REALIDAD DEL SECTOR RURAL EN COLOMBIA

REALIDAD DEL SECTOR RURAL EN COLOMBIA

Desde hace varios años las discusiones públicas relacionadas con la agricultura y el sector rural han tendido cada vez más a centrarse en el terreno de las ideologías, los intereses y las posiciones de poder, como consecuencia de la falta de estudios técnicos y sistemáticos que revelen con certeza qué es lo que está pasando en este importante y vital sector de la vida económica, social, política y cultural del país.

Para comprender la realidad de este sector, debemos conocer cuál es la distribución de la población de nuestro país. Según los datos proporcionados por el último censo general de población, realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), Colombia cuenta con 42'888.592 de habitantes, de los cuales el 74,3% habitan en las cabeceras municipales o distritales y 25,7% en el sector rural. En el campo colombiano viven cerca de 11 millones de personas y cerca de 5 millones de ellos trabajan en sus tierras. De acuerdo con el documento Conpes del Consejo Superior de Política Económica y Social, que evaluó la calidad de vida de los campesinos colombianos, más del 68 % de la población rural es pobre y el 27,5 % de los campesinos viven en la miseria.

El país viene enfrentando serios problemas de violencia desde hace más de 50 años, concentrándose principalmente en el sector rural, haciendo que nuestro país tenga unas cifras alarmantes de desplazamiento forzoso, estamos hablando de más del 30% de la población rural que se ha visto envuelta bajo este conflicto y apaleando a la necesidad de huir de los problemas armados, dejando atrás sus vidas, propiedades, su cultura, todo lo que poseían, y si a esto se le suma la necesidad de buscar “mejores” oportunidades económicas, se evidencia como el sector rural entra en crisis. El desplazamiento de los campesinos tiene resultados muy graves e inmediatos para una familia pilar ó fundamental de la sociedad en distintos aspectos como son: la vivienda, el empleo y sus ingresos, lo que acentúa el deterioro progresivo de las condiciones y calidad de vida. Por tal razón se debe evitar el desplazamiento de nuestros campesinos a las grandes urbes. Es de vital importancia y prioritario garantizar su seguridad, brindarles subsidios para ayudarlos en sus procesos productivos para que puedan permanecer en sus tierras cultivando el campo y suplir las demandas de materias primas para las industrias, alimento para la sociedad, y así poder evitar que estos se conviertan en una cifra más de los indigentes de las grandes ciudades.

Históricamente Colombia no le ha dado al sector rural la importancia que tiene como ámbito estratégico para el desarrollo. En muy pocas circunstancias han existido gobernantes con una percepción holística sobre la importancia del sector para avanzar en el crecimiento, el desarrollo económico, la democracia y, en general, en el progreso del país. Este desprecio de la clase gobernante por lo rural radica en buena parte de la teoría que surgió después de la segunda guerra mundial la cual afirma “La opción del desarrollo se derivaba fundamentalmente de la industrialización del país, donde el sector agropecuario hacía el papel de suministrador de mano de obra barata y de materias primas para

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