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Período de crisis


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2012  •  Monografías  •  3.445 Palabras (14 Páginas)  •  477 Visitas

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del consumo general marchaban más rápido que la producción, y que el desarrollo del maquinismo era la consecuencia forzosa de las necesidades del mercado (...) (en Inglaterra) la industria acababa de salir de su infancia, como lo prueba el hecho de que es sólo con la crisis de 1825 que ella inaugura el ciclo periódico de la vida moderna. Y fue sólo en 1830 que se produjo una crisis realmente característica (de sobreproducción)" (Marx-Engels, 1978).

Se abrió entonces un período de crisis decenales de crecimiento que marcaron el ascenso del capitalismo industrial inglés. Pero en 1870 Engels afirmaba que, por lo menos para la vieja Inglaterra, esas regularidades pertenecían al pasado: "La supresión del monopolio inglés sobre el mercado mundial y los nuevos medios de comunicación han contribuido a liquidar los ciclos decenales de la crisis industrial", pronosticando desde entonces la tendencia hacia un acortamiento del ciclo hasta llegar asintóticamente a una crisis crónica, una supercrisis muy probablemente acompañada por guerras, anticipando el desastre de 1914-18 (ibíd). Pero antes de ese momento el capitalismo exacerbó su presión expoliadora, engendrando deformaciones parasitarias-financieras que fueron extendiendo su ción al conjunto del sistema, incluido el Estado, abriendo la era del imperialismo contemporáneo, que Bujarin definirá más tarde como "la política del capital financiero" (Bujarin, 1971), expresión según Lenin de la "degeneración del capitalismo" correspondiente a su etapa histórica de descomposición parasitaria (Lenin, 1960). Obviamente ninguno de ellos estableció plazos precisos, aunque su optimismo los llevaba frecuentemente, como es lógico, a inclinarse por una aceleración de los tiempos.

Podemos entonces describir la trayectoria de las crisis en Occidente a lo largo del siglo XIX partiendo de "crisis mixtas", muy al comienzo, donde se mezclaron fenómenos propios de las viejas crisis de escasez o subproducción, correspondientes a las economías con predominio agrario, con las nuevas crisis de sobreproducción inscriptas en la era industrial, pasando por las crisis de sobreproducción "clásicas" descriptas por Marx, sus repeticiones decenales, hasta llegar hacia fines de ese siglo a la emergencia nte del capital financiero. Todo ese largo periodo se inscribe en una ola más extendida que arranca a comienzos del siglo XVIII, marcada por la expansión imperial de Occidente. Es una tercera arremetida depredadora luego de las cruzadas al iniciarse el milenio y las conquistas coloniales de los siglos XV y XVI.

d. Capitalismo drogado

Desde fines del siglo XIX se abre la era de las crisis del "capitalismo drogado", del imperialismo contemporáneo, "reacción de la forma capitalista ante su envejecimiento (...) tentativa destinada a sostener y acelerar de manera artificial el proceso productivo" (Roger Dangeville, en Marx-Engels, op. cit.). Dichas turbulencias se sucederán a lo largo del siglo XX.

La primera de ellas fue la súper crisis de sobreproducción que derivó en la Primera Guerra Mundial, de la que emergió una civilización burguesa amputada por la Revolución Rusa.

La segunda fue la de 1929 y su secuela depresiva llegando a la tercera, la Segunda Guerra Mundial, desde donde el capitalismo global salió con decisivos retrocesos territoriales que continuaron hasta fines de los años 1970: la pérdida de Europa del Este, de China en 1949, en 1959 Cuba hasta llegar a Vietnam a mediados de los 70... vinculada a una ola tricontinental, periférica, de revoluciones antiimperialistas, que amenazaban desplazar al capitalismo como sistema mundial.

Aquí nos encontramos con un capitalismo caracterizado por una abrumadora intervención del Estado, la extensión de grandes burocracias públicas, la instalación de la industria militar y los aparatos institucionales correspondientes como muleta decisiva del sistema, la hipertrofia de producciones de bienes suntuarios y de consumos artificiales, el sostenimiento estatal de la demanda (subvenciones al consumo, gastos de prestigio, obras públicas, gastos militares...), el manejo voluntarista del crédito.

Esa fase despegó en los últimos años del siglo XIX con una avalancha militarista ligada a las grandes empresas del sector y sus tramas financieras, fenómeno que destacó Engels hacia el final de su vida (Marx-Engels, op.cit.) y que hizo eclosión en la guerra de 1914-18. Siguió con los mos en los años 1920 y 1930, pero también con el New Deal en Estados Unidos... y la Segunda Guerra Mundial.

Después de 1945 se consolidó como mega parche keynesiano que estabilizó a Occidente, permitiéndole integrar a sus clases bajas y asegurar algo más de dos décadas de crecimiento sostenido.

Puede resultar útil destacar cuatro fenómenos que bajo diversos envoltorios ideológicos y políticos atravesaron el período (entre fines del siglo XIX y comienzos de los años 1970).

Primero, la idea de que las crisis capitalistas podían ser domesticadas e incluso anuladas gracias a la aplicación de dosis variables de voluntarismo estatal. Fue una convicción fuerte en los delirios tas pero también lo fue después de 1945 durante la prosperidad keynesiana. La crisis iniciada a fines de los 1960 y que estalló incontrolable hacia 1973-74 aplastó dicha ilusión.

Segundo, el ascenso del capital financiero como centro dominante del mundo burgués hasta llegar a la hegemonía absoluta desde finales de los años 1970. En su origen el fenómeno fue descripto entre otros por Hilferding, Lenin, Bujarin, pero en dicha época y hasta mucho después (por lo menos hasta los años 1960) esa ción económica creciente debió coexistir con la hegemonía cultural del productivismo, la legitimidad burguesa se encarnaba en la figura de la empresa productiva sus gerentes e ingenieros industriales. Todo cambió con la llegada del neoliberalismo, los ingenieros industriales fueron opacados por el ascenso de los ingenieros financieros, los capitalistas innovadores productivos fueron desplazados del altar de la cultura burguesa por los especuladores financieros, los Henry Ford por los George Soros. La ción financiera discreta devino hegemonía civilizacional del parasitismo.

Tercero, la persistencia y expansión permanente en el largo plazo de los complejos económico-militares (industrias, sistemas de espionaje, burocracias militares, camarillas políticas y financieras, etc.). La expectativa de su reducción luego de la primera guerra mundial fue rápidamente descartada, y lo mismo sucedió después de 1945 y del fin de la guerra fría.

Cuarto, la combinación perversa del retroceso territorial del capitalismo (entre la Primera Guerra Mundial y fines de los años 1970) con la reproducción

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