Observaciones

• Saberes básicos que puede promover la escuela:

.se supone que los niños van a la escuela, entre otras cosas a aprender, es decir que, la escuela debe producir personas educadas. Una persona bien educada es, al mismo tiempo, alguien que sabe y posee conocimientos, capacidades para expresarse, comunicarse y resolver problemas y al mismo tiempo ha desarrollado criterios éticos y estéticos que le permiten distinguir lo que está bien de lo que está mal.

Pero además ellos mismos y sus familias tienen sus propias necesidades, expectativas, intereses y demandas en términos de saberes. La mayoría de los padre de familia esperan que sus hijos aprendan “cosas útiles para la vida” como, por ejemplo, leer, escribir, contar y a fortalecer ciertas orientaciones morales (honestidad, solidaridad, respeto a la naturaleza).

Hay ciertos saberes que son básicos porque se deben aprender primero que otros por dos razones: sirven para resolver problemas elementales (educación para la vida) y porque son la condición ineludible para aprender otros saberes en un proceso que, en verdad, dura toda la vida.

• Sentido que tiene la enseñanza de conceptos:

La escuela debe enseñar verdades, no puede crear conceptos ambiguos dentro de la educación del alumno, esta debe ser destinada a la transmisión de conocimientos, valores, actitudes y aptitudes necesarios para el desarrollo académico y social del alumno, el cual a través de la educación obtenida en la institución educativa, deberá ser capaz de poder aplicar estos conocimientos para resolver los problemas que se puedan enfrentar en la vida cotidiana

• Conocimientos que poseen los alumnos como punto de partida para la concepción de nuevos conceptos:

El maestro debe despertar la curiosidad, el gusto, el amor, la pasión y el deseo de aprender. Una vez generada la necesidad y la demanda de aprendizaje, vendrán los conceptos y las definiciones, los esquemas y las clasificaciones, en suma las teorías y las abstracciones.

En materia de enseñanza de las lenguas y la literatura. Las lecturas escolares deberían ser elegidas en función de los intereses y sensibilidades juveniles e infantiles y no según su interés literario científico. Se le debe dar al niño textos para amar, textos para vivir: donde el niño le encuentre sentido a la literatura, donde pueda razonar la idea que se le intenta transmitir en el texto.

• Vinculación entre la cultura general básica que se adquiere en la escuela, en la vida cotidiana, en la función social de la escuela y el fin de una educación para la vida:

En un principio la escuela tuvo la misión de sacar a las nuevas generaciones del círculo de los intereses domésticos y privados propios de la vida cotidiana, pues esta tenía que trascender la cotidianeidad de los niños que la frecuentaban. Ese era el lugar donde conocerían y experimentarían otras dimensiones de la vida social.

La escuela se constituyó en un mundo aparte para protegerse de las influencias de una cotidianeidad que se trataba de trasformar radicalmente por eso esta construye un mundo de vida separado y distinto del mundo de la vida cotidiana de los niños.

Hoy en día es preciso revindicar, para la educación general básica, las más útil de las culturas: la cultura general pues es una especie de manual de uso, de instructivo de nuestras sociedades, esta educación es útil para todos, la cultura especializada para un conjunto de la población: los especialistas. En verdad toda especialización supone una cultura, es decir, un sistema de categorías de distinción entre lo malo y lo bueno, lo feo y lo bello, lo verdadero y lo falso, en síntesis, una manera de plantarse frente al mundo exterio

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