Padre Rico

Otra fórmula mágica.

Personalmente no soy muy afecto a este tipo de lectura motivacional, no creo que autores como, Og Mandino, Deepak Chopra, Napoleón Hill, Mary Kay, ¡si, la de los cosméticos! O el mismo Kiyosaki, tengan la clave o la fórmula “mágica” para la riqueza y felicidad absolutas. Aunque efectivamente esta se encuentra, pero en la venta de sus libros.

Padre rico, padre pobre.

“Estudia, prepárate para lograr un buen empleo, buenos beneficios, decían sus padres.

Sharon Lechter, Contadora certificada graduada con honores en la Universidad de Florida y contratada por una firma prestigiada, con objetivos altos en el ámbito profesional. Narra, a manera de introducción, como su vida transcurría, se remonta a la época en que era estudiante de un grado superior y plantea el pensamiento inculcado por sus padres y por millones de padres hasta nuestros días. Procurar una carrera a nuestros hijos sin duda es una meta en la vida, meta que sus padres verían cumplida.

Desde su introducción, escrita por Sharon, el libro aborda la necesidad de una educación financiera. Motivada por el descontento de uno de ellos, la coautora narra como la necesidad de brindar a sus hijos respuestas para las tantas preguntas que plantea el nuevo mundo, el mundo moderno, la llevan a buscar alternativas, aunque a la postre estas llegarán de manera “fortuita”. Sharon sin duda cae en cuenta de la obsolescencia de los planteamientos de otras épocas para el logro de metas, estudiar una carrera ya no lo es todo.

Por otro lado, Robert Kiyosaki, hombre de negocios, azarosamente, al buscar patentar un material educativo, conoce a Michael, esposo de Sharon, quien sabedor de a búsqueda de su esposa ve en este material y en Robert, una respuesta para ella, así nace la relación entre estos dos personajes.

El detonante para la realización de este libro es este material educativo, un juego de mesa, con algunas peculiaridades. Estas peculiaridades son explicadas por el mismo Kiyosaki al momento que se realiza una prueba del juego. Con claras referencias al estilo de vida e idiosincrasia de la clase media al referirse a la “carrera de la rata”, explica como en la vida de las personas promedio, con una buena instrucción y trabajadora, hay mucha similitud de rumbos. Explica el proceso de los individuos desde su nacimiento, vida académica y de cómo estos se van desarrollando de acuerdo a un plan maestro, que pareciera estar diseñado para cada uno de nosotros de manera generacional, es decir, nuestros padres y los padres de ellos también se desarrollaron dentro de un plan maestro. Este plan maestro está diseñado para la obtención de trabajos bien remunerados, beneficios laborales y post laborales, sin embargo, este estilo de vida conlleva compromisos que difícilmente serán cubiertos con los salarios que se devengan, según el autor, estos compromisos son como paquetes que uno adquiere a medida que transcurre la vida y que a la postre sumergen a las personas en endeudamientos, conceptos a los que muchos estamos acostumbrados, pagar casa, auto, escuela, etc. Y es lo que él denomina, la carrera de la rata. De la cual solo se sale siendo eficiente en temas financieros.

Una acotación muy personal sobre el citado plan maestro.

En sociedades como la nuestra, donde la pobreza e ignorancia son las más y en donde existe una incipiente cultura sobre la necesidad de estar preparados académicamente para afrontar los obstáculos que plantea la modernidad, considero que el plan maestro para la gran mayoría, ha sido “sobrevivir”, así lo hicieron los bisabuelos, abuelos y así, aunque en menor medida, los padres. Esa si es una carrera de ratas.

Con referencia a las características necesarias para ser exitoso, Napoleón Hill, en su libro “piense y hágase rico” menciona que, como parte más importante en la búsqueda de la riqueza esta la actitud positiva y que esta actitud generaría una predisposición al éxito financiero, lo que me resulta una falacia. “Casi” todos los días me levanto de la cama, a correr, a correr mi carrera de la rata, con la mejor actitud y así realizo mi actividad laboral, sin embargo, no he podido hacerme rico, ni un solo día.

Kiyosaki nos habla de una educación financiera para hacerse rico, lo que resulta más creíble y coincido con el autor en este tema.

Robert aborda temas como el enseñarnos a no depender de un plan de pensiones, así como un sinnúmero de situaciones adversas relacionadas con la falta de educación o instrucción financiera, situaciones que estamos viviendo sin duda, desempleo, insolvencia ya presente para cubrir pensiones, etc., sin embargo, Kiyosaki manifiesta, que puede ser un peligroso o mal consejo decirle a un hijo que se esfuerce en la escuela. Opino, sin demeritar su dicho, que si bien es cierto, la educación requiere modificaciones integrales y coincido con el hecho de que no se ha modificado en años. Pero suponer no instar a un hijo a realizar sus actividades académicas con vehemencia, aunque después se contradiga, está fuera de lugar.

Robert, oriundo de Hawái, narra cómo fue enriquecedor para el escuchar el consejo de dos padres. Su padre, el verdadero, sujeto instruido, con un doctorado y demás títulos académicos avanzados, exitoso en su carrera. El “otro” no completó su educación secundaria y se limita a decir que era el hombre más rico de Hawái. Ambos, trabajadores, con cualidades de influencia y características morales muy similares, pero no así en el ámbito financiero, en donde narra Kiyosaki su padre natural lucho financieramente siempre, el otro simplemente, era rico.

Por mentalidad e idiosincrasia. Sin importar la situación financiera, si yo le hubiese dicho a otro que no fuera el mío, “padre”, mi madre hubiese estado en problemas.

Hace muy claro las diferencias entre ellos en cuestión de mentalidad financiera, quiero pensar que el padre rico era un líder nato. Enfatiza que desarrollarse en un medio en donde existen situaciones económicas adversas, puede llegar a mentalizarte (aun con las mejores habilidades académicas), a permanecer en este medio. Mientras el pobre recomendaba esforzarse en la escuela para encontrar una buena empresa donde trabajar, el rico afirmaba “estudia para encontrar una buena empresa que comprar”, consejos como, no ser o ser arriesgado, etc. Sin número de comentarios en donde había una evidente diferencia de mentalidad financiera. Sin embargo, esta diversidad de ideas hace a Kiyosaki receptivo, pero sobre todo reflexivo.

Cuando era apenas un niño de 10 años, mi hermano Carlos y yo decidimos iniciar un negocio, en

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