RIQUEZA,POBREZA Y DESARROLLO SUSTENTABLE
migueltov9 de Febrero de 2012
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Barkin, David. (1998) Riqueza, pobreza y desarrollo sustentable. México: Editorial Jus y Centro de Ecología y Desarrollo. ISBN: 9687671041; versión electrónica.
URL de este documento: http://anea.org.mx/publicaciones.htm
David Barkin
barkin@correo.xoc.uam.xm
Profesor-Investigador de Economía
Departamento de Producción Económica
Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco
México, DF
Derechos Reservados © 2005 por David Barkin. México
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RIQUEZA, POBREZA Y DESARROLLO SUSTENTABLE
David Barkin**
INTRODUCCIÓN por Víctor M. Toledo♥
Desde su consagración universal en la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, el concepto de sustentablidad y/o de desarrollo sustentable ha sido adoptado y adaptado, por tal cantidad y variedad de autores, intérpretes y promotores que hoy en día el término se percibe como una propuesta banal y confusa o al menos multifacético. No obstante lo anterior, el término sigue siendo, paradójicamente, el "signo vital" de un número creciente (sino es que explosivo) de iniciativas locales, nacionales, regionales y globales, promovidas por toda una gama de instituciones: desde el Banco Mundial y los gobiernos nacionales, hasta las fundaciones internacionales, las organizaciones conservacionistas y ambientalistas e instituciones sociales de toda índole. En la esfera académica, el desarrollo sustentable ha sido tema de cientos de artículos y de decenas de libros, además de innumerables foros de discusión. ¿Qué hacer entonces con el desarrollo sustentable? ¿Es aún un concepto rescatable? ¿Vale la pena intentar generar una versión legítima?
Para fortuna de los pensadores serios y comprometidos, mas allá de la intrincada selva de publicaciones continúa desarrollándose, de manera sigilosa, una reflexión teórica con "los pies en la tierra" acerca del desarrollo sustentable. Esta reflexión, que pasa muchas veces desapercibida, me parece que viene a confirmar la idea de que es posible generar una versión realmente transformadora o "subversiva" del concepto de sustentabilidad, con un enorme potencial para las movilizaciones sociales y las luchas políticas de nuevo cuño.
Esta reflexión teórica, consistente y profunda, ha sido especialmente una ardua tarea de decantación conceptual sobre varias dimensiones: por ejemplo la construcción de una nueva teoría económica (H. Daly), la definición de sus fundamentos ecológicos (R. Goodland), su perspectiva sistémica (G. Gallopin), o sus relaciones con lo global (E.Goldsmith), para solo citar algunos de los varios esfuerzos notables que hoy existen.
Es en este contexto donde debemos situar el ensayo de David Barkin, quién explícitamente o no, acepta la idea de intentar una definición adecuada del desarrollo sustentable, antes de que ese se convierta, irreversiblemente, en una nueva pieza de "utilería ideológica" del sistema dominante. El mayor mérito del ensayo de Barkin es que se atreve a concentrar su análisis en torno al problema de la pobreza, un aspecto que ha quedado fuera, o al menos marginado, de la mayor parte de las propuestas sobre la sustentabilidad. Con ello se sitúa en una perspectiva del "Sur" que, como ha señalado Smith (1997), ofrece ya de entrada una perspectiva diferente a las teorizaciones venidas de los autores del "Norte".
Aunque dejo al lector la tarea de seleccionar por sí mismo lo que considere las principales contribuciones de este ensayo, no puedo dejar de señalar varias revelaciones realmente importantes que el autor hace, especialmente en la segunda parte del ensayo, que es la porción que reúne un conjunto de nuevas propuestas. Partiendo de la idea de que "La sustentabilidad es un proceso más
** Profesor de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México. Correo electrónico: barkin@correo.xoc.uam.mx
♥ Etnoecológo, ganador del Premio al Mérito Ecológico en México, es Profesor en el Centro de Investigaciones en Etnoecología de la Universidad Nacional Autónoma de México con sede en Morelia, Michoacán
Riqueza, pobreza y desarrollo sostenible Página 2
que un conjunto de metas bien específicas", Barkin apunta varias líneas prometedoras para el análisis concienzudo. Coincidiendo con otros autores (entre los que me incluyo), Barkin reconoce en la diversidad, la autosuficiencia, el control y la participación local, la democracia de base y la autonomía, preceptos básicos de todo verdadero desarrollo sustentable. De especial interés es el tema del control social, y particularmente del control de los individuos y la sociedad sobre el proceso productivo (producción, circulación, consumo), un tópico que he tomado para proponer la idea de un desarrollo sustentable de escala comunitario, y cuyo ejercicio existe ya, independientemente de las teorizaciones académicas, en innumerables ejemplos rurales de Finlandia, Japón, Australia, Perú y especialmente México.
Dejo constancia, por último, de lo que el ensayo de Barkin, junto a otras muchas contribuciones recientes, parecen indicarnos: que la discusión y reflexión teóricas más convincentes sobre el concepto de sustentabilidad habrán de desembocar, ineludiblemente, en una teoría política del desarrollo sustentable. En otras palabras, que aun el concepto de sustentabilidad que posee un origen aparentemente apolítico, o por lo menos políticamente neutro, terminará contaminándose y confundiéndose con los conflictos de poder y de control entre los grupos o sectores sociales. Que al fin y al cabo no se pueden separar los mecanismos de expoliación de la naturaleza de los mecanismos de la explotación social. Dicho de golpe: toda ecología, y el concepto de sustentabilidad nació y creció arropado como un discurso ambientalista, termina siempre convirtiéndose en una ecología política.
Smith, F. 1997. “A synthetic framework and a heuristic for integrating multiple perspectives on sustainability.” En: F. Smith (Ed). Environmental Sustainability, Boca Raton, FL: St. Lucie Press: pp. 1-24.
Toledo, V.M. 1997. “Sustainable development at the village community level: a Third World Perspective.” En: F. Smith (Ed). Environmental Sustainability, op. cit., pp. 233-250.
RIQUEZA, POBREZA Y DESARROLLO SUSTENTABLE
David Barkin
I. Dos caminos divergentes: uno hacia la riqueza, el otro hacia la pobreza
Las sociedades rurales del tercer mundo padecen de empobrecimiento, desintegración social, emigración en gran escala y devastación ambiental. Aunque todavía existe debate para asignar responsabilidades, la mayor parte de los pobres continúan viviendo en zonas rurales y luchando contra todo para sobrevivir. Para muchos, la pobreza y la marginalidad aún son obstáculos difíciles de superar. El debate moderno alrededor del desarrollo rural, inspirado en parte por la búsqueda de la sustentabilidad, refleja la profunda polarización que permea todas las dimensiones de la vida en estos países.
Las historias estereotipadas de la modernización en América Latina describen la marcha del progreso en términos exageradamente benévolos. El análisis convencional del desarrollo agrícola alaba y premia a los pocos productores que tienen los recursos y conocimientos para utilizar paquetes agresivos e innovadores destinados a modernizar la producción rural. En contraste, de los productores pobres se dice que en tanto son circunscritos por su herencia étnica y social, y por una carencia de conocimiento y capital, destruyen y desperdician el potencial productivo de su legado natural; siguen cultivando productos tradicionales en lugares inadecuados, con técnicas y semillas obsoletas.
Alrededor del mundo, la gente pobre es acusada de destruir sus entornos. Estas acusaciones, entonces, justifican las políticas que después amenazan la propia existencia de los grupos sociales tradicionales y de sus sistemas productivos. Su incapacidad de adaptarse es evidencia que refuerza la idea de que estos grupos son la causa del atraso social y económico de las áreas rurales. Aún en las sociedades más modernas, "culpar a la víctima" de su propia situación y de su falta de progreso colectivo es un fenómeno bastante común.
Esta percepción de la pobreza como causa de los problemas ambientales en el medio rural es equivocada. El debate convencional lamenta el
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