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Reconocimiento De Suelos Aluviales

temisfacio25 de Octubre de 2013

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II. FORMATO TEÒRICO

2.1. Definición de Suelos :

Es la capa más superficial de la corteza terrestre, que resulta de la descomposición de las

El proceso mediante el cual los fragmentos de roca se hacen cada vez más pequeños, se disuelven o rocas por los cambios bruscos de temperatura y por la acción del agua, del viento y de los seres vivos. Van a formar nuevos compuestos, se conoce con el nombre de meteorización.

Los productos rocosos de la meteorización se mezclan con el aire, agua y restos orgánicos provenientes de plantas y animales para formar suelos. Luego el suelo puede ser considerado como el producto de la interacción entre la litosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera. Este proceso tarda muchos años, razón por la cual los suelos son considerados recursos naturales no renovables. En el suelo se desarrolla gran parte de la vida terrestre, en él crece una gran cantidad de plantas, y viven muchos animales.

2.2. Meteorización.-

Bajo el título general de intemperización, existen dos tipos de transformaciones

2.2.1 Meteorización física.

Significa desintegración de una roca en partículas menores sin alteración química. Hay dos tipos principales de esta intemperización mecánica. El primero de ellos desintegración en bloque, resulta de la formación de grietas, que rompen la masa de roca en gran número de bloques o fragmentos individuales. El segundo tipo, llamado desintegración granular, resulta de una pérdida de cohesión entre las partículas individuales de los minerales, que hace que la roca se convierta en una masa granular incoherente.

Algunas causas para la intemperización o meteorización física son:

Variación de la temperatura: Los cambios de temperatura determinan modificaciones en el volumen de la masa de roca. Al calentarse la parte exterior de una masa de roca, se dilata y se producen esfuerzos de tensión y cortantes entre las partes externa e interna.

Acción de plantas y animales: Acción de las raíces de los árboles al expandirse provocan presión en el interior de la roca.

Expansiones térmica de los minerales.

Congelación. Cuando los cambios de temperatura son tales que hay hielo y deshielo alternativamente, pueden ser eficaces los efectos desintegradores debidos a la fuerza de dilatación del agua confinada en la roca. La absorción de la mayor parte de las rocas ígneas es tan lenta, que este proceso suele producir más frecuentemente una desintegración en bloque, que una desintegración granular.

Desgaste, impacto y trituración. Las rocas pueden romperse también mecánicamente por diversos procesos, en los que interviene el movimiento, especialmente de una masa de roca sobre otra o contra otra.

Exfoliación esferoidal. Es el proceso de intemperismo mecánico en el que por acción de las fuerzas físicas internas, se separan de una roca grandes fragmentos curvados a manera de costras, dando lugar a la formación de colinas abovedadas llamados también domos de exfoliación y otras estructuras menores como peñascos redondeados y bloques intemperizados.

Mezclado mecánico. Es el que realizan las hormigas, roedores y gusanos sobre todo de la clase platelmintos, removiendo materiales que sacan a la superficie y como su actividad es constante hacen con que las partículas removidas sean más susceptibles de sufrir intemperismo.

Agentes físicos. Entre estos se pueden citar al agua que corre por la superficie del hielo de un glaciar o por el curso de un río de montaña, al viento y las olas del océano, que también pueden contribuir a la reducción del material rocoso a fragmentos cada vez menores.

Las condiciones que favorecen a la intemperización mecánica son los grandes cambios de temperatura, la aridez y las pendientes fuertes. Los grandes cambios de temperatura se registran en las latitudes más altas y en las zonas desérticas.

Estos procesos dan origen a los suelos de grano grueso generalmente dependiendo del tipo de roca. Actúan en climas fríos.

2.2.2 Meteorización química.

La meteorización o intemperización química, es la alteración de las rocas a causa de modificaciones mineralógicas o químicas, inducidas por agentes superficiales.

Los ingredientes activos, en lo que se refiere a la intemperización de las rocas, son el oxígeno, el anhídrido carbónico, el vapor de agua y los ácidos. Estos se disuelven en el agua que cae como precipitación y pueden llegar al interior de la roca pues siempre penetra una cierta cantidad de agua en la parte superficial de la tierra.

Estos son suelos de consistencia fina y disminuyen según el clima. Se obtiene suelo de grano fino (arcilla, limo). Actúan en climas húmedos y calientes produciendo suelos de baja resistencia.

Sus agentes son los siguientes:

Oxidación. Implica la adición de iones de oxigeno, como ocurre en las rocas que contienen Fe, manifestándose como cambios de coloración y a veces hasta de consistencia.

Hidratación. Significa la adición de agua a los minerales o absorción, pero dentro de su propia estructura atómica o molecular.

Carbonatación. Es la disolución de algunos materiales por medio de aguas con elevado contenido de CO2, (el potasio, el calcio, el sodio y el magnesio, suelen unirse con el anhídrido carbónico y el oxígeno para formar carbonatos).

Efectos químicos de la vegetación. Los ácidos orgánicos que se forman donde hay vegetales en descomposición tienden a aumentar el poder de disolución de las aguas que los contienen.

Como resultado de estos procesos, puede separarse la sílice de los silicatos minerales, llamándose a este fenómeno de separación de la sílice, deslización.

Todos los procesos mencionados anteriormente intervienen en la transformación de la roca en suelo.

2.3 Componentes del Suelo

Se pueden clasificar en inorgánicos, como la arena, la arcilla, el agua y el aire; y orgánicos, como los restos de plantas y animales. Uno de los componentes orgánicos de los suelos es el humus. El humus se encuentra en las capas superiores de los suelos y constituye el producto final de la descomposición de los restos de plantas y animales, junto con algunos minerales; tiene un color de amarillento a negro, y confiere un alto grado de fertilidad a los suelos.

• Fase Sólida: Comprende, principalmente, los minerales formados por compuestos relacionado con la litosfera, como sílice o arena, arcilla o greda y cal. También incluye el humus.

• Fase Líquida: Comprende el agua de la hidrosfera que se filtra por entre las partículas del suelo.

• Fase Gaseosa: Tiene una composición similar a la del aire que respiramos, aunque con mayor proporción de dióxido de carbono (CO). Además, presenta un contenido muy alto de vapor de agua. Cuando el suelo es muy húmedo, los espacios de aire disminuyen, al llenarse de agua.

2.4. Propiedades y Textura de los Suelos

Entre las propiedades de los suelos se encuentran: El color, distribución del tamaño de las partículas, consistencia, textura, estructura, porosidad, atmósfera, humedad, densidad, pH, materia orgánica, capacidad de intercambio iónico, sales solubles y óxidos amorfos-sílice alúmina y óxidos de fierro libres.

Las propiedades físicas de los suelos dependen de la composición menerológica, de la forma y del tamaño de las partículas que lo forman y del ambiente que los rodea. El tamaño, la forma y la composición química de las partículas determinan la permeabilidad, la capilaridad, la tenacidad, la cohesión y otras propiedades resultantes de la combinación de todos los integrantes del suelo.

Otra propiedad física de los suelos que hay que considerar es la temperatura, que tiene como fuente principal la irradiación solar.

Las propiedades físicas permiten conocer mejor las actividades agrícolas fundamentales como el laboreo, la fertilización, el drenaje, la irrigación, la conservación de suelos y agua, así como, el manejo adecuado de los residuos cosechas. Tanto las propiedades físicas como las químicas, biológicas y mineralógicas determinan, entre otras, a la productividad de los suelos.

2.3. Clases de Textura de los Suelos

Los suelos muestran gran variedad de aspectos, fertilidad y características químicas en función de los materiales minerales y orgánicos que lo forman. El color es uno de los criterios más simples para calificar las variedades de suelo. La regla general, aunque con excepciones, es que los suelos oscuros son más fértiles que los claros. La oscuridad suele ser resultado de la presencia de grandes cantidades de humus.

A veces, sin embargo, los suelos oscuros o negros deben su tono a la materia mineral o a humedad excesiva; en estos casos, el color oscuro no es un indicador de fertilidad.

Los suelos rojos o castaño-rojizos suelen contener una gran proporción de óxidos de hierro (derivado de las rocas primigenias) que no han sido sometidos a humedad excesiva. Por tanto, el color rojo es, en general, un indicio de que el suelo está bien drenado, no es húmedo en exceso y es fértil.

Los suelos amarillos o amarillentos tienen escasa fertilidad. Deben su color a óxidos de hierro que han reaccionado con agua y son de este modo señal de un terreno mal drenado.

Los suelos grisáceos pueden tener deficiencias de hierro u oxígeno, o un exceso de sales alcalinas, como carbonato de calcio.

La textura

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