguir así, estando donde quiero estar, tranquilo, viendo todo, tranquilo, estoy bien, estoy bien, estoy muy bien así, no tengo nada que desear.

Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir.

Teniendo en cuenta que un monólogo es “una reflexión en voz alta y a solas”, en este primer ejercicio vamos a escribir un monólogo interior que ocupe entre 20 y 40 líneas y que refleje la siguiente idea:

“Dirigiéndose imaginariamente a su marido muerto, la viuda, mujer convencional y estrecha de miras, le reprocha que nunca le hiciera una declaración de amor como Dios manda.”

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Soliloquio.

• Es un tipo de monólogo interior en que el personaje dialoga consigo

mismo.

• El hablante se dirige a un tú.

• Mucho más organizado y lógico.

• Conserva totalmente la estructura sintáctica y los signos de puntuación.

• Permite conocer una argumentación en voz alta del personaje sobre el

acontecer más que de él mismo.

Ejemplo:

"Imagínate que tienes una herida en alguna parte de tu cuerpo, en alguna parte que no puedes ubicar exactamente, y que no puedes, tampoco, ver ni tocar, y supón que esa herida te duele y amenaza abrirse o se abre cuando te olvidas de ella y haces lo que no debes, inclinarte, correr, luchar o reír; apenas lo intentas, la herida surge, su recuerdo primero, su dolor enseguida: aquí estoy, anda despacio. No te quedan más que dos caminos: o renunciar a vivir así, haciendo a propósito lo que no debes, o vivir así, evitando hacer lo que no debes."

(Manuel Rojas,Hijo de ladrón)

FLUJO O CORRIENTE DE LA CONCIENCIA

Verbalización de los contenidos mentales del personaje, tal como aparecen

en su inconsciente.

Carece de estructura lógica.

Estructuración sintáctica caótica, en la cual los signos de puntuación

están seriamente alterados, cuando no desaparecen.

Permite conocer la personalidad más profunda del personaje sin censuras ni

inhibiciones.

Ejemplo.

"Yo y no solo yo, otros hombres, podríamos buscar en la brisa el perfume de

otra tierra, el aroma arrancado por el aire a otros mediodías: huelo,

huelo: lejos de mí, lejos de este sudor frío, lejos de estos gases

inflamados: las obligué a abrir la ventana: puedo respirar lo que guste,

entretenerme escogiendo los olores que el viento trae: sí, bosques

otoñales, sí hojas quemadas, ah sí ciruelos maduros, sí sí trópicos

podridos, sí salinas duras, piñas abiertas con un tajo de machete, tabaco

tendido a la sombra, humo de locomotoras, olas del mar abierto, pinos

cubiertos de nieve, ah metal y guano, cuántos sabores trae y lleva ese

movimiento eterno: no, no, no me dejarán vivir: se sientan de nuevo, al

mismo tiempo, de espaldas a la ventana, para cerrarme el paso del aire,

para sofocarme, para obligarme a cerrar los ojos y recordar cosas, ya que

no me dejan ver cosas, tocar cosas, oler cosas."

Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz.

Idilio : lee el siguiente cuento de Mario Benedetti

1.

Sin embargo yo venía pensando en la mujer rubia de la película como todos los sábados cuando después del cine atravesamos el baldío de atrás de la fábrica sí con la luna uno siempre se pone un poco romántico pero no iba a ponerme romántico con Marta claro después de diez años lentos de matrimonio todo cambia y cuando ella me llamó Juan María el nombre me pegó en la nuca como una corriente de aire y recién entonces la vi uniformada por la luna en una silueta que empezaba a vencerse nunca se me había ocurrido que pudiera reprocharme con su sola presencia esos diez años porque enfrentar a Marta a la luz del día significa también enfrentar su voz su mirada sus gestos pero allí estaba sola en su solo cuerpo y los senos horriblemente fláccidos la curva de la espalda vencida por completo las caderas desagradablemente abiertas no es posible disfrutar ahora con la mera adivinación del cuerpo bajo la ropa tan resbaladiza por eso sé que mi deseo depende de arranques mecánicos que apuntan a ella porque es más cómodo insistir allí que violar la costumbre y correr el albur con esta o aquella loca no obstante la rubia de la película me arruinó la noche porque me puso en la cabeza sí era delgadita tenía la cara ovalada los ojos grandes me metió en la cabeza esa pavada de empezar de nuevo después de todo qué quiero decir con empezar de nuevo a mí no me importan los senos caídos la espalda curvada las caderas abiertas sino que ella está indiferente por cualquier cosa pone ojos de vaca degollada y parece que sólo le interesara el chico demasiado mimoso lo tiene ya vendrán los dolores de cabeza después cuando quiera imponerse pero si ella ah pero si ella claro yo quiero quería empezar otra vez

porque uno puede verdad equivocarse y aunque es cierto como dice mamá la primera mujer y nada más pero yo pensé que ella iba a ser verdaderamente compañera y poderla sentir al lado en la noche no sólo en la noche como parte de uno mismo aunque no la tocara por más que también sería bueno tocarla casi dormido y estirar la mano y hallarla pero ella todo el santo día con esos rezongos entre dientes mirándome haciéndome sentir ladrón asesino qué sé yo como si por mi culpa estuviera encerrada demasiado sé que

no sale para después reprochármelo y que no la saco nunca ni al campo ni al cine bueno al cine vamos los sábados pero al campo la quisiera ver después de escribir a máquina ocho horas los dedos como garrotes el dolor en la espalda llega el domingo si tendría ganas de hacerse la excursionista y cargar quince paquetes de comida qué asco el papel manchado por los buñuelos la torta pascualina con gusto a pescado todo mezclado y atrás los tipos de siempre cantando un elefante molesta mucha gente y los que bailan en el pasillo ofreciendo el trasero primero el de ella después el de él y el otro gracioso y sus cuentos de velorio como para no preferir la siesta a mí qué me importa perderme el aire libre después llego cansado como una mula y con la obligación de estar alegre para no desentonar a ella sí le gusta y no desentona bueno yo tampoco quiero que seamos demasiado iguales lindo aburrimiento

...

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