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¿Qué factores permiten hablar del periodo 1945-1973 como los ¨años dorados¨ de la economía mundial?


Enviado por   •  21 de Junio de 2017  •  Informes  •  1.832 Palabras (8 Páginas)  •  3.396 Visitas

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Trabajo Practico N°1

Economia y posguerra

Nombre y apellido: Juan Pablo Frechero

Curso: 5to ES


Consignas:

1-¿Qué factores permiten hablar del periodo 1945-1973 como los ¨años dorados¨ de la economía mundial?

2-Explique el modelo económico de Keynes

3-Defina el Estado de Bienestar y haga una comparación con algún periodo de historia argentina

4-Investiga las causas de creación del ¨complejo militar-industrial¨ y las consecuencias derivadas de su existencia hasta hoy

5-Averigua si existe influencia económica de las corporaciones en las políticas tomadas por algunos estados en cuanto a sus fronteras exteriores e interiores

6-Mira con atención el documental ¨Why we fight¨ (2005) y realice un análisis critico y reflexiona del mismo aportando información sobre hechos actuales relacionados con el eje temático del film

Resolución:

1-Para los dirigentes europeos y norteamericanos, una economía internacional saludable era una condición necesaria para evitar que se reeditaran las condiciones en las que se había incubado la guerra.

Para enfrentar los desafíos de la economía mundial de la posguerra, los Estados Unidos promovieron la creación de un conjunto de instituciones que debían facilitar el cumplimiento de los criterios de libertad de comercio y de flujo de capitales a largo plazo. En la conferencia de Bretton Woods de 1944, en la que se destacó el economista Keynes, los países aliados sentaron las bases para la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial

Entre 1944 y 1946, casi todos los países afectados por las consecuencias de la guerra recibieron parte de los 4.700 millones de dólares que distribuyo la Administración de las Naciones Unidas para la Reconstrucción, procedentes de los Estados Unidos. Además, desde 1945 se realizaron acuerdos bilaterales, especialmente con Francia y Gran Bretaña, que otorgaban préstamos o anulaban la deuda contraída durante la guerra.

A pesar de estas ayudas parciales, hacia 1947 se puso en manifiesto su insuficiencia. Fue entonces cuando se puso el Plan Marshall en marcha. Por un lado, el capital estadounidense permitió a los países europeos comprar materias primas, maquinaria, alimentos y otros tipos de productos, como los siderúrgicos o los petrolíferos, y los Estados Unidos eran su principal proveedor. Por otro, parte de las transferencias realizadas fueron destinadas a inversiones internas, para paliar los destrozos ocasionados por la guerra; en consecuencia, las infraestructuras se vieron notablemente beneficiados. En la reorganización del sistema productivo fueron decisivas las inversiones privadas estadounidenses que, al margen de la ayuda oficial, impulsaron el sector manufacturero europeo.

Los Estados Unidos supervisaron todo el proceso de desarrollo económico, ajustando diferentes políticas. Los resultados comenzaron a apreciarse a principios de los años 50, cuando Europa entro en una fase de crecimiento.

El Plan Marshall puso en evidencia la interrelación entre los objetivos estratégicos del gobierno norteamericano y los intereses económicos de las empresas. En este sentido, el plan no fue solo un generoso aporte de capital para la recuperación de las economías europeas con el objetivo de contener un potencial avance comunista, sino que también resulto un importante aliciente para las empresas y la economía norteamericana.

Al finalizar la guerra, Estados Unidos era la primera potencia económica y militar del mundo. Su producción hacia 1950 equivalía a un 60% del total de lo producido por todos los países capitalistas avanzados. Además, tenían alrededor del 60% de las existencias de capital del mismo conjunto de países, y eran, por lo tanto, el principal prestamista e inversor en el exterior.

El crecimiento de la economía mundial entre 1945 y 1973 fue notable, en particular en las economías capitalistas industriales. El PBI per cápita de los países de la OCDE creció esos años a un  promedio de 3,8% anual. El crecimiento económico de la posguerra en esos 30 años no significo simplemente una recuperación económica, fue un cambio profundo en la organización de producción, en los bienes y servicios que se comerciaban.

2-Este es el modelo económico por el que nos regimos en la actualidad. Surge este de la mano de John Keynes, un economista británico cuya intención era diseñar un modelo que superara el liberalismo clásico y propuso un sistema intervencionista. La primera vez que se presenta esta concepción económica fue en 1936 con la obra Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. En ella defendía la economía social de mercado y que la economía de mercado acompañada del intervencionismo del Estado.

Características del modelo

·Se plasmaba el crecimiento en dos vertientes: en primer lugar, mediante el incremento de la inversión pública. Esto repercute en una mejora en las infraestructuras como el ferrocarril, las carreteras, aeropuertos, la segunda vertiente es la extensión de los servicios públicos, como la sanidad, la educación, las prestaciones sociales, etc. Dando lugar al Estado del bienestar.

·La financiación vendría gracias a la política fiscal, basada en un sistema de carácter progresivo y redistribuidor de la riqueza. Esto se sostendría mediante los llamados impuestos directos (afectan a la renta, beneficios empresariales) e indirectos (afectan al consumo). Por otro lado también se permitiría el déficit público que se saldaría con el crecimiento futuro.

·Aparece una intensa política de nacionalizaciones que abarcó sobre todo empresas de carácter estratégico de carácter de las telecomunicaciones, defensa o aeroespaciales. Esto acabó con parte del sector privado en sectores como en la minería o el de las comunicaciones.

3-El Estado de Bienestar  se basa en el ejercicio de la función pública, es decir, la intervención del estado en la economía y sociedad, para una mayor redistribución de la riqueza que mejora las condiciones socioeconómicas y de salud de la población. Entre las medidas más habituales del estado de bienestar y que aún hoy están presentes, podemos encontrar la gratuidad y universalidad de los servicios de salud y educación, de alta calidad y a disposición de todas las personas que lo necesiten. Desde el ámbito laboral, las prestaciones son una de las medidas principales, ya que los subsidios a las personas que pierden el empleo o las pensiones de jubilación, invalidez y orfandad son mecanismos que tratan de otorgar unos ingresos mínimos de subsistencia y dignidad a aquellas personas que podrían quedar en la marginalidad. Con el tiempo, el fortalecimiento de los estados ha ocasionado que el estado de bienestar pueda extenderse más allá de lo anterior, como a ayudas a la vivienda, juventud, conciliación laboral y familiar y subvenciones a la actividad económica.

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