SEAT Y Su Historia

En el año 1950, España se encontraba bajo la dictadura fascista del General Francisco Franco tras una terrible Guerra Civil (1936 - 1939) y una también desastrosa a nivel global Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945).

Su régimen militarista se caracterizaba, entre otras cosas, por el intento de nacionalización de los recursos del país, para disminuir así las importaciones y, en principio, tratar de aumentar el beneficio de las industrias y empresas españolas, así como el de su gobierno dictatorial.

Sin embargo, tras este horrible suceso bélico, España estaba inmersa en una crisis a todos los niveles, y las consecuencias de la guerra todavía tardarían mucho en desaparecer.

Con el fin de intentar recuperar la economía de un país en ruinas tanto moral, social como económicamente, se creó la Sociedad Española de Automóviles de Turismo, que más tarde y hasta nuestros días sería conocida por las siglas SEAT y se comenzaron a nacionalizar los vehículos que circulaban en el territorio español de la marca FIAT (marca italiana muy conocida) bajo su permiso y así contribuir al florecimiento del mercado automovilístico español, casi inexistente hasta ese momento, y al progreso de la sociedad española y de todas sus empresas y ciudadanos hacia un futuro motorizado y próspero.

De esta manera comenzó la producción de automóviles nacionales en el año 1953 con el modelo SEAT 1400, copia de un modelo de la marca FIAT, que prometía elegancia y espacio,la idea de un cohce de lujo y de un producto nacional, hecho en España para los españoles, creando una ilusión de mejora y exclusividad que daba a la gente de más poder adquisitivo una perspectiva de distinción.

Unos años después, en 1957 se empezó a fabricar el famoso SEAT 600, también conocido como Seiscientos o Pelotilla por su forma redondeada, que fue un enorme éxito para la marca. La imagen del 600 era de libertad y movimiento y estaba enfocado a la clase media española, la que respondió muy acertadamente y no dejó de comprarlo durante los años siguientes a su salida al mercado, creando un icono de la marca que duraría décadas.

Ya más adelante, en 1968 y los años sucesivos, en Europa y en el mundo entero se repetían manifestaciones y levantamientos: Estados Unidos se removía en contra de la Guerra de Vietnam y a favor del Manifiesto de Derechos Civiles, México quedaba absorto y enfurecido por la matanza que tuvo lugar durante los Juegos Olímpicos de México en la plaza de Tlatelolco y los españoles intentaban manifestarse y protestar contra el régimen que los gobernaba, sin mucho éxito gracias a la opresión de éste. Además, comenzaron a producirse los primero ataques terroristas del grupo ETA.

Entre todos estos sucesos, la marca SEAT sacó al mercado su nuevo producto: el SEAT 124, con una imagen de familiaridad e innovación, y una amplia gama de prestaciones, cautivó a un público casero y se acercó a la población media con su precio y mantenimiento asequibles, como lo había hecho anteriormente el 600.

Ya en el 1972 y hasta el 1982, el modelo SEAT 127 se posicionó como la estrella de la corona de SEAT, sustituyendo al famosísimo Seiscientos. Este nuevo coche podía presumir de una capacidad hasta ese momento nunca vista, un 80% de su espacio era habitable, pero a la vez cómodo para conducirlo a través de la ciudad. Su coste reducido y grandes comodidades estaban enfocados a un público de clase media/baja, entre el que tuvo un éxito deslumbrante. Las familias, acostumbradas a un modelo de vida tradicional bajo la dictadura y, a partir de la muerte de Franco, viviendo nuevos y profundos cambios en ese modo de vivir, buscaban en este coche algo práctico en la

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