Muerte Por Asfixia Mecanica
Aron230630 de Agosto de 2012
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MUERTE POR ASFIXIA MECANICA
Asfixia:
La palabra Asfixia proviene de los vocablos griegos a (negación, privativa) y sfyesis (pulso), significando así “sin pulso” o “no pulso”. Es la pérdida de conciencia o muerte originada por la interrupción de la respiración, debido a la falta de oxigeno en el organismo o a un exceso de bióxido de carbono en los tejidos. De ahí que se haya acuñado un nuevo término, anoxia, en un sentido más amplio, o anoxemia, más restringido, para expresar que lo fundamental es el empobrecimiento gradual de la sangre en oxígeno, lo que conduce a la paralización de todas las funciones vitales y, en primer término, las del sistema nervioso y corazón que, como elementos más nobles, son los primeros que sucumben a la falta de oxígeno.
De acuerdo con esto, la palabra asfixia va siendo sustituída en el lenguaje médico por los términos anoxia y anoxemia y ha quedado limitada en su uso al lenguaje popular, o bien a expresar un conepto sintético que abarca: 1) el mecanismo fisopatológico que desencadena la anoxia; 2) la sintomatología debida a este mecanismo; 3) la muerte resultante eventualmente de este sindrome. En consecuencia, podemos definir la asfixia como un sindrome patológico, eventualmente terminado por la muerte, producido por la anoxemia e hipercapnea resultantes de la dificultad o supresión de la función respiratoria.
Las circunstancias en que se produce el sindrome asfíctico son muy variadas, sin embargo para el caso de el curso de Medicina Legal se mencionara la siguiente:
Asfixias Mecánicas
Las asfixias mecánicas, son del interés de la Medicina Legal y de todas las ciencias penales en general, al derivarse en hechos concretos, ellas mueven toda la maquinaria jurídico-penal, produciéndose, a partir de esto toda una serie de actos cuyo objetivo final es el esclarecimiento de los hechos y el establecimiento del grado de participación del acusado (si existió delito, por supuesto) y la consecuente declaración de la procedencia o no de la pretensión punitiva de la parte actora.
Clasificación de las asfixias mecánicas:
a) Asfixias por acción mecánica externa.- Sobre cuello (ahorcadura o colgamiento y estrangulación a mano o a lazo); sobre orificios respiratorios (oclusión de los mismos); sobre tórax (compresión de las paredes torácicas).
b) Asfixias por penetración de sustancias extrañas en vías respiratorias.- sólidos (enterramiento, aspiración de cuerpos extraños); líquidos (sumersión); gases (aire enrarecido, confinamiento, gases inertes).
Lesiones generales de las asfixias:
Cada variedad de asfixia mecánica viene definida por ciertas lesiones producidas directamente por el agente lesivo desencadenante, o indirectamente por el mecanismo fisopatológico de acción del agente y que conduce a la muerte del sujeto. Todas las asfixias mecánicas presentan unos rasgos comunes en su anatomía patológica.
Las asfixias mecánicas están clasificadas por las lesiones en internas y externas
Lesiones Externas
• Fenómenos cadavéricos.- Las livideces cadavéricas suelen tener una extensión mayor que habitualmente, su coloración es más oscura y su aparición precoz. Su situación, no obstante, corresponde, como siempre, a los planos declives, aunque pueden producirse livideces paradójicas. El enfriamiento del cadáver está retrasado de ordinario. La rigidez cadavérica suele ser de aparición lenta y por tanto intensa y prolongada de acuerdo con la Ley de Nisten. Constituyen excepción, sin embargo, aquellos casos no raros en que la muerte ha sido precedida de intensas convulsiones, en cuyo supuesto suele ser precoz. Por último la putrefacción es algo más rápida de lo normal, aunque sin apartarse de la marcha normal habitual.
• Cianosis.- Una cianosis generalizada es un hallazgo frecuente en los cadáveres de sujetos fallecidos por asfixia; en ocasiones se acusa más intensamente en la cara y resto de la cabeza, resaltando de modo especial en los bordes de las mucosas. Sin embargo, y pese a la opinión común, este signo carece de una significación específica. Estrictamente la existencia de cianosis cadavérica y su intensidad dependen de la proporción de oxihemoglobina y hemoglobina reducida existente en la sangre del cadáver; a mayor proporción de la segunda, mayor intensidad de la cianosis. Este hecho, que es propio de los estados anóxicos, sólo tendría valor cuando el examen del cadáver es suficientemente precoz, pues la sangre cadavérica va perdiendo progresivamente el oxígeno, y 24 horas después de la muerte, la cianosis puede ser un fenómeno post mortal inespecífico. Por otra parte, en épocas frías del año, las livideces cadavéricas de cuerpos cionasados, asumen un color rosado, que enmascara el fenómeno de la cianosis,
• Equimosis externas.- La presencia de equimosis visibles sobre la piel y en las mucosas accesibles constituye un signo positivo de valor en el diagnóstico de las muertes asfícticas. Su tamaño es siempre reducido, y varía desde una picadura de mosquito a una cabeza de alfiler; algunas veces son confluentes, por lo que llegan a asumir un mayor tamaño. Se localizan de ordinario en la cabeza, sobre todo en los párpados y debajo de las conjuntivas, en donde ocupan a veces gran extensión; también se ven en la mucosa nasal y más raramente en los labios; no son tampoco raros en el cuello, tórax y parte superior de los brazos. Su origen se atribuye a una lesión capilar anóxica, que aumenta la fragilidad de los pequeños vasos, o a un aumento notable y brusco de la presión arterial en el curso de la asfixia. Estas equimosis asfícticas pueden confundirse con las equimosis traumáticas, más grandes y menos numerosas, pero si con las producidas en ciertos estados morbosos (epilepsia, tos ferina, enfermedades convulsionantes). Son también muy parecidas a las que se observan a veces en las zonas de hipostasis, por lo que la comprobación de equimosis puntiformes en puntos declives del cadáver carece de valor como signo de asfixia.
• Exoftalmia y protrusión de la lengua.- Tanto la una como la otra son hallazgos frecuentes en los cadáveres asfícticos, y en ocasiones alcanzan una intensidad verdaderamente notable. El fenómeno, sin embargo, no se da por igual en todas las variedades de asfixia; mientras que en los cadáveres en el estadio enfisematoso de la putrefacción, la exoftalmia y la protrusión de la lengua, muy acentuados, carecen por completo de significación asfíctica.
• Hongo de espuma: Está constituido por una bola de burbujas finas y bastante uniformes que cubre los orificios respiratorios y se continúa con la espuma traqueo bronquial. Es especialmente característica de la sumersión, pero puede encontrarse en otras variedades de asfixias. Sin embargo, su valor como signo de asfixia viene muy limitado por el hecho de que aparece igualmente en otros tipo de muerte, no directamente asimilables a las asfixias mecánicas, pero en todos ellos con fenómenos hipósicos; los más importantes son: muerte por edema agudo de pulmón, de diferentes orígenes; muertes por agentes convulsivos, epilepsia, etc.
Lesiones internas
Caracteres de la sangre:
• Color negruzco, este rasgo equivale a la cianosis que hemos visto entre los signos externos. Tiene un valor relativo, pues en todos los cadáveres la sangre se hace oscura por consumirse el oxígeno en los procesos cadavéricos. Fluidez, es un signo clásico de las asfixias, al que se ha concedido gran importancia durante mucho tiempo por una gran importancia semiológica. Sin embargo, ya Casper puso en duda su valor como lesión asfíctica y, posteriormente, Wacholz, en una revisión destacó la ausencia de este signo en un 85% de los asfixiados, mientras que lo encontraba en un elevado número de cadáveres fallecidos por muy diversos tipos de muerte repentina. Hoy se pone en evidencia la fluidez de la sangre cadavérica, o por el contrario, la existencia de coágulos sanguíneos más o menos voluminosos y numerosos, con la presencia de enzimas fibrinolíticas en la sangre cadavérica. Según los actuales puntos de vista, la sangre se coagula en el interior de los vasos inmediatamente después de la muerte; posteriormente, aunque siempre de forma inmediata, la fibrinolisina disuelve la fibrina, licuándose los coágulos y volviendo a fluidificarse la sangre. Por tanto, la apariencia de la sangre cadavérica dependerá de la presencia y cantidad de fibrinolisina, lo que está más en relación con la rapidez de la muerte y la dinámica de la coagulación sanguínea postmortal (la fibrinolisina sólo sería activa durante el período de formación de los coágulos, según algunos autores), mientras que la naturaleza de la muerte tendría una relación indirecta con el proceso de fibrinólisis. Todo ello lleva a la conclusión de que este fenómeno de la fluidez de la sangre cadavérica se encuentra a menudo en las muertes asfícticas, pero que carece de especificidad.
• Modificaciones del PH: Un examen precoz de la sangre en los casos de asfixia comprueba cambios de reacción, que se alteran, sin embargo, cuando transcurre un poco de tiempo después de la muerte. Estos cambios de reacción pueden ser tanto en el sentido de la alcalinidad como en el de la acidez, pues dependen del modo de producirse la asfixia. Cuando el mecanismo asfíctico no obstaculiza los movimientos respiratorios, se instaura una hiperventilación defensiva o compensadora, como consecuencia de la cual se produce un escape de CO2 a la atmósfera. Disminuye así la reserva alcaliza hasta el agotamiento, con lo que se establece una alcalosis gaseosa descompensada (acapnia); esto frena el centro respiratorio y tiene lugar una muerte sin convulsiones. Es
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