Moralidad según Santo Tomas de Aquino
Elizabeth PerezTrabajo8 de Junio de 2016
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Universidad Santo Tomás [pic 1]
Escuela de Educación
Educación Diferencial
Educación en la Adolescencia
Cohorte 2014
Entrevista: Moralidad Según
Santo Tomás
[pic 2]
ÍNDICE
Páginas
Introducción……………………………………………………………………… 3
Educación Moral Según Santo Tomás……………………………………….. 4-7
Sugerencias Educativas………………………………..……………………… 8
Conclusión………………………………………………………………………. 9
Bibliografía………………………………………………………………………. 10
Anexos…………………………………………………………………………… 11
INTRODUCCIÓN
La educación moral es un proceso de aprendizaje que permite inculcar los hábitos de pensar y actuar, es decir, desarrollar las perspectivas de juicio y conducta moral. Las cuales ayudan a las personas a convivir y trabajar juntas como familia, amigos, comunidad y país.
Por otra parte, en el área escolar, permite que los estudiantes y adultos o profesores, comprendan, practiquen y se interesen por los valores éticos, tales como el respeto, la justicia, la responsabilidad por sí mismo y por el prójimo. Sobre estos valores, se forman las actitudes y las acciones que son propias de personas y comunidades más seguras.Durante el período escolar, los niños y adolescentes pasan mucho tiempo de su día en un establecimiento educacional. El tiempo que se encuentran en la escuela constituye una oportunidad de explicar y reforzar los valores fundamentales sobre las que se forma el sentido moral, por este motivo es tan importante crear las oportunidades para hablar de este tema en las salas de clases.
Lo fundamental, es abordar la educación moral, desde todas sus aristas, es decir, de una manera integral, incluyendo las cualidades emocionales, intelectuales y morales de una persona o grupo. Además de brindar múltiples oportunidades a los estudiantes para conocer, discutir y practicar las conductas sociales positivas. Sin olvidar, ni dejar de lado el rol que cumple la familia como agente educador de ésta en el hogar y antes de la escolarización, generándose un trabajo conjunto entre ambas identidades, las cuales son un potente ejemplo a seguir por nuestros educandos. Es por esto, que si se genera una buena cohesión, se forjará un futuro formador social potente con todas las cualidades mencionadas anteriormente.
Es por esta razón, que en el presente trabajo analizaremos el desarrollo moral, desde la perspectiva de Santo Tomás de Aquino,ligándolo a los conceptos de “castidad” y “pudor”, los cuales son unos de los puntos claves dentro del desarrollo moral según este autor. Para darle un aire actualizado y representacional de lo que es la moralidad hoy en día, entrevistamos a un Psicólogo y a un Adolescente, con la finalidad de extraer tanto de forma explícita como implícita su mirada sobre los conceptos, asociando que tanto se aleja o asemeja a lo que se pensaba en la época de Santo Tomás. Para finalizar entregaremos sugerencias de cómo abordar el desarrollo moral en el hogar y la escuela, para culminar con nuestras opiniones personales.
EDUCACIÓN MORAL SEGÚN SANTO TOMÁS
La educación moral es un trabajo que toma tiempo y se debe desarrollar paso a paso desde la niñez, etapa donde las familias son los responsables de inculcar los valores necesarios para lograr un óptimo desarrollo de la moral, teniendo el papel protagónico en esta cuestión, ya que son el ejemplo a seguir y los reguladores de la conducta en los niños. Si bien cuando estos comienzan la escolarización, esta área de la educación pasa a ser un trabajo en conjunto con los establecimientos educacionales, ya que, los jóvenes pasan una gran parte de su tiempo en la escuela.
Para que esto se logre, debe existir una buena comunicación, así los valores se refuerzan al unísono, sin agredir ni entrar en conflicto las dos entidades educadoras, ya que esto puede provocar un mal enfoque en la enseñanza de esta materia. Pero cabe destacar, que este no es sólo un trabajo a realizar en etapas tempranas, sino, que se debe intensificar progresivamente, ósea desde los inicios hasta el periodo de la adolescencia, donde los jóvenes comienzan a tener un grado de perspectiva del mundo mucho más agudo y es en esta etapa donde los adultos cumplen un trabajo de apoyo y guía en estos procesos, pasando a segundo plano y dejando que sea el joven el personaje principal y el encargado de poner en práctica todo lo enseñado anteriormente, en conjunto con sus vivencias y creencias que son las que en conjunto forman a este nuevo ser social, que más adelante tendrá la misión de ser un formador social y moral.
Es por esta razón que Santo Tomás destaca constantemente el poder de la familia como agente educador, al igual que la autora Mercedes la cual señala: “La actuación de los padres encierra en sí, por la bondad de su actuar solícito, ordenada, protector y rescatante, un ideal de bondad subjetiva y efectiva que atrae e inclina fuertemente a la voluntad del niño y se convierte, en este modo, en Ideal del niño, en aquello que se quiere ser y en aquello que se quiere hacer” (Palet, 2000, págs. 159-160). Incluyendo así, a la familia como ente fundamental en el desarrollo de valores y de la moralidad.
Considerando la visión de Santo Tomás, se puede decir que la moralidad implica una polarización entre el individualismo y la conciencia social, lo cual significa que para que exista educación moral debe haber un desarrollo personal, lo que conlleva a tener una conciencia del otro. Según lo que establece Santo Tomás: “La educación moral tiene que ofrecer el camino que lleva a ser más feliz individual y socialmente”.
Según la opinión del psicólogo Felipe Guerra: “lo que entendemos por moral, no debemos restringirlo solamente a un conjunto de conductas bondadosas, sino que debe ser entendida como un esfuerzo personal por alcanzar la perfección en lo intelectual y espiritual, es decir en lo humano y en lo sobrenatural; orientando nuestros actos a practicar la bondad con nosotros mismos y los demás”.(Guerra, 2015)
Para Bárbara nuestra adolescente entrevistada, cuando se le mencionó este tema señaló -“es lo que nos rige a todos a hacer lo correcto e incorrecto, guiado por un común en la sociedad… Sin embargo, también creo que cada uno tiene una moral propia, la cual se ha ido forjando con el tiempo a lo largo de su vida y sus aprendizajes.”(Aguilar, 2015)
Ambos entrevistados dejan a entrever con su respuesta, que la educación moral es un conjunto de acciones o conductas tanto personales como sociales, que nos orientan hacía un bien común.
Los postulados de Santo Tomás de Aquino con respecto a la educación moral se remontan a la época de Aristóteles, utilizando a este filósofo como exponente de apoyo a su teoría. Santo Tomás distingue, al igual que Aristóteles, dos clases de virtudes: las morales y las intelectuales. Por virtud entiende también un hábito selectivo de la razón donde se lleva a cabo la repetición de actos buenos y, al igual que para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio, de conformidad con la razón. Con respecto a la razón, le corresponde al pensamiento que dirige el hombre hacía su fin, y el fin del hombre ha de estar acorde con su naturaleza, el hombre es quien decide la conducta a seguir.
En cuanto a la mirada de la joven sobre la virtud, ésta opina: “son algo único de cada persona, las cuales lo definen en su entorno y para todo aquello que son buenos. Asimismo, estas son fundamentales para formar su identidad como individuo inserto en la sociedad y su reconocimiento por esto.”(Aguilar, 2015).
Según la opinión del psicólogo: “las virtudes son disposiciones personales que nos orientan al bien. El hombre virtuoso, evidencia ciertas cualidades que le permiten realizar obras bondadosas consigo mismo y los demás. Son de alguna manera, el medio que nos permite hacer realidad los valores morales”.
Refiriéndonos al concepto de virtud que manejan nuestros dos entrevistados, podemos decir que ambos consideran a la virtud como algo personal, que va orientado hacía un bien común, es decir, a realizar buenos actos para mí satisfacción y la de los demás.
Para Santo Tomás de Aquino dentro de las llamadas virtudes morales se logra distinguir sub áreas como justicia de la voluntad, fortaleza y templanza, siendo esta última la de mayor importancia dentro de nuestra investigación, ya que es, de donde se desprenden los términos Castidad y Pudor.
La castidad, suele definirse como la virtud que valora la sexualidad humana en sus significados y la inserta en el proyecto de maduración interpersonal. Para Santo Tomás, la castidad es la virtud por medio de la cual el hombre domina y regula el deseo sexual según las exigencias de la razón. La esencia de la castidad consiste en poder establecer un equilibrio psicosexual entre el valor de la persona y toda reacción que se produce ante los valores del cuerpo y del sexo. De esta manera, la castidad verdadera no puede llevar a que se produzca un menosprecio del cuerpo ni de la vida sexual, sino la fuerza interior y espiritual que libera a la sexualidad de sus elementos negativos como lo son: el egoísmo, la agresividad y el atropello; y la promueve a la plenitud del amor auténtico. En otras palabras es, la valorización de la sexualidad como la afectividad leal, comprometida, respetuosa de la situación de cada uno. En general, es la maduración interpersonal afectiva en armonía de los valores.
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