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Nada De Carmen Laforet; Resumen Por Capítulos


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2011  •  6.189 Palabras (25 Páginas)  •  2.668 Visitas

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LOS PERSONAJES

PERSONAJES PRINCIPALES

Augusto Pérez : Es el protagonista de Niebla, un hombre de mediana edad, solitario, e impuntual. Muy filosófico. En la obra Augusto despierta en su corazón el amor que siempre había permanecido dormido. Es un personaje sin metas vitales definidas, bastante holgazán. La visión de mundo de Augusto, es tomar los acontecimientos que ocurren y filosofar sobre ellos, además de actuar. Esto le ocurre porque su vida es muy relajada, entonces tiene tiempo para filosofar y, al mismo tiempo, como no conoce mucho de la vida, sus decisiones son ligeras y rápidas.

Eugenia Domingo del Arco : La joven era luchadora y se sacrificaba dando clases de piano a pesar de que odiaba la música. Era una mujer entera, libre, una mujer del futuro; Augusto opinaba que era admirable, majestuosa, heroica y toda una mujer, aunque al final de la obra se demuestra que era embustera, rastrera y aprovechadora. Tenía un carácter fuerte y dominante.

Víctor : Amigo de Augusto y compañero de partidas de Ajedrez. Es con quien hace confidencias, reflexiona y filosofa el protagonista. Víctor puede ser, en algún momento, la proyección del propio Unamuno.

PERSONAJES SECUNDARIOS

Domingo y Liduvina: Fieles criados de Augusto que le querían y se preocupaban por él. Eran marido y mujer y vivían en la misma casa que Augusto.

Orfeo: Era un perro que Augusto encontró perdido en el bosque y que se convirtió en su mejor amigo.

Rosario: “La chica del planchao”, era una bella joven que sentía quizá algo más que amor por Augusto. Augusto sin quererlo realmente se prometió con Eugenia y esto enfadó a Rosarito, hasta el punto de que no la volvió a ver.

Ermelinda y Fermín: Tía y tío de Eugenia respectivamente. Buscaban siempre el bienestar de su hija, quien se burló de ellos a la vez que de Augusto.

Mauricio: Era el novio de Eugenia. Era vago y holgazán, haragán y descuidado.

Antolín S. Paparrigopoulos: Filosofo que le ayudo a solucionar sus problemas con los amores.

Marta ( la portera de la casa de Eugenia ): Quien le proporcionó al protagonista mucha información acerca de Eugenia.

RESUMEN DE LA OBRA DE UNAMUNO: NIEBLA

En el primer capítulo se nos habla de Don Augusto Pérez, un hombre singular y cotidiano, que un día de lluvia sale a la calle para pasear. A partir de ahí, se fija en una mujer que caminaba por enfrente y la sigue hasta llegar a un portal donde se encuentra la portera de su correspondiente edificio, Margarita. Augusto, había quedado fascinado al ver aquella hermosa mujer, y le preguntó todo lo que pudo a la portera sobre la vida de la otra mujer: ella se llamaba Eugenia Domingo del Arco, daba clases de piano, vivía con sus tíos, porque era huérfana y vivía en la avenida de la Alameda, nº 58.

Ya en el segundo capítulo, Augusto vuelve a su casa donde es recibido por su criado Domingo, que le llama de señorito. Durante toda la mañana quédase en su gabinete donde fantaseó sobre la mujer en la que se había fijado: cómo se llamarían sus hijos de apellido, cómo harían la boda..., en fin, que ya había vendido veinte pieles de oso y todavía ni siquiera los había cazado. Se quedó un poquito dormido y luego despertó al tiempo que tomó su almuerzo. Regresó a su gabinete donde se puso a escribir una carta a la mujer que todavía no conocía. Al término, regresó a la Avenida donde vivía Eugenia y se cruzó con ella sin darse cuenta de ello, aunque ella sí se fijó en él. Ignorante, Augusto se dirigió al portal de Eugenia, donde se volvió a encontrar con Margarita, la portera, a la cual le siguió preguntando cosas acerca de la vida de Eugenia. Augusto se enteró de que ya tenía otro pretendiente, al cual decretó su lucha por conquistarla.

En el tercer capítulo, Augusto marcha al casino donde se encuentra con su amigo Víctor y donde se disponen como todos los días a jugarse la tradicional partida de ajedrez. Pero hoy, no es un día normal, porque Augusto se distrae meditando sobre Eugenia y multitud de cosas más, mientras juegan al ajedrez ambos dos. Augusto, sin embargo, es un filósofo conspicuo, que le gusta mucho el ajedrez y el propio maestro de su amigo Víctor. Éste último le nota algo raro a su amigo, el cual le pregunta qué le pasa. Augusto le relata todo acerca de la mujer de la que se ha enamorado y que él ni siquiera conoce. Víctor dice conocerla, y al terminar la partida, con victoria de éste, éste dice en tono guasón el nombre de Eugenia con diminutivo.

Adentrándonos en el cuarto capítulo, vemos cómo Augusto regresa a su casa meditando sobre los diminutivos y la niebla del amor, en el que llega a la conclusión de que la vida es una niebla y que no se conoce nada que no se haya querido antes. Llega a casa, se mete en su cuarto y empezó a pensar sobre el matrimonio entre Eugenia y él.

Muchas noches, solían jugar Augusto y su criado Domingo una partida al tute. Una noche de aquellas, durante la mitad de la partida, Augusto, ante la atenta mirada de la mujer de su criado (la cocinera Liduvina), le preguntó cosas acerca de su matrimonio, llegando a la conclusión de que es más fácil casarse que ser casado. Augusto, mencionó a su madre, que le dijo antes de morir que debía traer a casa una mujer que viviera con él y supiera llevar bien los negocios de la casa. Y luego comenzó a hablar sobre su Eugenia, la cual era conocida también por su cocinera Liduvina. Más tarde acudió a su cama donde se acostó con la intención de soñar con Eugenia.

El quinto capítulo comienza con el despertar de Don Augusto tras oir al chaval que traía La Correspondencia. Estuvo un poco pensando sobre su Eugenia y luego marchó a la calle. Se dirigió hacia el edificio donde vivía y se encontró con Margarita la portera, con la que estuvo charlando. Ésta le comunicó que ella ya tenía novio, pero muy valiente, prometió vencerle para conquistar a Eugenia. Tras la conversación entre ellos dos, Augusto marchó a la alameda, con la intención de refrescar sus pensamientos. Estuvo recordando la juventud y la forma de ser de su madre y muchas de las cosas que ella le decía antes de morirse. Augusto mencionaba la gran cantidad de cosas que aprendió con su difunta madre. Tras estos pensamientos melancólicos, vio un arbusto moverse misteriosamente, acudió a él y vio un pobre cachorrito que recogió para llevárselo, porque le daba mucha lástima. Lo llamó Orfeo.

En el sexto capítulo, Augusto se dirige a la casa nº 58 donde vivía Eugenia, estuvo un poco meditando cuando de pronto,

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