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Pavimentos


Enviado por   •  15 de Mayo de 2014  •  5.106 Palabras (21 Páginas)  •  494 Visitas

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Pavimentos Rígidos y Flexibles, Ventajas y Desventajas

M. I. VINICIO A. SERMENT GUERRERO

JEFE DE LA UNIDAD GENERAL DE SERVICIOS TÉCNICOS

CENTRO S.C.T. NUEVO LEÓN

Los autores ceden los derechos de publicación de este documento a la Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres, AC.

1. HISTORIA

Con el establecimiento de las primeras civilizaciones la humanidad se vio en la necesidad de establecer vías de comunicación para intercambiar entre regiones los productos necesarios para subsistir. Probablemente el primer invento que revolucionó los medios de transporte fue la rueda, con la cual se facilitó el traslado de bienes de mayor tamaño y volumen pero a la vez estableció la necesidad de contar con caminos con menores obstáculos y superficie uniforme y firme para hacer más eficientes los traslados.

En siglos posteriores, tras la aparición de la rueda y a medida que se desarrollaban las grandes naciones, las necesidades militares primero y las comerciales después impulsaron la construcción de caminos carreteros. Aunque los caminos suelen estar diseñados principalmente para el paso de vehículos con ruedas, los Incas (quienes nunca llegaron a descubrir la rueda) construyeron una avanzada red de carreteras que atravesaba los Andes, partiendo desde la actual Ecuador y recorriendo 3.680 km. hacia el sur.

Sobre el tercer milenio a. de C., la vocación comercial de las civilizaciones de Egipto, Mesopotamia y del Valle del Indo generó la necesidad de desarrollar caminos, algunos de los cuales tenían una importancia similar a las actuales carreteras, como el construido en el Valle del Nilo por los egipcios, una verdadera carretera con pavimento artificial de 18 metros de anchura, utilizada para el transporte de los grandes bloques de piedra con que se construyeron las pirámides. Excavaciones arqueológicas indican el amplio uso del asfalto natural hacia el año 3.800 A. C. en Mesopotamia, valle del Indo y en Egipto. Los habitantes de estas regiones lo utilizaron para impermeabilizar estanques y depósitos de agua o como mortero para unir ladrillos o piedras.

En Creta en el Minoico Medio (2.300 – 1.700 a. de C.), en la vía que va desde las proximidades del mar hasta el palacio de Knossos, se utilizaron como pavimento grandes losas de piedra asentadas sobre capas de arcilla, piedra y yeso. Generalmente la piedra utilizada fue caliza por su abundancia en la zona (figura 1).

Figura 1

En Babilonia (600 a. de C.) se emplean también losas como pavimento La base del mismo consta de varias hiladas de bloques de terracota unidos por asfalto natural y como pavimento losas de piedra caliza achaflanadas en su parte inferior, selladas también con asfalto natural, incluso las juntas (Figura2).

Figura 2

Los más grandes constructores de caminos del mundo antiguo fueron los romanos, que construyeron una red de vías de comunicación muy eficiente, la cual fue uno de los pilares de la expansión romana. En un principio dicho sistema de vías fue diseñado con fines militares y políticos, el mantener un control efectivo de las zonas incorporadas al Imperio era el principal objetivo de su construcción; posteriormente, las calzadas adquirieron una importancia económica añadida, pues al unir distintas regiones facilitaban el comercio y las comunicaciones.

Generalmente las vías romanas se construían tomando la ruta más directa allá donde fuera posible, obligando así a que los ingenieros de la época diseñaran y construyeran complicados sistemas de circunvalación cuando existía la presencia de montañas, considerando esto un gran logro para los agrimensores (antiguos topógrafos) teniendo que replantear la línea de un nuevo camino y hacerlo tan recto como fuera posible, privados de los instrumentos de los que hoy en día disponemos.

Una de las razones por lo que las calzadas romanas eran tan duraderas es el esmero que pusieron en el diseño y ejecución de un sistema de drenaje adecuado que básicamente consistía en la excavación de zanjas en los extremos del camino y paralelas al mismo, además se hacía una excavación eliminando los suelos poco resistentes hasta encontrar material firme para desplantar la estructura de pavimento formada, por lo general por una capa de cimentación a base de piedras planas llamada statumen, sobre ella una capa formada con boleos mezclados con suelos mas finos llamada rudus, encima de esta una capa de concreto formado con piedra machacada y cal grasa llamada nucleus, y como superficie de rodamiento una capa formada por un enlosado de piedra cuyas juntas se sellaban con mortero de cal, denominada summum dorsum (figura 3).

Figura 3

En nuestro país los caminos prehispánicos no eran transitados por vehículos por lo que consistían en simples senderos de tierra compacta, llenos de piedras y limitados por la vegetación circundante, habiéndose ubicado pequeños segmentos de vías y calzadas bien conservados, sin embargo se han ubicado algunos segmentos de calzadas bien conservados, que llegan y salen de los principales sitios arqueológicos. Notables ejemplos de ello son los sacbé, caminos blancos de los mayas que fueron construidos empleando como cimiento el sascab (caliza alterada), apisonada con cilindros de piedra, y como pavimento un enlosado de la misma naturaleza de piedra caliza.

Los aztecas aprovecharon de manera eficiente las escasas posibilidades de transportación disponibles y desarrollaron un sistema de comunicación que fue esencial para la conservación del imperio. Las principales calzadas de Tenochtitlan partían del centro ceremonial en dirección de los cuatro puntos cardinales. Fabricadas con piedra –y con un ancho de hasta 7 m y una extensión de hasta 8 km–, llegaban a las orillas norte, oeste y sur del lago. Más allá de la ciudad, los caminos eran de tierra y se habían formado según las necesidades de cada día. Los caminos de Tenochtitlan lo comunicaban con sus tributarios; los que unían los centros de población más importantes, más que ir directamente de uno a otro pasaba generalmente por centros menores, excepto cuando las condiciones del terreno permitían una comunicación directa, como en las riberas de los lagos de la Cuenca de México. En el México antiguo los caminos corrían por montañas y valles, si bien se buscaba que fueran lo más directos posible (es decir, más cortos), ignorando obstáculos menores como colinas o barrancos que

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