Saber Vivir Siendo Felíz

Saber vivir siendo feliz

Es una parte primordial en nosotros como lo es respirar, no tiene color, forma ni tamaño, como tampoco se puede comprar ni vender, es uno de esos tantos sentimientos que no se tocan ni se ven, que simplemente se reflejan en nuestra mirada, rostro, en la forma de hablar, de expresarnos, de actuar y de escuchar esa es la felicidad. Indudablemente el hombre siempre ha estado en la búsqueda de la desesperada felicidad que en su vida será la mejor guía por el camino al éxito.

La biblia enseña que: “Bienaventurado, alguien lo definió como Feliz, entonces podemos decir que Felices los que confían en El Señor”, no dice felices los que tienen todo o felices aquellos que le pasan las cosas buenas de la vida, dice que si tu confías en Dios serás feliz, entonces no hay razón alguna para preocuparse o desesperarse. La percepción de la felicidad depende de cada quien y va cambiando según la época o la etapa en la que la persona se encuentra. A veces me preguntan ¿cuál fue el momento más feliz de mi vida? En mi niñez me sentía feliz cuando mi mama me consentía, mientras con mis amigos reía, en ese entonces mi momento más feliz fue ese. Ahora mi momento más feliz es ahora, solo puedo vivir realmente el momento en el que estoy. Por eso para mí siempre es ese el momento más feliz. Cuando me enfocó en el pasado o en el futuro, le resto energía al presente. Pero cuando presto atención a lo que está ocurriendo en el momento y trato de tener una actitud positiva al respecto, se me abren todas las posibilidades que contiene el presente de ser feliz.

La mejor manera de alcanzar la felicidad es, precisamente, dejando de lado la preocupación por ser feliz y aprovechar toda esa fuerza mental para conseguir lo que quiero. Es importante generar pensamientos que armonicen con lo que deseamos y así atraerás cambios positivos y sea cual sea tu destino lo único que importa es que hagas lo que hagas, siempre tienes que ser feliz. La gente hoy en día le da prioridad a cosas como el dinero, la seguridad, la estabilidad, y nada de esto tiene valor, tenemos que vivir la vida amando lo que hacemos, amando nuestro entorno, nuestra familia nuestra pareja, dar sin esperar recibir y es allí cuando la alegría llega. Pero tampoco atrapas eternamente la felicidad, son momentos que se viven, se disfrutan, que te dan alegría espiritual y regocijo, pero es temporal y depende de cada quien que tan repetitivo puedan vivirlo.

Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación, sin darse cuenta que la felicidad está en uno mismo. El sentirme libre de hacer y pensar lo que desee, permanecer en un entorno donde gobierne la paz, forma parte de un sentimiento grande, es la esencia de mí vivir, es lo que me lleva directo a ella. Tengo 5 razones para estar contenta: la primera es que tengo la capacidad de amar y perdonar a cualquier persona. La segunda es que puedo reconocer las lecciones que me da cada situación en la vida ya que todo lo que nos sucede forma parte de una experiencia y un aprendizaje. La tercera es que decidí ser autentica y fiel a mí misma. La cuarta es que sé mover mis pensamientos más allá de los obstáculos y la quinta es que quiero, puedo y que hoy mismo hare cualquier cosa que me proponga.

La felicidad depende más de lo que ocurre dentro, que de lo que nos sucede fuera; de las ideas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre la vida. Depende de todos los misterios que viven en el bosque mágico de tu mente. Siempre estaremos en la búsqueda de la desesperada felicidad, tan relativa y subjetiva; tan anhelada y tan esperada, pero, ¿Qué tal si comenzamos a ser felices sin desear hacer lo que queremos, sino queriendo lo que hacemos?

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