Psicologia Laboral - Intro

¿Qué entendemos por trabajo?

Desde siempre, el trabajo, ha representado un fenómeno trascendental en la vida de los sujetos y en el desarrollo de las sociedades humanas. Durante siglos ocupó un lugar destacado en el mundo de las ideas y de las ciencias, poniendo de relieve la profunda significación que ha tenido en las distintas épocas de la historia humana.

A pesar de las múltiples revisiones que intentan reformular su significado, el trabajo hoy se instituye como una de las actividades fundamentales del ser humano.

Muchas corrientes de pensamiento sostienen que el trabajo es una actividad facilitadora de la integración social y que constituye una de las formas principales del vínculo social, además de representar una de las modalidades privilegiadas del aprendizaje en sociedad. Otros enfoques acentúan esta perspectiva y dan al trabajo, sobre todo el desarrollado en organizaciones empresariales, un lugar protagónico en la construcción de socialización y en la formación de la identidad individual y colectiva.

El trabajo fue objeto de análisis, investigaciones y estudios rigurosos, de ciencias como la economía, la política, la filosofía, la sociología, la educación, la antropología y, más recientemente, la psicología, lo cual nos da un panorama de su complejidad.

Durante mucho tiempo el trabajo fue una actividad hegemonizada por enfoques instrumentalistas, mercantilistas y racionalistas que solo velaban por la relación contractual del trabajo, relación de la cual el trabajador obtiene su subsistencia y las organizaciones laborales su riqueza. A causa de ello se fue produciendo un recorte y un aislamiento de lo que le es esencial.

Hoy en día se cuestiona mucho la centralidad del trabajo en la vida de las personas y acerca del lugar que ocupa en la existencia humana.

Conjuntamente con el debate acerca de las dificultades para lograr el equilibrio entre la vida personal y la vida familiar, el trabajo continúa siendo paradigmático: regula nuestras relaciones, encauza nuestros vínculos, estructura nuestro tiempo y se lleva nuestras energías físicas y mentales. Esto nos lleva a reflexionar acerca del carácter político del trabajo y nos interpela acerca de su rol como sostén del orden social.

Veamos algunos enfoques que refuerzan la centralidad adjudicada al trabajo:

C. Marx sostenía “el trabajo es la esencia del hombre, porque la historia demuestra que el hombre se ha convertido en lo que es gracias al trabajo, la historia llamada universal, no es otra cosa que la generación del hombre mediante trabajo humano, no es otra cosa que el devenir de la naturaleza en beneficio del hombre. El hombre solo puede existir trabajando, creando artificio, sustituyendo lo natural por sus propias obras”

C. Dejours, con un enfoque psicoanalítico postula: “la identidad no puede construirse solamente desde el ámbito privado, el ámbito del amor por si solo es insuficiente. Ningún ser puede empeñar el desarrollo de su identidad exclusivamente en el ámbito de la economía erótica, porque esto significará ubicarse en una situación extremadamente arriesgada. Todos buscamos por tanto, sustituciones que nos permiten conseguir lo que no pudo obtenerse en el ámbito del amor, procurándolo en otro campo por medio de un desplazamiento que la teoría denomina sublimación y que se expresa en una actividad socialmente tolerada muy valorada como el trabajo”

Si lo consideramos desde un punto de vista psicosocial, está relacionado con los más diversos estados psíquicos y emocionales: la ansiedad, el placer, el malestar, la satisfacción, la depresión, se pueden objetivar en el vínculo entre los sujetos y su práctica del trabajo.

También desde este enfoque

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