Romanticismo Del Siglo XVIII

Romanticismo del siglo XVIII

El romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, dando mayor prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental fue la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. Privilegia la expresión del sentimiento, la pasión y la imaginación sobre la razón, al mismo tiempo que coloca al ser humano sobre las abstracciones generales y lo concibe como un ser natural. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. En los años posteriores se extendió principalmente a Francia, España e Italia, y para luego llegar al resto del mundo.

Su gran logro fue el hecho de ser natural completamente y ser libre artísticamente, haciendo alusión al espíritu revolucionario, ya que el concebir su naturaleza y plasmarla tal cual fuera percibida por la vista y sentimientos era fundamental en el género. Sin importar cuales fueran las ramas en las que se expresaba, tenían gran relación con el hombre en si, como ser existente y sentimental. Según en el país que fuera desarrollado existen diferentes tendencias debido a su forma y modo de vida, y es por eso se puede encontrar una extensa variedad de obras universales en sus ramas artísticas, filosóficas, políticas, sociales e ideológicas.

Las manifestaciones de este género abarcan desde el campo literario hasta el político. La música en este período busca la espontaneidad, la exuberancia y la pasión, a diferencia del clasicismo, en que se buscaba la serenidad, la claridad, el equilibrio, la mesura y la calma. Los románticos hicieron del piano el rey de los instrumentos, los compositores escribían obras para él con un alto grado de complejidad. Entre sus representantes cabe destacar a Ludwig van Beethoven, Frédéric Chopin, Franz Schubert, entre otros.

La literatura se caracteriza por la producción romántica de temas como la naturaleza, la poesía popular del pasado, las leyendas de la Edad Media o el teatro del Siglo de Oro español. Existe un rechazo a los valores burgueses y racionalistas, por lo que empiezan a parecer personajes que se revelan contra las normas establecidas, que se manifiestan en contra de Dios y buscan libertad; son los llamados antihéroes. Para los autores románticos el paisaje es un reflejo de su espíritu (angustia existencial, no les gusta el mundo en el que viven, impotencia, melancolía) y por ello se hace referencia a ruinas, cementerios, tormentas, la noche; lugares oscuros, tristes y lúgubres que simbolizan la soledad y la desolación. La evasión de la realidad hace que el autor romántico busque en el pasado medieval (las cruzadas, la reconquista) la inspiración literaria. Sobresalieron las figuras de Walter Scott y Lord Byron en Inglaterra; Heine en Alemania y Victor Hugo en Francia.

En lo referente a las ramas artísticas, la pintura, la escultura y la arquitectura destacaron sobre todo lo demás. Frente al predominio de la línea y el dibujo neoclásicos,

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