¿Qué es el respeto? ¿Cómo debo mostrar respeto en la escuela?

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EL RESPETO

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¿Qué es el respeto? ¿Cómo debo mostrar respeto en la escuela? ¿Qué actitudes tengo que demuestran una falta de respeto en la escuela?

El respeto es la consideración, la tolerancia que tenemos hacia el otro. El comprender que el otro tiene los mismos derechos que yo, por lo que merece el mismo trato o consideración que a mí se me brinda. Ni él tiene más consideración que yo -claro, dependiendo de la situación, pues a una persona discapacitada no le pondrías el mismo trabajo pesado o dificultoso que a una persona que se encuentra en un estado pleno de bienestar, o es decir que goza de completa salud- ni yo tengo más consideración que él.

Cuando hablo del otro me refiero a cualquier persona, pues todos y cada uno de nosotros lo merecemos. No importan las diferencias físicas, sociales o culturales, el respeto es algo universal y trascendental que se supone que tenemos inculcado desde pequeños, cuando se nos enseña a no invadir el espacio en el que otro niño está jugando -cuando este no quiere hacerlo con nosotros-, cuando se nos enseña a hablarle de otra manera a nuestros padres, maestros, familiares mayores de edad, etcétera, que a como tratamos a cualquier chico de nuestra edad, entre otras situaciones.

Nosotros como seres humanos debemos comprender que todos somos iguales en derechos, nadie es superior a nadie, sin embargo, por ética o la manera en la que nuestra sociedad está constituida, hay diferentes formas de respeto que debemos de aplicar según el caso. Me explico como la manera en que tratas a un amigo o conocido, no es la misma que utilizas con alguna autoridad o persona mayor.

Sin embargo, esto no solo se aplica en la jerarquía moral de la sociedad, sino también con nuestros propios compañeros, vecinos o amigos de nuestra edad; no porque alguien sea diferente significa que deba ser tratado de una manera más especial o despectiva, de a como se me trata a mí.

"Respeta a los demás si quieres ser respetado" podría explicarse como "trata a los demás como te gustaría que te trataran". No puedes pedir respeto si tú no lo aplicas o practicas hacia los demás.

El respeto no solo está presente en el trato cotidiano que tenemos con las personas que nos rodean, sino que también con sus opiniones, gustos, ideales, etcétera, que también merecen ser escuchados al igual que los míos.

Nos enfrentamos al reto de que la sociedad de hoy en día no logra convivir de manera pacífica, pues todos quieren que sus opiniones, gustos, etcétera sean tomados en cuenta, más nunca pensamos en los demás, solo en nosotros mismos y en que queremos -y a veces exigimos- que solo se nos ponga atención a nosotros y a nadie más.

Uno de los principales espacios en los que se supone que aprendemos a desarrollar este valor es la escuela. En ella convivimos con todos los que la conforman, como lo son los alumnos, maestros, prefectos (as), intendentes y directivos. Todos merecemos respeto, y todos -a excepción de los primeros-, son autoridades, que tienen el derecho y la obligación de hacernos ver o señalarnos cuando estamos cometiendo una falta de respeto, o por así decirlo, nos estamos "pasando de la raya".

Hay una línea muy delgada entre la empatía y el respeto; a menudo bromeamos con compañeros y a veces hasta con maestros, okey, eso nadie te lo tiene prohibido, pero cuando ya te estas burlando, o dañando su integridad, ya pasaste esa línea, y no lo estas respetando.

La manera correcta de mostrar respeto en la escuela, es acatando las órdenes que nuestras autoridades nos dan, y cuando nos corrigen en cuanto a nuestro comportamiento o aspecto, simplemente obedecer y no responder o hacer caras, que es lo que muchos de los alumnos hacen.

Al hablar de mi misma, a comparación de muchos de mis compañeros, considero que respeto a mis autoridades como debería, en ocasiones me molestan algunas órdenes, indicaciones y/o regaños que se me dan por que a veces considero que no los merezco, sin embargo, trato de no cuestionar ni respingar, por más enojo me cause. No digo que no lo haga, porque en ocasiones mi enojo o molestia es mayor y no logró controlarme.

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