REFLEXIONES ACERCA DE LA REFORMA LABORAL
ange828921 de Abril de 2015
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Reflexiones Acerca de la Reforma Laboral
Enrique de la Garza Toledo
1. Antecedentes
Desde 1988 se inició un debate que no termina aún acerca de la necesidad de flexibilizar la
ley laboral y que se ha intensificado después de la entrada en vigor del NAFTA. Las
primeras propuestas de modificación provinieron de las organizaciones empresariales
CONCANACO y COPARMEX. El punto central era la flexibilidad del trabajo, justificado
por el nuevo contexto de globalización del mercado y la producción, la modernización de
los procesos productivos, la necesidad de proporcionar mayor confianza a los inversionistas
y elevar la productividad y la calidad.
En aquellas propuestas iniciales se comprendían los tres aspectos clásicos de la
flexibilidad del trabajo, además de limitaciones a los conflictos obrero patronales.
En cuanto a flexibilidad numérica se proponía revisar el concepto de indemnización
por despido, simplificar el retiro del trabajador y el concepto de salario caído, así como
replantar el proceso de rescisión del contrato. En la funcional se planteaba flexibilizar la
jornada de trabajo, establecer la polivalencia y comisiones de productividad. En la salarial
replantear el concepto de salario remunerador y poner el salario en función de la
productividad y de las condiciones económicas de cada empresa, reformular la idea de
prestación económica y ponerla en función de las capacidades de cada empresa, así como
implantar el salario por hora.
En cuanto a los conflictos obrero patronales se pedía prohibir las huelgas por
solidaridad, establecer la responsabilidad de los sindicatos sí las huelgas eran declaradas
inexistentes y mayores restricciones a las huelgas en los servicios públicos.
En el año de 1989 la diputación obrera del PRI (Partido Revolucionario
Institucional) logró que el Congreso de la Unión hiciera una consulta popular acerca de las
posibles modificaciones a la Ley Federal del Trabajo; la Secretaría del Trabajo formó una
comisión tripartita para la elaboración de un proyecto de modificación, pero esta no llegó a
emitir ningún resultado público. Desde ese año a la fecha, periódicamente los empresarios
han reclamado una nueva Ley del Trabajo y los sindicatos se han dividido entre los que
oponen a toda modificación (Sindicato Mexicano de Electricistas) y los que aceptan
modificaciones que no afecten derechos adquiridos, sobre todo los que hablan de la
necesidad de un nuevo capítulo acerca de modernización y productividad (Unión Nacional
de Trabajadores).
Una propuesta sistemática empresarial está contenida en el documento que las
organizaciones empresariales Coparmex, Concanaco y Canacintra presentaron en 1994 al
candidato triunfante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Ernesto Zedillo a la
presidencia de la república, de lineamientos de política económica que contiene un apartado
laboral. En este documento se justifica el cambio en la legislación del trabajo en aras de
lograr una mayor competitividad. Los puntos principales de modificación según los
empresarios serían:
1). Movilidad funcional y geográfica con multihabilidades
2). Contratos temporales, por hora o jornada reducida
3). Racionalizar causales de rescisión de contratos
4). Limitaciones en cuanto a responsabilidades en juicios laborales por el pago de
salarios caídos
5). Pago por hora
6). Democratizar la huelga: previo al estallamiento acreditar la voluntad mayoritaria de
los trabajadores con voto secreto; asimismo en la decisión para levantarla
7). Desaparecer las juntas de conciliación y arbitraje
8). Desaparecer los contratos ley
9). Establecer contratos de capacitación sin que impliquen relación laboral
10). Acabar con el escalafón ciego y cambiarlo a escalafón por capacidad
11). Establecer prestaciones laborales y sindicales de acuerdo con las condiciones de
cada empresa (implica el cuestionamiento del funcionamiento actual de la Seguridad
Social)
12). Eliminar la cláusula de exclusión por ingreso y separación
13). Libertad de sindicalizarse
14). Sindicalismo apolítico, acabar con la relación con los partidos.
En los noventa, en cuanto a proyectos de modificación de la ley laboral, las organizaciones
empresariales no presentaron un sólo frente. El Consejo Coordinado Empresarial (CCE),
que es la organización empresarial más amplia del país, es el que ha apoyado de manera
más decidida la política económica del gobierno y, en esta medida, en los períodos en los
que el Estado no insistió en la reforma laboral tampoco el CCE consideró que era
indispensable. Una posición semejante adoptó la Concamín. Las más insistentes han sido la
Concanaco y la Coparmex. Desde el inicio de la campaña de Salinas de Gortari por la
presidencia (1988) prometió una nueva ley Laboral, pero terminó su período y no lo logró,
declarando al final de su período que dos grandes reformas estaban pendientes, la laboral y
la de seguridad social. La CTM al inicio (1989) no tuvo una posición completamente
opuesta a la reforma, pero cuando se conoció la propuesta de la Coparmex-Concanaco, que
en parte era anticorporativa, cambió radicalmente y desde entonces se mantuvo renuente a
las modificaciones hasta que en 1999 aceptó negociar el código procesal del trabajo y ya
con el gobierno de Fox se unió a la cruzada reformista de la Ley.
Entre mayo de 1990 y mayo de 1992 el Estado ya no insistió en la reforma, los
empresarios por el contrario siguieron declarando la necesidad de cambiarla y la CTM
oponiéndose. De mayo de 1992 a noviembre de 1993 se estableció una especie de tregua
entre la CTM y los empresarios para no entorpecer la negociación del NAFTA, a partir de
ahí los empresarios han insistido en la reforma; la CTM se opuso hasta 1999 ( De la Garza
y Bouzas, 1998).
En 1995 la polémica acerca del cambio en la Ley Federal del Trabajo fue reforzada
por los planteamientos contenidos en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno zedillista
en el sentido de la necesaria flexibilización de los mercados laborales. Sin embargo, el
impulso por parte de la Secretaría del Trabajo de modificación de la ley siguió hasta 1996
un camino gradualista, llamando a la CTM y a la COPARMEX a ponerse de acuerdo; la
negociación se reinició con el mutuo reconocimiento de la necesidad de una cultura laboral.
En este contexto el Partido Acción Nacional (PAN) presentó su iniciativa de reforma de la
legislación laboral. El proyecto del PAN, elaborado por el prestigioso abogado Nestor de
Buen, tenía dos componentes novedosos principales: primero, consideraba a la flexibilidad
el trabajo en aspectos muy diversos, que en esencia coincidía con las propuestas de la
Coparmex y la Concanaco; y, segundo, la democratización de las organizaciones obreras,
que se alejaba de los planteamientos gubernamentales y de las cúpulas patronales y obreras.
En el aspecto de la flexibilidad el trabajo, el proyecto panista cambiaba principios
básicos del derecho laboral que habían privado en México, al denunciar el carácter tutelar
del Estado con respecto de la parte más débil en la relación laboral y substituirlo por la
función de guardián del equilibrio entre los factores de la producción; el otro cambio
importante en los principios era la substitución de la idea de justicia social por la
promoción del empleo y de la productividad. Por este camino, la flexibilidad del trabajo
aparecía en el proyecto de la ley en sus tres formas clásicas: la flexibilidad numérica es
decir, la capacidad de las empresas para emplea o desemplear de acuerdo con las
necesidades de la producción. En este sentido se introducían las nociones de contrato de
aprendizaje con su período de prueba; se flexibilizaba la terminación de la relación laboral
con la inclusión de una prima de antigüedad, independientemente de la causa de la
terminación que substituía a los 20 días por año mas los tres meses de salario y a la anterior
prima de antigüedad de 12 días de salario por año; flexibilizaba el trabajo discontinuo; y
reglamentaba el empleo de subcontratistas. En cuanto a la flexibilidad interna, se
especificaba que las condiciones de trabajo pueden cambiar hacia arriba o hacia abajo;
además se ampliaba la capacidad de la empresa para mover a sus trabajadores entre
puestos, geográficamente y en sus días y horarios de trabajo; en particular se flexibilizaba
la distribución del tiempo semanal del trabajo (que proponía de 40 horas) a criterio del
empleador, según las necesidades de la producción; planteaba la obligación por el obrero de
laborar horas extras y en los días de descanso obligatorio si la producción lo requiriera,
aunque esta obligación no era para los días de descanso semanal; establecía el privilegio de
la capacidad sobre la antigüedad para ascender en el escalafón. En flexibilidad salarial
(salario en función de productividad o calidad) no proponía una sola forma de salario, por
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