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Penologia


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2013  •  1.573 Palabras (7 Páginas)  •  276 Visitas

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NOVIEMBRE 04, 2011

CORRUPCIÓN EN PENAL DE PICSI IMPIDE REHABILITACIÓN DE INTERNOS:

El consultor el INPE VIDA, Jaime Alejandro La Cruz Toledo, desnuda uno de los principales problemas que agobia al penal de Picsi como es el consumo de drogas en la población penitenciaria, situación que se agrava por el deficiente control en el sistema de seguridad y la corrupción que se registra en el recinto carcelario.

INPE VIDA es un programa que funciona desde el 2010 en los recintos penitenciarios como iniciativa del Ministerio de Justicia y de la organización De Vida, que luego de un estudio complejo detectó que la incidencia del consumo de sustancias tóxicas se presenta - en un porcentaje considerable - en las cárceles, por lo que la conformación de un comité multidisciplinario – según los impulsores - erradicaría las conductas delictivas.

Es así como nace este plan institucional que cuenta con un psiquiátra, psicólogo y asistenta social, para atender a los reos con problemas de drogas, los que voluntariamente se someten a terapias de rehabilitación, más aún cuando los funcionarios del INPE-Región Norte, están por entregar un pabellón para uso exclusivo de estas personas.

Para el psiquiatra La Cruz Toledo, en el penal de Picsi existe consumo de drogas y si bien no todos lo hacen, un grupo, para aislarse de la realidad, se intoxica con marihuana y Pasta Básica de Cocaína - PBC, necesitando de la atención especializada de profesionales no sólo instruidos, sino con un alto nivel de educación y ética. “Definitivamente en el recinto de Picsi hay consumo de drogas, el mismo que debe eliminarse. Las nuevas autoridades penitenciarias tienen que poner mano dura para acabar con esta problemática”, sentencia.

DROGA

La Cruz Toledo explica a Expresión que son dos años de labor intensa en los centros penitenciarios a nivel nacional que albergan a más de 800 internos, siendo urgente que la comunidad terapéutica sea utilizada por quienes consumen estupefacientes, como elemento previo para la configuración de la conducta delictiva.

Sostiene que al presidiario no se le impone integrar INPE VIDA, debido a que por voluntad propia debe unirse al grupo de rehabilitación, siempre y cuando cumpla con tener entre 20 y 25 años de edad; registrar dos ingresos a la cárcel como máximo; no padecer una enfermedad psiquiátrica; no ser procesado por el delito contra la libertad sexual y no estar proclive a solicitar un beneficio penitenciario.

Además, indica que en los recintos tugurizados se ha detectado que existen personas que consumen droga y a la vez padecen enfermedades psiquiátricas, como esquizofrenia y sicosis, por ejemplo, a quienes se les considera pacientes duales. “El tratamiento antidrogas a duras penas funciona, porque el personal no es estable. En mi caso voy una vez por semana, sin embargo la permanencia de los profesionales es necesaria para que haya una atención colindante a las conductas delictivas”, exclama.

La comunidad terapéutica está casi lista, incluso los ambientes y servicios higiénicos están definidos, recalca La Cruz, lo que significa adoptar por un sistema cerrado o semi cerrado para los 15 presidiarios del pabellón de delitos comunes que se rehabilitan, los que sí tendrían contacto con otros reos, aunque lo ideal es que estén separados completamente para que los resultados de las terapias sean satisfactorios.

En este local estarán las personas seleccionadas con sus respectivas historias clínicas para identificar su problema, anulando las características de una consulta ambulatoria e impulsando normas de comportamiento que permitan la reeducación del reo. “Hasta que no haya un buen mecanismo de control, esto va a continuar, es decir la droga va a seguir pasando al penal. Lo ideal sería tener la seguridad como de un hospital en el que se cierra el paso a los estupefacientes”, recalca.

JUSTIFICACIONES

Argumenta que hay una infinidad de justificaciones para que ingrese droga al centro penitenciario de Picsi. “Hay un pensamiento equivocado, debido a que algunos dicen que si no entra droga los presos se levantan, de tal manera que la sustancia tóxica da tranquilidad y como queremos que estén pacíficos es mejor que pasen sustancias tóxicas”, lamenta. La Cruz señala que la droga más psicopatizante y adictiva es la PBC, de tal manera que una persona en un mes puede ser adicta. En la actualidad en el mundo del consumo hay otras variantes, es decir si antes se presentaba en adolescentes y adultos jóvenes, ahora está en los pre adolescentes y gente mayor, enfatiza.

Sobre los riesgos en el contexto social, dice que involucra a internos y a trabajadores del INPE. “Cada interno debe ver en cada empleado del centro penitenciario una imagen de autoridad e imitación, para fomentar valores”, precisa. En este último mes, con el nuevo jefe penitenciario se aplicaron normas disciplinarias, detalla La Cruz Toledo, como es la reubicación de los internos, lo que dice es bueno. “Empero falta solucionar otros inconvenientes, teniendo

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