Racismos En El Deporte
fannychuchin3 de Diciembre de 2012
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PRODUCTO DEPORTE, RAZA Y ECONOMÍA
La avanzada del 'poder negro' en la
industria del deporte
Planteamiento
El impacto mediático sobre la actuación de los atletas negros en los estadios
de competencia es una de las variables más notorias para su aceptación
como modelos de persuasión de productos y servicios. En este segundo
escenario, la segregación abandona la calificación racista para jugar con éxito
en los mercados de la desarrollada industria del entretenimiento. La razón,
marketing, patrocinio y publicidad se mezclan para transmitir las bondades
de los portafolios de las marcas comerciales hacia la sintonía directa con un
consumidor apasionado por las gesta de sus iconos. En efecto, JORDAN,
WOODS, BRAYANT, HAMILTON o SERENA WILLIAMS han logrado ubicar en la
mente de millones de compradores símbolos y mensajes para todos los
gustos y edades. Con innovación, campañas de promoción ajustadas a las
tendencias de la moda y una activa participación corporativa los inversores
diluyen las posiciones extremistas para buscar igualdad tanto de clase como
de color de la piel en y fuera de las pistas y recintos de la gran fábrica del
'producto deporte'.
Desarrollo
El notable aumento en la popularidad del baloncesto colegial y universitario y
los campeonatos de la NCAA (Asociación Nacional de Atletas Federados)
colocaron en la pantalla a estrellas de color como MICHAEL JORDAN.
SHAQUILLE O'NEAL, KOBE BRYANT y LEBRON JAMES, el joven talento que
llegó de la escuela St. Vincent-St. Mary's y hoy el modelo más acosado por
patrocinadores y agentes, que ven en él al próximo fenómeno de la poderosa
industria NBA, gracias al impulso de las agresivas campañas publicitarias de
NIKE y COCA COLA.
JORDAN, WOODS, BRAYANT o SERENA WILLIAMS han logrado ubicar en la
mente de millones de consumidores el valor de persuasión de una marca que
exhibe decenas de líneas para todos los gustos y edades. Pero la fuente de
mayor beneficio para sus finanzas es el deporte universitario de los Estados
Unidos, un millonario mercado que no sólo nutre de atletas a la industria de
las Grandes Ligas sino que produce la más alta demanda de sus productos.
Innovación, campañas de promoción ajustadas al momento de la juventud
estudiantil y una activa participación como inversora de patrocinio han
convertido a la marca de BEAVERTON, OREGON, en un ritual de consumo de
los hábitos y preferencias de la juventud estadounidense, gracias, en gran
parte, a la motivación de los atletas de raza negra.
Esta persuasión de los deportistas negros sobre el consumo de productos,
llevó a la marca TAMPAX ha desarrollar un anuncio comercial que captura la
emoción y excitación de las "hembras negras" que participan en el nacional
de bandas de la universidad estatal de Grambling (una universidad
históricamente Negra) El mensaje se transmite durante los medios tiempos
de los juegos de fútbol universitario. El anuncio muestra los movimientos de
los miembros de la banda cuando realizan rutinas electrizantes de baile. La
música que se mantiene en el fondo del anuncio es un popular rhythm and
blues (o música negra norteamericana) tocada por la banda Dazz, "Let it
Whip". A la conclusión del anuncio, aparece en la pantalla de la televisión, laleyenda, "TAMPAX ESTABA ALLÍ." Las palabras parecen bailar con el ritmo de
la canción.
NIKE también penetra en este segmento con anuncios comerciales en los que
cuatro jugadoras de la liga Premier de Baloncesto comparten una agradable
charla con tres "Pequeñas Bribonas" (dos de color y una Blanca). Durante la
escena, las "Pequeñas Bribonas" tocan la música del tema de fondo que
contextualizar el dramatizado. Cada uno de los anuncios embellece la actitud
del líder de grupo, una joven de color "sassy", que de una manera casi
cómica, muestra su conocimiento de baloncesto con sugerencias sobre
estrategias para mejorar el juego. Los anuncios resaltan la joven de la
generación "hip" y su afinidad para el baloncesto.
Racismo, fantasma o realidad
Cada año, William Washington se para con sus cartelones de protesta frente
a la entrada principal del centro de tenis Arthur Ashe, en Flushing Meadows,
Nueva York, sede del Abierto de Estados Unidos, para protestar por lo que él
llama "racismo contras las minorías en el tenis".
Pese a que la policía local le ha hecho decenas de advertencias y hasta lo
amenaza con arrestarlo, el hombre se mantiene firme reclamando los
derechos de sus hijos, los tenistas profesionales Mashika y Mashona
Washington, que años atrás fueron excluidos del tratamiento de 'wild card'
(invitaciones especiales al cuadro principal de los torneos).
Lo cierto es que, como un fantasma escondido, el tema del racismo ha
rondado siempre al 'deporte blanco', llamado así por el color de las ropas que
solían usar los jugadores hasta la década pasada, aunque algunos lo
manejan también como sinónimo de lo prohibitivo que resulta para las
minorías practicar un deporte tan costoso.
A pesar que los dirigentes del tenis mundial aducen que la disciplina ha
extendido sus fronteras y hoy figuran en el ranking jugadores de todas las
razas y más de 100 países, a lo interno de las dos principales entidades
profesionales, la ATP y la WTA, se manifiestan sutiles tintes de racismo.
Un affaire famoso lo protagonizó la suiza Martina Hingis hace cinco años
durante el US OPEN, quien en una controvertida entrevista a una revista
estadounidense acusó a la familia Williams de sacar ventaja del color de su
piel para obtener buenos patrocinadores. Sus críticas cayeron como una
bomba en el aristocrático y cerrado círculo de la elite del tenis mundial, una
especie de circo romano donde conviven estrellas millonarias, dirigentes
históricos y empresarios avispados.
"Ellas han tenido muchas ventajas porque siempre están diciendo: esto es
racismo. Ellas pueden siempre llegar y decir: porque somos de este color
pasan esas cosas. El ser negras sólo les ayuda", dijo entonces Hingis al Time
Magazine, palabras que alteraron la tranquilidad de la casa tenística de
Arthur Ashe, un jugador negro estadounidense ya fallecido que fue campeón
de los Abiertos de Australia, Wimbledon y Estados Unidos.
Pero Richard Williams Williams, padre de Venus y Serena, justifica la posición
de sus hijas como una reacción al recelo que produce el tenis. "Yo soy negro
y prejuicioso. La gente es prejuiciosa en el tenis. Creo que mis hijas nunca
serán aceptadas por el tenis, pero si tienes unas blanquitas como Tracy
Austin y Chris Evert, que no son capaces de pegarle a la pelota, ellos (los
medios) dirán que son grandiosas".
RICAHRD decidió que las WILLIAMS en 2002 no participaran más en uno de
los circuitos más famosos del portafolio WTA, el INDIAN WELLS, tras un
incidente ocurrido en 2001, cuando el público las abucheó. La familia calificó
el suceso de racista y nunca más retornaron.
Pero su posición contra la línea de producto se verá seriamente dificultada a
partir del próximo año, ya que las nuevas reglas de la WTA que entrarán en
vigor en 2009 obligarán a las jugadoras a participar en los grandes torneos.
De lo contrario, pueden ser duramente sancionadas. Las hermanas Williams
acumulan 14 títulos de Grand Slam entre las dos, incluidos el Abierto de
Australia y Wimbledon en 2007.
Para RICAHRD "si alguien nuevo era número uno, era bueno para el tenis. Si
era negro, no lo era. Pienso que fue ridículo lo que hicieron con mis dos
niñas. Los mejores jugadores están en el ghetto de India, y en el ghetto de
Compton (California)".
Sin embargo, los tiempos cambian, y la mentalidad para hacer negocios se
afina cada día. En toda su carrera ASHE, pese a su calidad, apenas pudo
acuñar millón y medio de dólares en premios --y siempre se dio por
dichoso--, cantidad que las Williams ganan en una semana por contratos
publicitarios.
Capacidad física contra inteligencia
El estadounidense JAMES WATSON, considerado el 'padre del ADN', asegura
en su reciente libro, que los individuos de raza negra son menos inteligentes
que los blancos.
El septuagenario WATSON (79 años), que ganó el premio Nobel de Medicina
en 1962 por el descubrimiento de la estructura del ADN,
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