Origen Y Naturaleza De Los Conflictos Que Existen Actualmente, Entre Las Empresas De Hidrocarburos Y Las Comunidades Cercanas En El Magdalena Medio Colombiano.
mariafvf10 de Mayo de 2015
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INTRODUCCIÓN
El conflicto ambiental se encuentra presente en las personas y comunidades. Está referido a la realización de proyectos y a la utilización de los recursos. Implica enfrentamientos por el acceso a los recursos naturales, su uso y su distribución.
Este fenómeno además de ser social es también político y comprende aspectos relacionados con el espacio, el territorio y la población que en él habita. Hoy más que nunca los conflictos socio-ambientales son una parte central de los procesos de desarrollo y de articulación de América Latina en las agendas globales, así como de la práctica de políticas públicas y de la gestión y administración del territorio y de los recursos naturales.
Colombia por su condición geográfica y la riqueza de su patrimonio natural y cultural, cuenta con múltiples formas de utilización de sus recursos que se han encontrado con un nuevo modelo de desarrollo que no ha tenido en cuenta los componentes ambientales, sociales ni culturales.
El reconocimiento de esta confrontación y de la crisis ambiental global que afecta a los países ricos en diversidad, se constituye hoy en una amenaza para la supervivencia de los seres vivos del planeta. Ante esta problemática no se ha contado con programas y acciones claras y las instituciones poseen una baja capacidad para afrontar la situación que termina por ocasionar la disminución de recursos naturales como el agua y la biodiversidad, además de generar confrontaciones con las comunidades que se enfrentan al modelo de desarrollo o al denominado interés nacional con relación al interés regional o local.
Los diferentes conflictos ambientales además de ser complejos, involucrar múltiples actores e intereses colectivos, manifiestan problemas relacionados especialmente con la mala comunicación entre las partes, por la deficiente información y por la escasa comprensión del proceso que se está generando.
Durante los últimos tiempos Colombia, superando el impacto de la separación de Panamá, el país inició la búsqueda de hidrocarburos en el valle del Magdalena, la llanura costera y la región del Zulia - Catatumbo limítrofe con Venezuela.
Las primeras iniciativas fueron cedidas por concesión a personas privadas como en el caso de las dos más importantes: Barco en el Catatumbo y Mares en el Magdalena medio santandereano, las cuales fueron negociadas por los concesionarios, por cifras irrisorias con empresas extranjeras norteamericanas como la MobilTexas y Tropical Oil Company.
FUNDAMENTO TEÓRICO
La situación de la empresas extranjeras norteamericanas, con la anuencia del Estado marcaría a lo largo de la historia del petróleo en Colombia, el hecho de ceder a los extranjeros la explotación de este recurso energético, y con ello sembrar las bases de una permanente confrontación entre diversos intereses de la nación, unas veces con movilizaciones sindicales, de campesinos e indígenas y otras en forma más aguda como confrontación armada de las guerrillas contra el Estado y las compañías petroleras.
En varias ocasiones también debido a posiciones nacionalistas de ministros de Minas y Energía, se han producido fricciones al interior del Estado. Diversos gobiernos desde los primeros años del siglo XX acudieron a la ocupación militar de las regiones, entonces inhóspitas y “salvajes” para abrirle paso a las actividades petroleras.
De esta forma se ocupó el Catatumbo, territorio de los Motilones- Baríes, y en el Valle del Magdalena se desalojó por la fuerza a los colonos en donde se instalaron los campos petroleros y los oleoductos.
Se realizó también mediante el desconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas Zenúes en la Costa Atlántica, para lo cual legalmente se declaró su extinción para arrebatarle sus predios para las concesiones petroleras, o se acudió a la cacería de los indígenas que perseguían con flechas los vehículos de la Tropical Oil Company en la región del Casanare, en los años cuarenta.
Las luchas sociales de la década de 1940 tuvieron como una de sus principales motivaciones la reversión de la Concesión de Mares a la nación y la necesidad de crear una empresa petrolera del Estado, lo cual dio origen a Ecopetrol.
El gaitanismo con su líder a la cabeza se apersonó de esta lucha nacionalista y fue en Barrancabermeja donde se crearon organismos de poder popular local encabezados por el sindicato petrolero, como respuesta organizada a la muerte del caudillo el 9 de abril de 1948.
La persecución de los líderes de esta revuelta posterior al 9 de abril de 1948, por el gobierno de Ospina Pérez, sembraría inconformidades que se manifestarían años más tarde, con el surgimiento de la guerrilla liberal liderada por Rafael Rangel en Santander en los años cincuenta y crearían un clima propicio para el nacimiento a mediados de la década de 1960 en esa región de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN, que se ha caracterizado por sus posiciones radicales frente al tema petrolero, con influencia en el sector sindical de los trabajadores petroleros pero a su vez la actividad petrolera al abrir tierras “baldías” propició procesos de colonización, generando amplias expectativas entre población para tener acceso a recursos como las maderas y nuevas tierras.
Estos antecedentes se convertirían con los años, en lugares comunes que se reflejan en el imaginario colectivo entre campesinos, indígenas y colonos, que asocian la actividad petrolera de manera contradictoria según sus intereses: como una ocupación militar, o como redentora de la pobreza, preparándose en cada caso para acciones de resistencia cultural de los indígenas, y negociación, como en el caso de las Juntas de Acción Comunal y las Asociaciones de Desempleados, que pactan con las petroleras puestos de trabajo o programas sociales, o las acciones armadas de la guerrilla, mediante las cuales se buscan objetivos de más largo alcance con el Estado, para conseguir la nacionalización del recurso, o con las compañías petroleras recursos económicos mediante la amenaza.
El Estado colombiano así lo ha permitido o favorecido, pero es esquivo o indiferente para asumir las consecuencias. A principios de la década de 1990, por ejemplo, durante la planificación para la construcción del Oleoducto Colombia, un general del Ejército Colombiano consideró que esta actividad era antes que cualquier otra circunstancia, una operación militar ya que implicaba la penetración por zonas dominadas por la guerrilla.
De hecho en los últimos años esta situación se ha puesto de manifiesto con mayor amplitud en el caso del Oleoducto Caño Limón – Coveñas, que entre 1986, año de inicio de operación, y el año 2003, ha sufrido 1.000 atentados por parte de la guerrilla del ELN y las FARC, debido a su ubicación en un corredor estratégico binacional colombo – venezolano y de conexión de los Llanos Orientales con la Costa Atlántica.
La hipótesis que pretende desarrollar el presente ensayo es que los conflictos petróleo – medio ambiente están basados en un escenario de inequidad y segregación que se ha venido construyendo en las zonas petroleras a lo largo de un siglo, afectando territorios y culturas indígenas, destruyendo recursos naturales estratégicos como la biodiversidad y el agua dulce, y creando y alimentando situaciones de conflicto que se proyectan mas allá de las regiones donde se explota este recurso energético, impactando a toda la nación.
FUNDAMENTO METODOLÓGICO
Durante casi 50 años, en el Valle del Magdalena Medio los procesos de explotación se hicieron sobre áreas casi selváticas y de baja densidad poblacional y siguieron un patrón de apertura de la frontera agrícola, que caracterizó las políticas del Estado hacia estos territorios, considerados baldíos nacionales.
Los conflictos ambientales no se presentaron en la dimensión moderna, alrededor de la contaminación de cuerpos de agua, degradación de ecosistemas y exterminio de la fauna que caracterizaron estas actividades, sino alrededor de las condiciones de precariedad en la salud ambiental que rodearon los nuevos asentamientos humanos surgidos alrededor de los campamentos petroleros.
Numerosos conflictos surgieron al respecto, exigiendo servicios médicos, vivienda y agua potable, dados los niveles que alcanzaron enfermedades como el paludismo, las enfermedades diarreicas agudas, la tuberculosis y otras que cobraron muchas víctimas entre estas poblaciones.
Sólo años más tarde, ya por la década de 1980, se manifestarían los primeros conflictos ambientales entre los pobladores de Yondó y Ecopetrol por las actividades en el campo Casabe. Este lugar, cuyo campamento petrolero había sido uno de los mejor dotados en la región durante los años de explotación por la Shell, una vez revirtió al Estado colombiano sería abandonado, luego de ser desmantelado por el Ejército, al cual fue cedido los primeros años, y luego sería invadido por colonos y antiguos trabajadores de la petrolera para dar lugar a la cabecera municipal de Yondó.
Casabe produjo en su mejor época, a principios de 1953, 45.000 barriles por día. El petróleo obtenido contenía para 1958 un 20% de agua salada, que era vertida a ciénagas una vez que se trataba el crudo en la planta de deshidratación; así se hizo durante años, destruyendo cientos de hectáreas de las ciénagas de mayor productividad pesquera en ecosistemas de agua dulce.
Para 1985-1986, la crisis ambiental afloró en la zona, a partir de que las obras realizadas por Ecopetrol para revivir el Campo Casabe, dejaron al descubierto la situación en que se encontraba
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