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Morroa Y Su Historia


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2013  •  2.553 Palabras (11 Páginas)  •  221 Visitas

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A MODO DE INTRODUCCIÓN.

“Entonces empezó el viento, tibio, incipiente, lleno de voces del pasado, de murmullos de geranios antiguos, de suspiros de desengaños anteriores a las nostalgias más antiguas.”

Gabriel García Márquez.

Escribir para no olvidar la historia de nuestro pueblo Morroano es una gran aventura literaria. Es un constante fluir de emociones que derivan en la nostalgia por lo que más nos pertenece, es entender, de un modo puntual y concreto, el significado que tiene tratar de recuperar nuestra tradición histórica como fundamento de lo cultural y de nuestras mas milenaria tradiciones. Recordar que somos un pueblo donde lo mágico es parte de nuestra cotidianeidad se convierte en un hecho trascendental y maravilloso que toma ribetes de colosal. Ya en otras ocasiones, de manera escrita o simplemente oral, hemos expresado la sobrenatural sensación que produce el recuerdo constante de la “procesión” saliendo de la iglesia con nuestro santo patrono San Blas y la Virgen de la Candelaria un tres de febrero de un año cualquiera de cuando éramos niños. Hemos manifestado, como Morroanos que somos, la agradable certidumbre de que los sueños son más felices si dormimos en un hamaca macorina hecha a mano por nuestras grandes artesanas. Cada vez que volvemos a Morroa, si es que alguna vez nos vamos de verdad, encontramos que aquí el tiempo está congelado en las viejas casas de palma, en los niños corriendo por las calles, en las mujeres y hombres frente a un telar tejiendo sus mas intimas ilusiones, en los carritos de helado en la esquina de la iglesia todos los febreros de la historia, en esas leyendas que cuentan los señores sobre el pasado, en los amigos que siguen esperando a que vuelvas y en toda esa serie de detalles que nos hacen creer que Morroa, más que el lugar donde nacimos, es una parte trascendental de nuestro espíritu agitado.

Son muchas las razones que se pueden exponer para la construcción de una memoria histórica sobre nuestro pueblo, pero la que nos inspira es aquella que le escuchamos a Tomasita Padilla, una de nuestras grandes artesanas y la más ilustre de las Morroanas: ya los viejos los olvidan, eso era antes que valoraban lo viejo, ahora es distinto. Es bueno que se hable de lo viejo porque vienen los nietos, los bisnietos, y los que no son bisnietos y la cosa sigue pa’ lante. Cosas como esas nos mueven. Queremos realizar este trabajo para que haya un espacio y un lugar donde los Morroanos se asomen a su realidad histórica y en donde encuentren las respuestas a las preguntas sobre quienes fuimos en el ayer. Desde las legendarias disputas del cacique Onné Colosó con el cacique Morroi que derivó en la fundación de Morroa según la historiadora Rosa Luisa Uribarren hasta la fundación del departamento de sucre con la ley 47 de agosto 30 de 1966 que dice en su artículo primero que: “crease el departamento de sucre, formado por los territorios de los municipios de Sincelejo, Palmito, Toluviejo, Tolú, San Onofre, Colosó(Ricaurte), Sampués, San Benito Abad, San Marcos, Caimito, Sucre, Majagual, San Pedro, Ovejas, Morroa, Corozal y Sincé, que forman hoy los territorios del departamento de Bolívar, con los limites que tienen actualmente los mencionados municipios”. Creemos que es necesario que haya una plena documentación de las distintas etapas de la historia propia de Morroa para que quede como legado para las generaciones futuras.

Un estudio juicioso nos obliga a una investigación profunda desde todos los puntos de vista y se hace necesario analizar la situación general del continente, el país y el departamento de sucre para por ultimo aterrizar en la población de Morroa de la que somos tan orgullosamente hijos. Todo esto es altamente necesario porque opinamos que cuando los hombres sienten la necesidad de conocer la historia de sus pueblos están tratando de descubrirse así mismos a través de los hechos que han generado mayor influencia en su realidad. De un modo u otro eso los conduce a iniciativas a gran escala para descubrir los hechos, los lugares y las personas que construyeron la pirámide histórica en donde reposan las más altas expectativas de las sociedades civilizadas. Pensamos, por ello, que reconstruir el pasado debería ser entonces un ideal primario de los seres humanos y un anhelo de todos para reafirmarnos en la idea de que lo que fuimos en el ayer es lo que define lo que seremos en el mañana. “Quienes no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo. En la primera etapa de la vida la mente es frívola y se distrae con facilidad, no consigue el progreso por falta de constancia y consecuencia. Así son los niños y los bárbaros, su instinto no ha aprendido nada de la experiencia” . Dentro de las múltiples inquietudes que se puedan tener las que más nos apasionan a los seres humanos son aquellas que tienen que ver precisamente con nuestros antepasados y con la historia de nuestros pueblos. Es una manera de buscarle explicación a nuestras costumbres, a nuestra forma de vivir y a la forma en que nos enfrentamos a la vida. El tener un lugar donde ir a conocer esa historia y un espacio donde descubrir la razón de lo que somos es una manera obligatoria de evolucionar hacia estadios superiores del pensamiento humano y hacia la consecución de ese ideal primario de la humanidad de la Paz real y efectiva. Creemos que en ese orden de ideas el hombre es arrastrado por su infinita necesidad de conocimiento a conocerse a sí mismo y a las causas históricas que mueven su ser, a reconocerse como parte de un conglomerado social integrado y basado en un interés natural y colectivo, un interés intimo por el pasado que no es gratuito; pues ese interés tiene su origen en la nostalgia por lo que realmente nos pertenece, en la emoción de sentir que hacemos parte de una serie de hechos históricos por medio de los cuales comprendemos que somos un pedazo reconocible de la historia misma de los hombres.

En la actualidad los países desarrollados de Europa y Norte América admiten que sin las experiencias que han recopilado con el estudio juicioso de su pasado sería imposible una convencía pacifica entre los integrantes de esas sociedades. Sin ese elemento sería inverosímil que esos países se hubiesen recuperado tan rápidamente de las dos grandes guerras mundiales y que hoy en día promuevan, desde todos los puntos de acción, un espacio de encuentro con la historia para aprender de los errores cometidos. Todo lo anterior nos explica el nivel de estas naciones, que se han dedicado a crear un espacio de reconocimiento de la historia propia de sus pueblos, y que han invertido tiempo y dinero en investigaciones que finalicen con el establecimiento de bases para el conocimiento mutuo de lo histórico y colectivo. Los ciudadanos del común

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