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Sabemos La Verdad


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2013  •  2.285 Palabras (10 Páginas)  •  177 Visitas

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¿Cuál es la verdad? ¿Cómo saber cuando las cosas son realmente verdaderas o son cosas que tratan de tapar esa verdad? La verdad se define como: “El juicio que no se puede negar racionalmente”. (Definicion.de, 2008-2013)

Constantemente se nos dice la verdad, por medio de personas desconocidas, de maestros, a través de mensajes, libros, periódicos, revistas; sin embargo, nunca prestamos la suficiente atención como para notar que algo o alguien nos está diciendo la verdad. Nos cuesta trabajo ver la realidad de las cosas, muchas veces porque simplemente no queremos prestar atención, otras porque simplemente no nos interesa. Esa ignorancia que a veces tenemos nos puede costar mucho, tal vez no a corto plazo pero puede ser tal vez a largo plazo.

Cuando no aceptamos la verdad, estamos rechazando el conocimiento y volviéndonos cada vez más ignorantes, con el simple hecho de saberla y no aplicarla lo estamos siendo. Nos cuesta trabajo aceptarla, nos cuesta verla, nos cuesta aplicarla. La verdad es algo difícil, pues nos puede beneficiar pero a veces también el saberla nos lastima o nos desagrada, por lo tanto muchas veces preferimos vivir con la farsa, que es mucho más cómoda, es más fácil y no complica nuestra existencia. La mentira son simples palabras fáciles, cómodas y que siempre usamos, estamos tan acostumbrados a escuchar mentiras que nosotros también las usamos en la vida cotidiana; todo el tiempo nos la pasamos engañando y no necesariamente a otras personas, si no a nosotros mismos.

Nuestros padres nos han enseñado a vivir, a salir adelante, a ser responsables, y muchas cosas más que forman parte de nuestra personalidad, nuestra forma de ser y nuestra educación, la cual fue brindada por ellos, y ellos fueron educados por sus respectivos padres. Esto quiere decir que todo se va pasando de generación en generación, desde los buenos hábitos, hasta los malos, eso incluye maneras de pensar, de actuar y de ver las cosas. Las mentiras con las que vivimos y convivimos constantemente no solamente son mentiras de la clase “yo no rompí el jarron”, son de la clase que afecta nuestro bienestar, nuestra salud, nuestra familia.

En lo que es la etapa de la preparatoria y de la universidad, se trata de romper con esas mentiras, y se trata de mostrar la verdad, puesto que los jóvenes deben de ver las cosas con más claridad, para así mostrarla a las demás personas, pero ¿Qué es lo que pasa? Como ya lo mencione antes, la educación viene desde nuestros padres y así sucesivamente, a nuestros padres se les enseñó a ver las cosas de la manera más sencilla y no complicarse tanto la existencia, por lo tanto es lo que nos han enseñado a nosotros. Nos han instruido a creer en todas esas mentiras y a pesar de saber la verdad y conocerla, no aplicarla, puesto que es mucho más fácil vivir en esa mentira.

Nos hemos acostumbrado a vivir en una zona de confort, “Aquella zona en la que nos encontramos seguros, en la que controlamos, nada se nos escapa y que conocemos de principio a fin; zona que hemos ido conquistando, donde lo tenemos todo aprendido y que también nos ha conquistado a nosotros”. (Queaprendemoshoy.com, 2013), con esto me refiero a que vivimos o tratamos de vivir de la manera más sencilla, donde las cosas no nos cuesten tanto trabajo, donde es más fácil comprar una lata de refresco a hacer agua fresca, donde es más rápido ir a McDonald’s y comprar un McTrio del día que ir a casa, comprar verduras, sopas, frutas y preparar algo de comer; eso es lo que nos han enseñado nuestros padres y no solo ellos, también la televisión, el internet, todo lo que tenga que ver con publicidad.

Entre las razones que llevan al consumismo se encuentra la publicidad, que en algunas ocasiones consigue convencer al público de que un gasto es necesario cuando antes se consideraba un lujo, unido a este existen otros factores influyentes como la imitación de personajes de televisión o deportistas, dichos ídolos son utilizados para inducir a las personas a consumir ciertos productos que en algunos casos pueden resultar perjudiciales para la salud. (Ministerio del Poder Popular para la Alimentacion, 2011)

La publicidad nos dice que debemos de comprar cosas que no tienen sentido y nos pueden dañar, pero ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué dañar a las personas? Pues por el simple hecho de que a ellos no les interesa la humanidad, no les interesan las personas, no les interesan si ahora cada mes hay dos casos de diabetes infantil, a ellos no les interesa eso, lo único que si les interesa es vender, vender y vender, sin importar quién sale dañado.

Las corporaciones siempre buscan maximizar sus beneficios económicos y además tienen una estrategia para su objetivo que es la población, la cual deben convertir en consumidores completamente mecánicos de productos que no necesitan. Las compañías tienen que desarrollar necesidades, crear deseos, con el fin de tener individuos totalmente disociados [separados] de su contexto social, cuyo concepto de sí mismos y su sentido de valor sea el de cuantas necesidades creadas son capaces de satisfacer. (Ministerio del Poder Popular para la Alimentacion, 2011)

Pero nosotros no hacemos nada por cambiar eso, sabemos que los refrescos son dañinos a largo plazo, que fumar nos puede causar cáncer y que aparte dañamos a terceros con el humo, sabemos muchas cosas, pero no las empleamos, porque no queremos salir de esa zona de confort en la que nos hemos acostumbrado a vivir.

Sentimos tener la necesidad de seguir en las mismas formas de pensamiento y en las mismas formas de actitud, puesto que es mucho más cómodo que cambiar. La verdad implica todo un cambio, implica cambiar nuestra manera de pensar, de actuar, de vivir y el simple de hecho de pensar que tendremos que variar tan si quiera un poco, nos da pereza, apatía, dicho en otras palabras, flojera. ¿Por qué nos da flojera el hecho de cambiar? Esa respuesta es simple y todos la sabemos, por el simple hecho de que estamos acostumbrados a algo, estamos en una monotonía muy cómoda, y cambiar como ya lo mencione antes, implicaría muchas cosas, y a veces nos ponemos a pensar: ¿Tendré que cambiar todo mi estilo de vida solo por saber esta verdad? Y la respuesta la mayoría de las veces a esa pregunta es: -bueno, qué más da, ya lo he hecho por mucho tiempo, por un tiempo mas no creo que me haga daño. Sabemos que eso nos hará daño tarde o temprano, pero nos da tanta pereza cambiar que preferimos quedarnos con las mismas formar de pensar y de actuar que nos enseñaron desde pequeños.

La verdad a todo esto, es que realmente no cambiamos, no aceptamos esta verdad y dejamos la mentira atrás, por falta de valor, falta de coraje y de consciencia, no nos arriesgamos a cambiar, nos falta ese esfuerzo para decir “Esta bien, sé que esto me hace mal, cambiaré, puesto

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